El mercado de la vivienda de Londres atrae a millonarios de todo el mundo.

Vivienda

Las costosas casas en Londres

Un informe de la inmobiliaria internacional Savills sobre el valor total de la propiedad en Londres tiene un dato que asombra. Las casas valen más que toda la economía de México, Colombia y Argentina.

28 de enero de 2015

Según Savills el valor de casas, departamentos y propiedades comerciales de la capital británica es equivalente a US$2,2 billones, similar al Producto Interno Bruto (PIB) brasileño. Puesto de otra manera, al del PIB de México, Argentina y Colombia sumados. En otras palabras, el patrimonio inmobiliario de una ciudad de ocho millones y medio de habitantes es equivalente a la producción, consumo e inversión de Brasil, una sociedad de unas 200 millones de personas.

Si esta comparación se extiende a todo el país, el valor de la propiedad de Reino Unido casi triplica el volumen total de la economía de la nación sudamericana que se halla entre los 10 países de más PIB del mundo.

El jefe de Investigaciones de Propiedades residenciales de Savills en Reino Unido, Lucian Cook, responsable del estudio, reconoció que la comparación es impactante. "El volumen mismo de los números asombra. Detrás de esto hay muchos factores. Cuestiones locales, pero también el impacto de la globalización y la atracción que ejerce un lugar como Londres", indicó a BBC Mundo.

Todo por el cielo

Con el trasfondo del Foro Económico Mundial de Davos, tildado por sus críticos como Foro Mundial de los Ricos, el estudio de Savills ofrece una aproximación diferente a los profundos desequilibrios existentes en la economía global. En Londres mismo la propiedad varía tanto que hay departamentos que se venden por millones de dólares, aunque el valor promedio se sitúe en torno a los US$350.000.
"Londres mostró una extraordinaria capacidad de recuperación tras la crisis de 2008 de la mano de una tasa de interés muy baja. Pero esta solidez del valor de la propiedad se debe también a que la oferta de vivienda está muy por debajo de la demanda, es decir, que hay escasez, a lo que se añade la atracción que ejercen los barrios más caros de la capital sobre los ricos de todo el mundo", indicó Cook a BBC Mundo.

Dos de las zonas más afluentes -Westminster y Kensington-Chelsea– concentran un valor inmobiliario de US$345.000 millones, mayor que el PIB de un país europeo desarrollado como Dinamarca.

En estos barrios el precio promedio de una propiedad supera ampliamente los US$1,5 millones. "En estas zonas nuestros clientes pertenecen a cuatro grupos clave: Europa occidental, Europa del este, incluida la ex Unión Soviética, el Medio Oriente incluyendo a Africa del Norte y Asia. Este perfil internacional eleva el precio de la propiedad porque uno está mirando no solo a la riqueza británica sino al mercado global", señala Cook.

Este segmento exclusivísimo del "mercado global" crece año tras año.

En vísperas de la conferencia de Davos la ONG Oxfam publicó un informe que estima que un 1% de la población mundial tiene tanta riqueza como el 99% restante del planeta. En la casa en Londres de algunos de los miembros de la élite mundial puede haber una cancha subterránea de tenis, piscinas y pistas de aterrizaje para helicóptero: el valor se sitúa en torno a los US$40 millones.

Efecto cascada
Se trata de un mundo paralelo al del resto de los mortales que, sin embargo, afecta el precio de los barrios de clase media y baja. Este impacto es una suerte de efecto cascada sobre los precios que comienza por los barrios aledaños y los que les siguen en la escala de zonas más caras de la capital y se extiende al resto por la expectativa que existe de una permanente valoración futura.

"Esto hace que para los jóvenes sea mucho más difícil comprar una casa. También limita mucho la movilidad de la gente que quiere estar en la capital por razones laborales, pero que les cuesta hacerlo por el precio", indicó Cook. En los medios ha aparecido un nuevo segmento social para reflejar esta situación: la "generation rent".

Esta "generación condenada a alquilar" tiene hoy menos de 30 años y, a diferencia de sus predecesores, no tienen posibilidades de pedir préstamos bancarios para acceder a su primer hogar.
Desde 2002 la población que alquila se ha duplicado.

Mi casa es mi castillo
El impacto social de esta situación se puede medir con una expresión coloquial que da una idea de la importancia que los británicos conceden al hogar propio: como dice la expresión tradicional, su casa es su castillo.

Las cosas están cambiando. Con el precio de la propiedad por las nubes, más que un castillo, la casa se ha convertido en un banco de inversión al que pocos tienen acceso. En 2013 el 85% de las nuevas propiedades se vendieron a inversores extranjeros. En una encuesta se halló que ese año había aumentado en un 40% el número de propiedades vacías, es decir, adquiridas como mero vehículo de inversión.

La mayoría de los analistas del mercado inmobiliario consideran que esta situación es insostenible. "En los últimos diez años Londres ha dejado atrás a todo Reino Unido de manera sistemática, pero calculamos que este año no habrá un aumento del precio de la propiedad. Como para el comprador promedio se ha vuelto cada vez más inaccesible, vemos un desplazamiento del interés hacia otras zonas del país. Pensamos que será la situación de los próximos cinco años, hasta que se vuelva a balancear el mercado", señala Cook.