Pymes

Las ciudades intermedias, centros de desarrollo de las pymes

En los últimos 20 años el crecimiento económico del país se ha venido acelerando y su motor parece ser las ciudades intermedias, las cuales han servido como centro de distribución o 'hubs' al incubar el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas (pymes).

11 de mayo de 2015

Actualmente, alrededor del 76% de los colombianos vive en los centros urbanos y para 2050 se espera que el 86% viva en las urbes, lo cual presentará oportunidades de crecimiento para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes); un segmento que representa el 95% del total de las firmas y agrupa un tercio de la población empleada.

Y es que a pesar que Bogotá, Medellín y Cali son los principales focos de inversión, pues la capital colombiana representa cerca del 25% del Producto Interno Bruto (PIB), Medellín tiene 14.300 pequeñas y medianas compañías que se caracterizan por su alta calidad y sus procesos de innovación; y, en Cali, las pyme representan 9,3% del tejido empresarial, lo cierto es que son otras ciudades, conocidas como ciudades intermedias, (cuya población oscila entre 100.000 y 1 millón de personas), las que han ganado más liderazgo en el segmento pyme.

“El llamado Triángulo de Oro, (Bogotá, Medellín y Cali), representan una dinámica clave para las mipymes; no obstante, no hay que olvidar otras ciudades que están llevando a cabo procesos de transformación importante”, afirma Rosmery Quintero, la presidenta de la Asociación Nacional Colombiana de Pequeños y Medianos Empresarios.

Según un informe de Fedesarrollo, las pymes de las ciudades intermedias son en promedio más activas que las de las grandes. En efecto, el Doing Business, (termómetro que mide el clima para hacer negocios de las pymes), identificó a Manizales como líder entre 23 ciudades.

También, en la posición 10 se encuentra Montería, una ciudad para destacar según Quintero, por su desarrollo en infraestructura y su pujante sector empresarial, el cual se ha visto beneficiado con la disminución de trámites y procesos.

Es por este proceso que no es extraño ver que la empresa privada empieza a ajustarse a la dinámica que las pymes tienen ahora: expandirse más allá de los grandes centros urbanos, “así como la formación de empresa ha ido aumentando sus cifras año a año, el segmento corporativo que viaja constantemente por motivos de negocio también lo ha hecho al mismo ritmo. Ciudades como Bogotá, Cali, Medellín, Cartagena, Bucaramanga, Montería entre otros, son los destinos con mayores movilizaciones de empresarios de todas las regiones del país”, dice María Lara, directora de Asuntos Corporativos de LAN.

Con el fin de responder a las necesidades de los viajeros corporativos de las Pymes, la aerolínea ha diseñado programas específicos. Uno de esos es LAN Redime por medio del cual las empresas que invierten desde $6.000.000 al año en viajes, pueden generar ahorros proporcionales a la cantidad de trayectos que hagan en la aerolínea.

“Así pudimos contribuir un poco a la dinámica de las pymes respecto al recurso de viajar en avión para conectarse con sus negocios y oportunidades”, resalta Lara, al tiempo que enfatiza que una forma en la que se puede beneficiar a las micro y pequeñas empresas consiste en favorecer a los proveedores más pequeños, tal como lo hace su programa Micro y Pequeñas Empresas (MyP) con una política de pago de máximo 30 días, para reducir los tiempos de cobro de las facturas y, por lo tanto, mejorar las rentabilidades de sus negocios.

Para ciudades como Bucaramanga, según datos de la aerolínea, en la que la ruta de viaje según tuvo en 2014 un crecimiento de pasajeros de 28%, es fundamental este tipo de accesos. Si bien la capital santandereana se destaca por su buen desempeño, impulsado por el sector de servicios, aún hay retos en la industria y el comercio, por lo que se necesita sofisticar su oferta y dar más valor agregado para ser más competitivos.

Estas iniciativas son parte de la respuesta al crecimiento del sector empresarial, que se ha visto obligado a traspasar sus propias fronteras regionales a través de una red de ciudades que forjan su dinamismo. El reto entonces, está en hacer más competitivos estos centros urbanos para que dentro de tres décadas sepan responder a las necesidades del tejido empresarial.