EDUCACIÓN

Alternancia para promover la ética del cuidado en los estudiantes

En el Colegio Hacienda Los Alcaparros las clases virtuales y presenciales se combinan para darle paso a un modelo educativo que garantiza la calidad de la formación académica.

20 de noviembre de 2020

Las medidas de distanciamiento social como requisito para proteger a las personas del coronavirus llevaron durante el inicio del 2020 al cierre temporal de las clases presenciales de los colegios en Colombia, una medida que invitó tanto a educadores como a padres de familia a un nuevo ambiente para la enseñanza: el virtual. 

Durante el proceso de educación a distancia, el espacio escolar quedó deshabitado para reaparecer en cientos de pantallas de profesores y alumnos que, de manera remota, debían reinaugurar la relación maestro-alumno, la cual es parte fundamental del proceso de aprendizaje. 

Sin embargo, este nuevo esquema no debía ser tan prolongado, especialmente cuando los niños vienen de un sistema de educación presencial. 

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Sobre esto, Rosita Caro, directora del Colegio Hacienda Los Alcaparros, afirmó que “la experiencia del modelo de educación remota resultó desde su inicio en un enorme reto. Si bien ha sido una experiencia muy interesante e importante por los cambios y retos que plantea a la educación, la hemos asumido también como respuesta coyuntural a la situación que marcaba el contexto de la pandemia. Comprendimos que el tiempo fuera del mundo escolar presencial dejaría una huella significativa en la vida de nuestros alumnos y que, entre más prolongada fuera, más largo sería el tiempo de recuperación de los momentos de aprendizaje” 

Buscando mitigar esta situación de la cual habla Caro, el Ministerio de Educación emitió los lineamientos para retomar la vida escolar durante el segundo semestre del año bajo la modalidad de alternancia, donde se ofrecen durante algunos días clases virtuales con profesores y, posteriormente, se retoman al volver presencialmente al colegio, limitando así el contacto.

En el Colegio Hacienda Los Alcaparros, un aspecto central de esta experiencia de alternancia ha sido preparar a la institución para que los estudiantes se encuentren con un nuevo lenguaje de un mundo posible y mejor después de la pandemia. El colegio se vistió con una señalización diferente diseñada por el departamento de comunicaciones, que partió de los símbolos que se trabajan en el colegio como La Llama y la migración de los pájaros. De esta manera, utilizó símbolos conocidos por sus estudiantes y conceptos que ya han manejado en sus proyectos de clase. El foco de esta señalización es la ética del cuidado, en donde se fomenta la importancia de los vínculos y de las nuevas formas de relación entre las personas y la naturaleza. 

Este es uno de los ejemplos de cómo Alcaparros tomó la oportunidad de la pandemia para promover la cultura del cuidado en los más jóvenes, motivando en los estudiantes el deseo no solo de cuidarse a ellos mismos sino también a los demás. 

Pero no todo lo que hicieron en el Colegio Hacienda Los Alcaparros fue diseñado desde cero. La práctica del acompañamiento cercano mediante llamadas telefónicas, tanto de los directores de grupo en preescolar y primaria, como de los consejeros en escuela media y bachillerato, no sólo a los estudiantes sino a las familias, ratificó la fortaleza del programa de ética del cuidado del colegio y cómo este se podía extender e implementar en medio de la pandemia.

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La alternancia se convirtió, entonces, en un reto pedagógico para el país, dando a su vez un paso a lo que hoy los educadores llaman “Educación Híbrida”, donde se busca enriquecer la formación de los estudiantes con los beneficios de la presencialidad y los programas a distancia.

“En Los Alcaparros, por ejemplo, la experiencia de enseñanza y aprendizaje durante la semana presencial se caracteriza por el uso de los espacios y materiales con los que cuenta el colegio, y que cumplen un papel insustituible en el ámbito del desarrollo y el aprendizaje. Por su parte, la experiencia durante la semana virtual se caracteriza por la sucesión de momentos de aprendizaje sincrónicos y asincrónicos que facilitan y motivan la autorregulación, el autoaprendizaje en los estudiantes y el uso de herramientas tecnológicas de primer orden”, agregó Rosita.  

Sin embargo, aunque se están usando sistemas como el streaming y plataformas especializadas, lograr una sincronía exacta entre la experiencia presencial y la experiencia a distancia que supone la alternancia no siempre es posible. Por ello, dentro de Los Alcaparros se ha invitado a los profesores a que planeen sus clases creando un puente que permita conectar a los estudiantes virtuales y presenciales dentro de las posibilidades de compartir y socializar, de participar en actividades conjuntas y, sobre todo, para co-crear, diseñar o construir modelos y prototipos de manera colaborativa.

Es así como la nueva modalidad de alternancia ha llevado a los colegios a que fomenten ambientes de enseñanza que posibiliten tanto el aprendizaje virtual como el presencial, poniendo por encima y en todo momento la protección de los niños y la ética del cuidado.