Chávez prometió ser un "mejor presidente", profundizando el "socialismo del siglo XXI". | Foto: Ap

Venezuela

Chávez y el reto de la economía venezolana

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ganó un nuevo periodo presidencial para gobernar por seis años más. Pero lo que muchos se preguntan, dentro y fuera del país, es si su permanencia en el poder podrá revitalizar la alicaída economía.

8 de octubre de 2012

Los votos han sido contados, el resultado no puede ser más claro. El 10 de enero del próximo año, Chávez se juramentará para otro mandato de seis años como presidente de la nación petrolera. Pero su estrategia económica está enfrentando problemas. La nación tiene ante sí obstáculos: una infraestructura que se desmorona, una moneda sobrevaluada y una industria de rendimiento bajo.

Gracias a los programas sociales de Chávez, los venezolanos más pobres se han beneficiado de la riqueza petrolera del país y lo han hecho mucho más que cuando gobernaban lo que ellos describen como las élites oligarcas. Pero la forma en la que el gobierno ha gastado los ingresos del boom petrolero despierta suspicacia, por decir lo menos.

Decenas de miles de millones de dólares han sido destinados a herméticos fondos de desarrollo, manejados con poca o casi ninguna supervisión.

Existen sospechas de que gran cantidad del dinero se ha desperdiciado. Hay denuncias de que no sólo se ha quedado en las redes de la corrupción, sino que se ha perdido por pura incompetencia. Chávez todavía necesita crear las condiciones que le permitan a la economía venezolana tener más que una mera función. En el corto plazo, el líder deberá hacer más por asegurarse de que los programas sociales del país sean ejecutados de forma apropiada y con eficiencia.

¿Se vive mejor que en 1998?
Desde que Hugo Chávez se convirtió en presidente en 1999, la desigualdad en el ingreso en Venezuela ha declinado gradualmente. De hecho, es una tendencia en la mayor parte de la región. El país posee la distribución de ingreso más justa en América Latina, de acuerdo con el índice de coeficiente Gini. En 2011, el coeficiente Gini de Venezuela cayó a 0,39. El de Brasil, por ejemplo, se registró en 0,52, una cifra histórica en sus propios récords.

Cada venezolano tiene ahora un trozo más igualitario del pastel. El problema es que la torta no se ha vuelto más grande. "Venezuela es la quinta economía en América Latina, pero durante la última década, ha registrado el peor rendimiento de la tasa de crecimiento del Producto Interno per cápita", indicó Arturo Franco del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard.

Como Franco señala, todo depende de cómo se mide el progreso en Venezuela.

Si se compara la vida de los venezolanos durante el gobierno de Chávez con los 20 años previos -en los que gobernó un sistema bipartidista desacreditado y acusado de corrupción crónica, se diría que la era de Chávez es preferible. Pero si se observa el desenvolvimiento económico a escala macro de dos de sus vecinos, Brasil y Colombia, durante el mismo periodo, el panorama no luce tan alentador. Y dado que el precio del barril de petróleo es en la actualidad aproximadamente diez veces superior a cuando Chávez fue electo por primera vez, sus oponentes señalan que el líder bolivariano pudo hacer o debió haber hecho más.

El fracaso de Chávez a la hora de diversificar la economía venezolana significa que el petróleo todavía es su principal fuente de ingreso. De hecho, es el responsable de más del 90% del flujo de divisas extranjeras al país. Alrededor de 50% de los ingresos del gobierno provienen de la industria del petróleo, la mayoría de la estatal petrolera PDVSA.

Desde 2003, el gobierno de Chávez ha controlado firmemente PDVSA. Ese año, el gobierno despidió 40% de los trabajadores tras una huelga general que buscaba sacarlo del poder. Pero críticos de su gobierno acusan a la compañía de actuar con negligencia a la hora de ejecutar obras de mantenimiento de la infraestructura petrolera. Prefieren destinar los ingresos, según aseguran voces opositoras, a los programas sociales del gobierno. Esas críticas cobraron más fuerza tras la explosión, en agosto, de la refinería Amuay, la más grande del país. En el incendio murieron 42 personas y decenas resultaron heridas.

En vez de invertir en PDVSA para aumentar la producción, Chávez ha tratado a la empresa como la fuente de dinero en efectivo para financiar sus programas sociales dedicados a la vivienda, la salud y el transporte. Saber con certeza la forma en que la bonanza petrolera ha sido gastada no es una tarea fácil. Cada vez más, el gobierno se ha involucrado en cada rama de la economía en detrimento del sector privado.

Algunos escándalos han salido a la luz pública como, por ejemplo, el descubrimiento en junio de 2010 de miles de toneladas de alimentos podridos que habían sido importados por la empresa Pdval. Los productos nunca fueron distribuidos. Recientemente, la agencia de noticias Reuters publicó un informe especial sobre la corporación estatal Fonden, a la que se le atribuye un tercio de todas las inversiones en Venezuela. La investigación halló una serie de infraestructuras abandonadas o semiconstruidas, incluyendo una fábrica de papel, una fábrica de aluminio y una flota de buses sin usar. Esos proyectos aparentemente recibieron dinero de Fonden.

Desde que fue fundada en 2005, Fonden ha absorbido US$100.000 millones de los ingresos petroleros de Venezuela. Pero Chávez y sus aliados más cercanos son los únicos que deciden cómo se invierte el dinero.

Gasto público: el boom de la vivienda
Antes de la elección presidencial de 2012, Chávez convirtió la vivienda social y barata en una prioridad. Lanzó un plan para construir tres millones de casas para 2018. Durante el primer trimestre de 2012, el sector de la construcción se expandió 29,9% comparado con el mismo periodo de 2011. El aumento continuó entre abril y junio, en ese periodo el sector de la construcción registró un crecimiento anual de 17,6%.

El sector de la vivienda ha aumentado el gasto público y las expectativas de los venezolanos que están ansiosos por ser cobijados por el programa. Como consecuencia, de acuerdo con el Banco de América-Merrill Lynch, en los últimos 12 meses, el gasto del gobierno ha aumentado 30% en términos reales. Pero mientras los sectores del petróleo y la construcción han conducido a un aumento de 5,4% del Producto Interno Bruto en el segundo trimestre, la industria apenas creció y, de hecho, el sector minero se contrajo.  "El fomento de la actividad como se está dando actualmente es insostenible", indicó la organización Consensus Economics. "Con varias compañías estatales ineficientes y las autoridades intentando mantener sus principales industrias bajo el control del sector público, Venezuela está cada vez más dependiendo de importaciones".

"En adición, el gasto fiscal es muy probable que se reduzca después de octubre y se prevé que el año que viene, se produzca una devaluación del bolívar".

Incluso antes de la elección, Consensus Economics preveía un "ralentización considerable" en 2013.

Pidiendo prestado
¿Cómo es posible financiar este estímulo económico calificado de "insostenible"?

Los inversionistas extranjeros privados prefieren mantenerse a un lado, en parte, por la tendencia nacionalizadora de Chávez.

La inflación alta, que todavía roza 20% al año, tampoco ayuda.

Como Consensus Economics indica: "Una inflación sofocante y un gasto público creciente, unido a un control de cambios, han creado un creciente déficit fiscal". "Las autoridades dependen cada vez más de la deuda externa para financiar esto". Por "deuda externa" se entienden préstamos de China. De acuerdo con el medio de comunicación dedicado a las noticias financieras Bloomberg, el Banco Estatal de Desarrollo Chino le ha prestado a Venezuela, en los últimos cinco años, US$42.500 millones.

El ministro de Energía de Venezuela, Rafael Ramírez, indicó el mes pasado que de los 640.000 barriles de petróleo que son exportados diariamente por Venezuela a China, 200.000 son destinados a cubrir la deuda de la nación sudamericana con Pekín.

Al menos de que el bajo rendimiento de PDVSA no sea subsanado, estas deudas se mantendrán y probablemente crecerán a medida de que la diferencia entre el gasto y el ingreso se amplia.

El impacto de la región
Destapar la evidencia de desperdicio en el gasto gubernamental, durante el mandato de Chávez, no pareciera ser una tarea muy difícil. Pero el exceso de gasto no se limita a lo interno. En un esfuerzo por extender la influencia de la Revolución Bolivariana, Chávez les ha permitido a Cuba y a otros países de la región que se beneficien de acuerdos baratos y préstamos suaves bajo la sombrilla del Alba (Alianza Bolivariana para las Américas) y Petrocaribe.

Si Capriles hubiese ganado, él y su equipo de consejeros se estaban preparando para cortar esa extensa red de petrodiplomacia.

Pero ahora, la mayoría de los países en el Caribe, que ya han sufrido una caída en el turismo debido a la crisis mundial, están respirando con alivio pues el sustento económico venezolano no va a desaparecer, al menos no a corto plazo.