El sector funerario en Colombia es ejemplo a nivel regional.

INDUSTRIA

Resiliencia, una muestra de qué está hecho el sector funerario

El trabajo que se viene haciendo desde hace varios años en materia de formalización, profesionalización y capacitación de la industria, permitieron que el sector funerario en Colombia se convirtiera durante la pandemia en un modelo a seguir en la región.

16 de octubre de 2020

Aunque la pandemia ha impactado negativamente el resultado financiero de varias industrias, el sector funerario ha logrado mantenerse a flote en medio de una de las crisis económicas más grandes de los últimos tiempos. No obstante, la profundización de la emergencia sanitaria puede poner en riesgo sus costos operativos, lo que hace necesario que sus empresarios se preparen para estas contingencias.

“La pandemia nos sorprendió, no en lo operativo, demostramos estar preparados, tener la capacidad y sobre todo cumplir. Pero, sin duda, nos ha enseñado que la labor funeraria no responde a impulsos, no es artificial, no es pasajera, hace parte de la naturaleza humana”, afirmó Fernando Arango Madrid, gerente general de Funeraria San Vicente.

Uno de los factores que ha fortalecido al sector en medio de la emergencia es el de la resiliencia. La aplicación de las normas de bioseguridad, la prestación constante de los servicios y la suficiencia para atender las necesidades del país en medio de la contingencia (no se han presentado saturaciones en sepulturas o cremaciones, por ejemplo) han puesto al sector funerario en Colombia como un modelo a seguir en la región.

“Estamos preparados porque conocimos la vivencia de otras latitudes, porque hemos trabajado por la profesionalización y la capacitación y porque somos un país pionero en previsión funeraria”, afirma Arango.

Para el directivo, la colectividad sectorial que se viene desarrollando desde hace varios años, y que ha permitido la conformación de redes para la prestación de servicios funerarios con cobertura en todos los rincones del país, aportó a que la capacidad de respuesta superara las expectativas.

Sin embargo, Arango es consciente de que esta coyuntura aún no ha pasado, por lo que el sector debe continuar preparándose para atender un mayor número de fallecimientos por causas naturales diferentes al virus, debido, entre otra razones, a la reducción de la atención de otro tipo de enfermedades, el estrés que ha provocado la pandemia y probablemente a las dificultades socioeconómicas que el estado de emergencia sanitaria, el aislamiento y los cierres comerciales han generado en todo el país.

El aumento en la tasa de mortalidad, ya sea por Covid o causas asociadas, continuará poniendo a prueba, tanto la infraestructura y la capacidad de operación del sector, como sus finanzas; esto teniendo en cuenta que el incremento en la atención de fallecidos puede desbordar los costos de la previsión, cargando a la industria con un mayor número de obligaciones; un tema que tendrá que ponerse sobre la mesa para revisar, junto con otros aspectos fundamentales como la reglamentación operativa de la industria.

Para Arango, la formalización del sector en los últimos años ha resultado esencial para la consolidación del negocio funerario en Colombia, y su operación se rige por preceptos generales de las normas que entran a suplir lo que no se ha regulado en normas tan específicas como las que existen para la previsión (Artículo 111 de la Ley 795 de 2003, Artículo 86 de la Ley 1328 de 2009) y la prestación de servicios de destino final para cementerios y crematorios (Resolución 5194 de 2010).

“Algún orden jurídico es muy genérico y cobija tanto al sector funerario como a otras industrias económicas, legislación que abarca aspectos en temas ambientales, contables, tributarios, contractuales y sanitarios, entre muchos otros. El aspecto normativo se ha centrado especialmente en la dimensión de la previsión”, aseguró el directivo.

Pese a los diferentes retos que ha generado la pandemia, lo más importante, de acuerdo con Arango, es aprender de esta experiencia y capitalizar las cosas buenas que dejará, entre estas, la importancia y el significado que recobraron los rituales funerarios, lo que abre grandes oportunidades para ofrecer un portafolio más innovador frente a este tema.

“Es claro que las empresas funerarias deben conocer rituales distintos y variados que se acerquen más a las comunidades, al fin y al cabo, Colombia es un país de diversidad, donde algunas despedidas se hacen con música, se usan vestidos distintos a los de diario, se ofrecen comidas y bebidas típicas de algunas regiones”, agregó.

Otro tema importante será, según el directivo, seguir incentivando los servicios de la previsión con estructura, a la que ahora se suma el interés de las personas por permanecer, el deseo de muchos otros por llegar a ellos, una mayor conciencia de la gente de incluirlos en la canasta familiar como cobertura de primera necesidad y la desaceleración de las declinaciones.

“Todo esto, sin duda, con asidero en el razonamiento de la comunidad. Es importante que las familias comprendan la cobertura funeraria como una oportunidad de asegurar la prestación de estos servicios cuando sea necesario y con las facilidades económicas que tiene este modelo de previsión, además porque el ritual no está perdido”, concluyó Arango.