¿Qué está haciendo México para reactivar su industria turística?

Pocos resultados para celebrar tuvo el día mundial del turismo el 27 de septiembre. Más de 120 millones de empleos en riesgo a nivel global, una caída de 65% en el flujo de turistas internacionales y miles de empresas del sector quebradas o a media marcha hacen parte del desastroso balance que deja hasta ahora la pandemia.

Pero en medio de estas circunstancias adversas, algunos países han puesto el acelerador para echar a andar de nuevo esta industria.

México es uno de ellos. En ese país el turismo aporta 9% al Producto Interno Bruto y genera 4,5 millones de empleos directos. Por tratarse de un sector estratégico, nunca cerró sus vuelos nacionales o internacionales y siempre estuvo dispuesto a acoger a los visitantes, aún en medio de la crisis sanitaria, destaca el subsecretario de Turismo de este país, Humberto Hernández-Haddad. Por eso, el país impulsa con entusiasmo la reapertura global y participa en varias iniciativas para dinamizar el sector de viajes. Una de ellas es la sexta macrorrueda de turismo de la Alianza del Pacífico (Colombia, Chile, México y Perú), que se cumplirá del 5 al 8 de octubre de manera virtual. 

Humberto Hernández-Haddad Subsecretario de Turismo de México. 

México mantuvo los cielos abiertos y adoptó un esquema de aislamientos focalizados por regiones, pero los últimos seis meses han sido muy duros, reconoce el funcionario. Entre enero y julio llegaron 33‘057.000 visitantes internacionales, 23‘435.000 menos que un año atrás. Eso significó una caída de 41,5%, según datos de Datatur. El ingreso de divisas también se desplomó: de enero a julio recibieron US$7.021 millones, 53,9% menos que en igual periodo de 2019. ¿Cómo enfrenta la coyuntura un país con alta dependencia del turismo? 

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El presidente, Andrés Manuel López Obrador, define el turismo como "la herramienta de la reconciliación social", como destaca el subsecretario de turismo. Por eso, pronto declaró la naturaleza prioritaria del turismo y desarrolló acciones para proteger y promover esta actividad.

De la mano del sector privado, el gobierno diseñó un plan estratégico coordinado con autoridades de salud y turismo de los 32 estados. Así, definieron los protocolos sanitarios y las medidas para frenar los contagios y proteger a los viajeros y trabajadores.

Han hecho los aislamientos con un sistema de ‘semáforos‘ que cambian de estado a medida que la pandemia disminuye su impacto en una ciudad o una región específica. De la mano de entidades financieras estatales, comprometieron recursos de crédito para proteger las empresas y a los millones de empleos que generan.

También activaron la diplomacia sanitaria internacional para adoptar estándares de bioseguridad avalados en distintos foros internacionales. Se trata de homologar procesos y que los países los reconozcan y acepten entre sí los protocolos. Eso permite recobrar la confianza. "Necesitamos una política global de seguridad sanitaria, para coordinar a futuro", dice el funcionario.

Ante la reducción de visitantes extranjeros, pusieron en marcha un plan de mercadeo para incentivar el turismo nacional. La respuesta ha sido positiva y, como ya hay un alto número de pueblos y destinos turísticos libres de covid-19 o con muy baja incidencia, han podido reactivarlos. A medida que varios países han reabierto la operación aérea, México aumenta sus esfuerzos para recuperar su importancia como destino.

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También trabaja en un plan de ‘resiliencia del sector turístico‘. Busca que todos los involucrados se adapten a los cambios y se involucren en programas de sostenibilidad a largo plazo. Esto, no solo para cuando se haya ido el virus, sino también para enfrentar los efectos del cambio climático. 

Los aprendizajes

Para México, lidiar con la pandemia no es un asunto nuevo. Hernández-Haddad asegura que "cada gran pandemia es diferente", pero en cada ocasión, su país se ha preparado y, aunque esta ha sido especialmente dura, en algún momento cesará.

En 2009 este país fue el epicentro de un brote de gripa producido por el virus H1N1 que afectó la economía mexicana y especialmente el turismo en este país. En ese momento, la industria turística tardó 32 meses en volver a la normalidad. Y, para el funcionario mexicano, esta vez también el turismo "volverá mucho más fuerte".

Sin embargo, reconoce que en esta oportunidad nadie sabe cuándo volverá la normalidad. Por eso, en el plan estratégico incluyen "campañas innovadoras para impulsar la demanda pero también adaptar nuestro producto a un nuevo marco, una "mutación verde" hacia un desarrollo turístico sostenible", asegura.

Como la situación es extraordinaria, esta crisis requiere medidas igualmente excepcionales. Esto implica que los responsables de la política pública promuevan y faciliten soluciones basadas en innovación, bioseguridad, sostenibilidad, inclusión social y el financiamiento, entre otras.

Eso sí, habrá que mantener una actitud positiva. Esta no será la última pandemia y el sector turístico tendrá que probar su resiliencia. En materia de viajes y alojamiento, México registró las peores cifras en abril y mayo, cuando el sector tocó fondo. Pero a partir de junio ha protagonizado una recuperación gradual. Hernández-Haddad cree que para noviembre, con el aniversario de la Revolución Mexicana, habrá un mayor impulso en el turismo. Para los dos últimos meses Datatur estima que la ocupación hotelera podría llegar a 50%. 

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En materia de viajes, los vuelos nacionales e internacionales nunca pararon en México, pero las restricciones impuestas en otros países generaron un frenazo. Sin embargo, cada semana crecen las operaciones y para finales de año aspiran a tener una operación más dinámica.

Con un plan integral diseñado para garantizar el turismo como un sector estratégico y motor clave de la economía y el empleo, México se juega a fondo. La experiencia le ha servido para confirmar que, por larga que sea, toda pandemia termina. Y cuando acabe espera recibir a sus turistas de nuevo.