Las niñas son las más perjudicadas con la nueva modalidad de estudio, pues ellas tienen acceso a herramientas tecnológicas en menor proporción que los niños.

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Niñas y adolescentes, invisibles también para la educación virtual

Organizaciones como Fundación PLAN brindan oportunidades para evitar que crezcan las brechas sociales y de acceso a la educación. Lograron que llegaran a la escuela, y la pandemia plantea el reto de que no se desconecten de la educación.

15 de mayo de 2020

“Me lleno de mucha frustración porque quiero participar y muchas veces no tengo internet para estar en las videollamadas. Da rabia querer dar más y no poder”, asegura Katty*, una adolescente de 13 años, habitante de una zona marginal de Cartagena, al hablar de cómo vive la virtualidad escolar en épocas de la pandemia por la covid-19.

Con ella coincide Kelly*, de 16 años, en Quibdó. A través de su testimonio en el programa Girls Out Loud, que les da un espacio seguro para que compartan sus historias a través de un grupo cerrado de Facebook en el que la Fundación PLAN amplifica sus voces, asegura que su sueño de estudiar a veces es una pesadilla: “Me toca esperar hasta la noche que mi papá llega de trabajar para copiar desde su celular. En el día no puedo; el único espacio que tengo es en la noche. La verdad, es horrible”.

Y es que en estos tiempos en que la pandemia de contagios por la covid-19 vulnera a la sociedad, existe un sector aún más sensible a sus efectos: el de las niñas y adolescentes. Infortunadamente, parecen ser invisibles en sitios con gran índice de pobreza.

Es claro que las medidas de confinamiento buscan proteger la salud pública y evitar el colapso de los servicios médicos, pero en ellas la situación se torna aún más compleja. Allí disminuyen las posibilidades de educación, se incrementan cargas de otras tareas –las del hogar– y aumenta la posibilidad de que sean víctimas de violencias. Así lo asegura un informe de Fundación PLAN, miembro de Plan Internacional, una oenegé que apoya el empoderamiento y promueve los derechos y el desarrollo de esa población.

Para jóvenes como Camila*, una tumaqueña de 18 años, “El apoyo que nos brinda la Fundación PLAN es clave”. La Fundación trabajará con pertinencia ante la situación para cerrar las brechas expuestas, entregando paquetes de datos de internet que permitan a niñas y adolescentes conectarse y no atrasarse con su formación. Además, complementará con la entrega de kits de aseo personal y de protección contra la covid-19.

La deserción escolar no puede ser una consecuencia de la carencia de conexión o datos durante la pandemia. Por eso, con donaciones que reciba, la Fundación PLAN apoyará a niñas y adolescentes de zonas vulnerables de Bolívar, Cauca, Valle del Cauca (Buenaventura), Nariño (Tumaco) y Chocó para que sigan adelante con sus proyectos de vida, a pesar de la crisis, y dejen de sentir a la educación virtual como una verdadera película de terror. 

Para tener en cuenta

En Colombia, 36 por ciento de las niñas y niños entre 5 y 11 años (cerca de 2 millones) tienen dificultades para seguir sus clases virtuales. Nunca han usado internet. 

La desigualdad es mayor en las niñas, pues los niños tienen 1,5 veces más probabilidades de poseer un teléfono que ellas, y podrían contar 1,8 veces más con un teléfono inteligente y acceso a internet.

Si usted desea hacer una donación a esta causa, puede ingresar a

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