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VIVIENDA

Saldo en verde

Cada vez más las empresas pierden el temor y la indiferencia ante el tema de la sostenibilidad, gracias, entre otras, a que entidades como el Grupo Bancolombia las apoyan en ese cambio de mentalidad.

21 de diciembre de 2017

Por estos días, en Medellín, alegres vecinos contemplan sus nuevas casas de la urbanización Ariza, que hace parte del proyecto Verde Vivo, y que incluye entre sus atributos iluminación LED en los apartamentos, controles de iluminación en parqueaderos aprovechando la luz natural y cuartos de separación de residuos y zonas de compostaje, lo mismo que áreas de picnic y de cultivos de huertas urbanas. Los constructores, además, se comprometieron a cuidar el corredor biológico del Valle de Aburrá, que atraviesa sus predios, para que sus especies nativas sigan existiendo.

El proyecto es uno de los más avanzados en el campo de la arquitectura sostenible y ya se encuentra casi todo vendido. Su éxito se debe sobre todo a su condición de sostenibilidad. La misma que hizo que fuera uno de los elegidos para ser acompañados por el programa ‘Estrategia de negocios sostenibles’, de Bancolombia, que busca desarrollar modelos de financiación diferentes para proyectos que tengan impactos ambientales positivos pero, además, que sean rentables.

“Ya la sostenibilidad no es un tema de caridad o de filantropía, sino que ella ahora moldea a las compañías: deben romperse esquemas e implementarse estrategias ecoeficientes, lo que en definitiva representará mayores beneficios para la empresa. La clave es mirar más allá del costo de implementación, para observar los beneficios económicos, sociales y ambientales que traen medidas como estas en el mediano y largo plazo”, explica Franco Piza, director de Sostenibilidad de Bancolombia.

La entidad dispone de varias ‘líneas verdes’ específicas para este tipo de obras, basadas en cuatro criterios básicos: producción más limpia, eficiencia energética, fuentes de energía renovable y construcción sostenible.

“Resolver un problema ambiental es rentable –agrega el directivo­–. Con esa idea, una empresa que se preocupa por su eficiencia accede a nuevas oportunidades, lo que le genera menos costos. Y, al aplicar esta estrategia con nuevas tecnologías, se reducen de manera significativa los consumos energéticos”.

Una de esas líneas, por ejemplo, está dirigida a las empresas –sobre todo pequeñas y medianas– inscritas en el Sistema B (de Empresas Beneficiosas), que certifica a las que desarrollen procesos amigables con el medio ambiente, “sin que eso signifique que se conviertan en fundaciones sin ánimo de lucro”, advierte Piza.

En el país existen alrededor de 45 empresas B, cuyo objetivo es generar impacto social y ambiental por medio de un modelo de negocio sostenible,  y que eson objetivo fundamental de la apuesta del banco por este tipo de negocio. “Lo que queremos es apalancarlas, apoyarlas y ayudarlas a avanzar en esa iniciativa y, a la vez, poder aplicar en ellas modelos de negocio que tenemos en la organización. Es un trabajo conjunto que nos permitirá llevar y generar un mejor valor compartido”, explica el directivo de Bancolombia.

Otro programa que esa entidad implementó en aras de estimular la sostenibilidad es la Línea de Crédito Verde, que desde septiembre de 2014 ha apoyado a 119 proyectos de negocios sostenibles y ha destinado cerca de 220.000 millones de pesos para iniciativas que buscan una producción más limpia, eficiencia energética y energías renovables.

Bancolombia acompaña a sus clientes con asesorías técnicas realizadas a través de empresas aliadas, al tiempo que los ayudan a identificar beneficios tributarios asociados a las inversiones ambientales. Durante los dos últimos años, ha asesorado a más de 300 clientes en identificar nuevas oportunidades de negocios y a más de 70 en establecer beneficios tributarios ambientales a los que pueden acceder en inversiones sostenibles. Y que contribuyen significativamente a lograr, en el mediano plazo un saldo en verde.