Los cambios generados por el coronovirus han sido una oportunidad para que las universidades reevalúen sus procesos de enseñanza.

UNIVERSIDADES

La pandemia, una oportunidad para la educación

Aprender a trabajar con la ayuda de los colegas, cambiar el concepto de la evaluación y transformar la visión sobre la tecnología al servicio del aprendizaje son algunas de las lecciones que dejó la crisis en los docentes.

26 de octubre de 2020

Los cambios que se hicieron para enseñar durante la pandemia dejaron grandes lecciones que hoy las universidades pueden recoger para crear nuevas propuestas y modelos de aprendizaje. Muestra de ello son los resultados que dejó la investigación realizada por la Universidad de la Sabana en la cual se vislumbraron muchos de los retos para docentes e instituciones.

A los docentes de colegio y de universidad se les preguntó qué lecciones les había dejado la experiencia durante la pandemia. La primera, muy importante para ellos, es que se ayudaron entre sí y esto les resultó muy útil. Durante estos meses de educación virtual, descubrieron la importancia de poner en común los aprendizajes individuales y encontraron que con la ayuda de sus colegas podían ser mejores docentes.

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Adicionalmente, cambiaron el concepto de la función que debe cumplir la evaluación. Según explicó Óscar Boude, profesor investigador del grupo de tecnologías para la Academia Proventus de la Universidad de la Sabana y docente de la institución, antes de la pandemia, los docentes hacían evaluaciones más sistematizadas. Ahora comprenden que deben contribuir al desarrollo de los aprendizajes de los estudiantes y de allí que muchos permitieran, por ejemplo, que en un mismo grupo algunos estudiantes entregaran su evaluación en video, otros en un texto y algunos en un audio. Ya no fueron necesarios los mismo formatos y esquemas para todos. “Hemos vuelto a lo lúdico, hemos logrado entender que el proceso formativo tiene que ser un proceso donde el sujeto se siente bien”, explica el docente.

En tercer lugar, tuvieron un cambio de visión hacia la tecnología y de los efectos que pueda tener en los procesos formativos. Como dice el investigador, antes de la pandemia, muchos docentes eran renuentes a integrar de forma pedagógica la tecnología educativa. Hoy entienden su importancia, pero además reconocen que para conseguirla es necesario cambiar sus prácticas y “esto es avanzar mucho hacia el camino que debimos seguir hace años”, anota Boude.

“Hemos vuelto a lo lúdico, hemos logrado entender que el proceso formativo tiene que ser un proceso donde el sujeto se siente bien”, Óscar Boude, profesor e investigador.

Respecto a estas herramientas tecnológicas y su relación con las instituciones educativas, los profesores encontraron que muchas de sus universidades y colegios contaban con muy buenas herramientas que ellos no habían aprovechado, como sistemas de gestión, bancos de objetos de aprendizaje y los contenidos que liberaron muchas editoriales.

Lo que ha ocurrido es una gran movilización de los docentes a encontrar en los recursos educativos digitales fuentes de apoyo para transformar su proceso de formación. Ha aumentado la confianza en el efecto que puede tener la tecnología en el proceso”, agrega el experto.

A partir de ahora

Para Sindey Bernal, docente de secundaria y también de la Universidad del Bosque, nominada al Global Teacher Prize 2020, son muchos los cambios en apropiación tecnológica que se mantendrán luego de la pandemia, ya que los profesores lograron incorporarlos de manera adecuada a sus planes de estudio: “Los elementos que han cambiado definitivamente son a nivel de fortalecer la práctica pedagógica apoyada a través de las herramientas tecnológicas, creando diversos recursos educativos digitales y aulas virtuales que permitan no solo ser un repositorio de recursos sino espacios para interactuar, para acceder a materiales digitales, a conocer diversas plataformas para trabajo sincrónico y asincrónico. Se ha fortalecido el aprendizaje entre pares tanto de estudiantes como de docentes, potenciando el aprendizaje de diversas herramientas TIC (Tecnologías de la Información aplicadas a la Educación) y TAC (Tecnologías para el aprendizaje Cooperativo)”

Expertos en educación consultados por Semana explican que cambios como estos que se dieron en la mentalidad de los docentes no pueden dejarse morir. Para ello es necesario hacer una gran reflexión que permita entender lo que pasó, qué aprendieron y cómo seguir adelante. Si no se hace, se puede perder una gran oportunidad. En palabras de Bounte, “si no aprovechamos la oportunidad de oro de tener a los docentes súper conscientes de la necesidad de cambio, vamos a perder mucho”.

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Una de las acciones que se puede adelantar es encontrar metodologías para recopilar las herramientas que diseñaron los docentes para enseñar, y así poder socializarlas en la comunidad educativa, todo con el objetivo de recuperarlas y de evitar que toda esta creatividad se pierda.

Agrega que las universidades van a tener que transformarse porque, de lo contrario, tendrán menos alumnos. “Lo único que nos está funcionando es darle el balón al estudiante para que haga la última jugada. Nosotros debemos encargarnos de formarlo para volverlo protagonista. Ese es uno de los secretos”, comenta.

Esta pandemia también ha hecho necesaria una reflexión sobre la educación en general en Colombia, porque hizo mucho más evidentes los problemas que el país siempre ha tenido, asegura Francisco Cajiao, docente, consultor independiente y quien ha sido rector de universidad y trabajado desde el sector público en pro de la educación.

Algunos de estos problemas son las disparidades sociales, las diferencias culturales en las regiones que ponen sobre el tapete la idea de pensar en una educación más descentralizada, los currículos cerrados que limitan el conocimiento y la importancia de entender realmente cuál es la misión de la educación.

En cuanto a la virtualidad y los modelos combinados con las clases presenciales, Cajiao sostiene que para que funcionen es importante formar a los muchachos en autonomía, con el fin de que sean independientes y responsables.

“Creo que esta pandemia ha dejado enseñanzas a raíz del aprendizaje por shock, un mecanismo que consiste en que te quitan el piso y tienes que sobrevivir. De aquí pueden salir cosas muy buenas si se reflexiona, pero si la gente piensa que no pasó nada, se perdió la oportunidad”, afirma Cajiao. Y concluye: “Se necesita una reflexión inteligente que permita entender qué se ganó y qué se perdió, porque esto es como en la parábola del evangelio: hay que separar el trigo de la paja”.