La virtualidad ha obligado a que los padres adquieran un rol mucho más protagonista en el proceso educativo.

EDUCACIÓN

Nuevos roles, nuevos retos

La educación virtual en educación primaria y básica conlleva varios desafíos y transformaciones. Un nuevo rol de los padres, mitigar la deserción escolar y capacitación docente son temas fundamentales para los colegios.

30 de julio de 2020

Sin duda, la educación virtual ofrece beneficios como flexibilidad, facilidad para que los estudiantes de manera sincrónica o asincrónica asistan a las clases y un sinfín de posibilidades para apoyar los procesos de aprendizaje. En la educación primaria y básica, sin embargo, hay un eje fundamental para lograr los objetivos de aprendizaje: el acompañamiento.  

Por supuesto, de acuerdo a las edades, las necesidades son diferentes, pero aun más en época de aislamiento y zozobra, el seguimiento de las particularidades de los niños y las familias es fundamental para apoyar su proceso educativo. Y, si bien es un problema que tiene diversas aristas, como el aspecto económico de las familias, esta ha sido la gran apuesta de los colegios para mitigar la deserción escolar. 

De acuerdo con Esperanza Benítez, docente de una institución pública en Bogotá, el seguimiento de las dificultades de cada estudiante ha sido fundamental para rastrear los casos que más alto riesgo de deserción tienen. Por supuesto, esto conlleva mayores esfuerzos de todo el equipo de la institución y de todos los actores involucrados en el proceso educativo. 

Claudia Ferrufino, rectora del Knightsbridge Schools International (KSI), explica que el acompañamiento a los estudiantes por parte de los profesores y del equipo de soporte emocional del colegio ha sido fundamental para que los estudiantes se mantuvieran motivados y avanzaran en su proceso. “El colegio tiene un programa de desarrollo socioemocional que se reforzó durante las clases remotas, lo que permitió que nuestros estudiantes a través de su autoconocimiento y la práctica de mindfulness mantuvieran su actitud positiva y motivación” agrega.

Por su parte, Hernando Rojas Leguízamo, rector del Colegio Santa María, analiza que los factores de deserción visibles que han contemplado son los problemas de la adaptación a la virtualidad y las dificultades económicas de las familias. “Al respecto, seguimos mejorando cada vez más nuestro CSM Connected (virtual) y sus múltiples posibilidades, el cual comenzamos con éxito desde la época de los paros en el año 2019, con el fin de fortalecer y dinamizar la propuesta académica, apoyado en la tecnología”, añade.

Alfabetización digital

Según un estudio de EF Corporate Solutions la necesidad de habilidades digitales está aumentando al mismo tiempo que la definición de estas habilidades se está ampliando. Aunque muchas instituciones venían incursionando en la virtualidad, ha sido necesario que los docentes y los estudiantes se capaciten en el uso de las nuevas herramientas. 

“Este año realizaremos algunas capacitaciones que se encontraron necesarias para fortalecer algunas competencias en los docentes. Todos los docentes habían estado a lo largo del 2019-2020 desarrollando sus competencias para fortalecer las metodologías activas en clase, en especial con metodología PBL, recibieron capacitación antes de la cuarentena para la enseñanza a través de Google Classroom y estrategias para clases remotas”, explica Ferrufino. 

En ese espacio de adaptación y adquisición de nuevas habilidades, el aislamiento ha obligado a redimensionar los roles de cada actor de los procesos de aprendizaje. “La educación virtual es un elemento importante para evidenciar el reto de trabajo colaborativo entre profesores y padres de familia. Esta experiencia ha servido para que los padres tengan una mirada más amplia y consciente del proceso de aprendizaje de su hija y del rol de cada profesor”, concluye Rojas.