El Dow Jones ha perdido un 3,1 % de su valor desde el viernes pasado, mientras que el S&P 500 un 1,2 y el Nasdaq, un 4,4 %.

INTERNACIONAL

Lo mejor y lo peor de Wall Street

El mejor día del año, la mayor caída en puntos del Dow Jones en 2014 y cuatro días seguidos con fluctuaciones de tres cifras en el principal indicador de Wall Street dan buena cuenta de una semana que ha aglutinado lo mejor y lo peor de las dinámicas bursátiles.

10 de octubre de 2014

Exhaustos debieron abandonar hoy los operadores de bolsa sus puestos de trabajo en Nueva York, tras la que probablemente ha sido la semana más agitada, volátil y contradictoria del año.

Haciendo balance general, las cifras son de vértigo: el Dow Jones ha perdido un 3,1% de su valor desde el viernes pasado, mientras que el S&P 500 ha bajado un 1,2% y el Nasdaq, el más perjudicado de todos, cedió un 4,4%.

Sin embargo, estos números son más sorprendentes si se contrastan con que el miércoles fue el mejor día de Wall Street en lo que va de año, y el Dow Jones subió un 1,64%, ganando más de 274 puntos, y los otros dos índices tuvieron una tendencia similar. ¿Cómo se explica?

En primer lugar, porque Wall Street es, en este momento, reflejo de un mundo inquieto. La crisis política internacional, el brote del ébola y el Fondo Monetario Internacional (FMI) diciendo claro y fuerte lo que piensa del futuro de la economía de la zona euro no han podido dejar impávido al parqué neoyorquino.

Pero es que, además y por enésima vez, las alegrías del miércoles eran fruto de esa doble moral del inversor, que sigue alegrándose a corto plazo de que Estados Unidos no firme la recuperación total de su economía con la excusa de seguir llorando a la Reserva Federal.

Así, al hacerse públicas las actas de su última reunión de la Comisión de Mercado Abierto y reflejar las preocupaciones de la Fed por el estado de la economía, los inversores se hicieron un "rally" de una sola sesión.

Para las cotizaciones sigue siendo mejor que la economía no mejore para que no se desbloqueen los tipos de interés y se estimule el ahorro privado.

Pero ese discurso cada vez es más frágil, y es por eso que, en cuanto se disuelve la reacción inicial, la cuestión de fondo pesa más y, por eso, el revés llegó inmediatamente al día siguiente, el jueves, cuando el Dow Jones perdió casi 335 puntos, la mayor caída del año.

Llegado el viernes, no ha ocurrido nada puntual que justificara una tendencia u otra. Los inversores, pese a sus lamentos, también se daban cuenta de que los índices, ni siquiera tras las fuertes caídas de la semana, no están en niveles que se acerquen a los de la preocupación. Casi más preocupante era el exceso que el defecto.

Aun así, no pudieron evitar que la inercia siguiera apuntando un descenso: un 0,69% en el Dow Jones y un 1,15% en el S&P 500, que cerró su peor semana del año. Eso sí, el Nasdaq no pudo decir lo mismo y siguió cuesta abajo y sin frenos, descendiendo 2,33%.

Al menos, el petróleo de Texas, que también lleva un otoño negro con las leyes del mercado en su contra (en estos momentos la oferta supera la demanda), consiguió ganar hoy unas décimas, si bien seguía a un precio inimaginable hace unos meses, los 85,46 dólares por barril.

EFE/D.com