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INTERNACIONAL

Mientras Brasil mejora su perspectiva, a Chile le bajan la calificación

Mientras la calificadora crediticia Standard & Poor's redujo la calificación de Chile por primera vez en 25 años, el Fondo Monetario Internacional revisó al alza el pronóstico de crecimiento de Brasil para este año.

14 de julio de 2017

La agencia de calificación estadounidense Standard & Poor‘s (S&P) rebajó la nota crediticia de Chile por primera vez en 25 años de AA- a A+, con perspectiva estable, como consecuencia de un mayor deterioro de las finanzas públicas dado un prolongado lento crecimiento económico.

"La rebaja refleja un prolongado crecimiento económico bajo que ha perjudicado los ingresos fiscales, la contribución del aumento de la deuda del Gobierno y la erosión del perfil macroeconómico del país", señaló la agencia en un comunicado y añadió que "esto ha dado lugar a un modesto aumento de la vulnerabilidad de Chile a los shocks externos".

Por su parte el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, reconoció que la rebaja de la calificación de riesgo para Chile "evidentemente es una mala noticia" y señaló que "es la primera baja desde que tenemos rating con esta calificadora y nos retrotrae al rating que tuvimos hasta 2010".

Valdés aseguró que el origen principal de la rebaja es el efecto fiscal del menor precio del cobre y del menor crecimiento, tanto en el déficit fiscal, como en el nivel de deuda. También, dijo, se debe al efecto de las demandas de gasto público y recordó que la nota con la que quedó Chile la comparten Japón, Israel, Eslovaquia, Irlanda y Eslovenia.

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De acuerdo con la calificadora "la combinación de los bajos precios mundiales del cobre con la menor confianza de las empresas nacionales sigue limitando el consumo privado", mientras que "la inversión ha disminuido las perspectivas de crecimiento del PIB del país".

Y en ese sentido, S&P espera "que la economía chilena crezca solo un 1,6% en 2017, sin cambios respecto al año pasado (...) y que la expansión del PIB aumente sólo modestamente hasta el 2% en 2018 y hasta el 2,4% en 2019".

"La perspectiva estable refleja nuestra opinión de que la consolidación fiscal gradual de Chile y su recuperación económica lenta pero sostenida ayudarán a estabilizar su perfil externo", considera la agencia de calificación.

Standard & Poor‘s estima que "la combinación de varios años de bajo crecimiento económico -el PIB per cápita creció solamente un 1,4% en promedio entre 2013 y 2016- y la fuerte presión política para impulsar el gasto en programas sociales ha contribuido a aumentar el nivel de deuda del Gobierno", que llegaría a 11% del PIB en el 2017 y alcanzaría el 15% en el 2019.

A esto debe sumarse que la calificadora advirtió que "la carga de la deuda, aunque baja en comparación con la mayoría de los riesgos soberanos, se ha incrementado de manera consistente en los últimos años desde casi el 0% del PIB en 2012""en un escenario que considera que la consolidación fiscal solamente será gradual, estimamos que la deuda del Gobierno podría incrementarse en un 2,9%".

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La calificadora estadounidense proyecta que los requerimientos de financiamiento externo bruto de Chile rebasarán el 100% de los ingresos de la cuenta corriente y de las reservas internacionales utilizables en los próximos tres años.

El escenario contrario

Por su parte, el Fondo Monetario Internacional elevó de 0,2% a 0,3% su previsión de crecimiento del PIB de Brasil para este año, aunque rebajó el pronóstico de 2018 y alertó que la crisis política "arroja una sombra" sobre la economía.

De acuerdo con el FMI, "el crecimiento es proyectado en 0,3% en 2017 y 1,3% en 2018" y agregó que "la profunda recesión de Brasil parece estar cerca del fin" pues "indicadores recientes sugieren que la economía de Brasil se aproxima a un punto de giro".

Sin embargo para el multilateral "la inestabilidad política y el contagio de las investigaciones sobre corrupción son las mayores fuentes de riesgo que pueden amenazar la agenda de reformas y la recuperación".

En medio del caos político por la investigación y más reciente condena al expresidente de ese país, Luiz Inácio Lula Da Silva, por corrupción y la destitución de la expresidente Dilma Rousseff por el mismo caso, el Senado de Brasil ha tomado algunas medidas para mejorar su perspectiva económica.

Por ejemplo, esta semana el Senado aprobó una reforma de legislación laboral que desaprueba el 85% de los brasileros y que entre sus artículos incluye la posibilidad de que los trabajadores dividan en tres partes las vacaciones a las que tienen derecho y que el pago de salarios no sea mensual, sino sobre una base horaria o por jornada.

*Con información de EFE y AFP

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