¿Mi oficina está enferma?

Si más de 20% de los trabajadores de una empresa tiene problemas respiratorios, dermatológicos, náuseas o dolor de cabeza, hay que tomar medidas de urgencia. Consejos para su prevención.

3 de febrero de 2011

Si las irritaciones de ojos, piel, tos o resfriados se están convirtiendo en un problema crónico en su oficina, no se anticipe a concluir que su equipo padece una alergia al trabajo. Lo más probable es que el edificio donde labora esté enfermo y haya logrado contagiar a sus ocupantes.

Si más de 20% de las personas que habitan un edificio presentan estos síntomas, generados por agentes químicos, físicos, biológicos o ergonómicos, se deben encender las alarmas sobre la presencia del síndrome del edificio enfermo. Incluso, este puede estar presente si, además de problemas respiratorios o dermatológicos, los ocupantes presentan dolor de cabeza, náuseas, sensación de mareo, somnolencia o dificultades de concentración.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta situación puede aquejar a cerca de 30% de las instalaciones laborales en el mundo y muchas veces no distingue entre construcciones nuevas o viejas.

La falta de canales eficientes de ventilación, inadecuado mantenimiento del sistema de aire acondicionado, falta o exceso de iluminación, presencia de ácaros en tapetes o divisiones con recubrimiento textil, deficiencias en el aseo o caída de material particulado, originan los problemas de salud entre los trabajadores y generan ausentismo laboral con impacto directo en la productividad.

En Colombia no se lleva una estadística de edificios enfermos. Sin embargo, hay quienes creen que podría ser superior al 30% del reportado en el mundo por la OMS. Jesús Becerra, subgerente de prevención de la Administradora de Riesgos Profesionales Colpatria, señala que en un país donde cerca del 90% de las empresas son micro, pequeñas o medianas, existe mayor riesgo de que un alto porcentaje de ellas no cuente con instalaciones adecuadas para desarrollar la actividad laboral.

¿Cómo curar los edificios enfermos? Edgar Velandia, subdirector de la Cámara de Riesgos Profesionales de Fasecolda, explica que "un buen diagnóstico de las condiciones de salud y de trabajo es el inicio de un programa de intervención de los riesgos presentes".

Por eso, una vez identificado el problema, se deben tomar las medidas para devolverle la salud a una edificación. Estas son:

- Rediseñar de manera adecuada los puestos de trabajo, eliminar fuentes de posibles riesgos y procurar buena ventilación e iluminación adecuada.

- Diseñar un programa continuo de mantenimiento y reparaciones locativas, especialmente las relacionadas con sistemas de ventilación.

- Mantener óptimas condiciones de orden y aseo.

- El manejo de sustancias, insumos y materias primas, y control a los contaminantes debe ser estricto.

- Suprimir el polvo y redoblar los esfuerzos en materia de limpieza.

- Mejorar la selección de las materias primas y buscar incluso el reemplazo por aquellas más seguras y menos contaminantes.

Finalmente, para mejorar la salud en el sitio de trabajo es importante tener presente aquella sentencia de que más vale prevenir que curar... pero esta vez al edificio.