Textiles Miratex pide salvavidas y se acoge a reorganización

El contrabando, los beneficios con que producen en la India, la China y los altos costos de producción en Colombia, como es el de la energía, siguen poniendo contra las cuerdas al sector textil.

Una de las empresas más emblemáticas que llegó a acogerse a la denominada ley de quiebras colombiana fue Everfit. En su momento esta compañía aseguró que entre las causas de su crisis se destacaban el cierre de la línea de negocio de Fabricato de su unidad lanera, único proveedor de lana del país, lo que la obligó a importar la lana con un proveedor de Asia, el cual afectó su capital de trabajo por pagos anticipados.

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Everfit también dijo que las condiciones de la economía global y local que ponen en riesgo de desaparecer al sector textil de Colombia desde la óptica de la producción nacional afectaron la salud de la compañía al igual que las dificultades comerciales con vecinos, particularmente con los mercados venezolano y ecuatoriano.

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Hoy el turno fue para Textiles Miratex, compañía que se ha visto en la obligación de cerrar algunos de sus puntos de venta como los almacenes denominados "Mundo M" ubicados en el Restrepo, Alquería e Itagüí.

La crisis de la compañía según los reportes tiene como punto de partida el impacto económico de la reforma tributaria y la situación con las entidades financieras.

En los últimos años, agrega Miratex, se ha incrementando la llegada productos de la cadena textil de contrabando, obligándolos a bajar sus precios de venta a niveles insostenibles y a perder clientela.

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Además el informe señala que según datos mencionados por el presidente de lnexmoda, el contrabando puede mover al menos $4,5 billones al año.

Según cálculos de la Andi, añade la compañía, la subfacturación de textiles que ingresan al país y se comercializan informalmente, sin pago de IVA, aumentó 124% en 2016 y calculan que en lo corrido de 2017 han entrado 18 mil toneladas subfacturadas, mientras que el contrabando abierto crece un 17% en fibras, 20% en hilados, 18% en textiles y 4,8% en confecciones.

Las cifras siguen siendo preocupantes según los informes presentados por la compañía. Los reportes que reposan en el expediente señalan de forma textual que de acuerdo con la Cámara Colombiana de Confecciones y Afines (CCCyA), lo anterior ha significado una caída de las ventas del sector del 19,9% en junio de 2017 y una pérdida en lo corrido del año a junio 30 de alrededor de 50.000 empleos.

Así mismo indica que en 2017 cerró en forma definitiva la planta de producción e hilaza de fibra corta con lo cual dejó de producir las 100 toneladas mensuales, debido a que dicha línea estaba destruyendo valor por competencia de producto importado de menor precio sumado al contrabando, el contrabando técnico y la subfacturación.

La sociedad, de forma textual y contundente señala que en los últimos dos años ha reducido 346 puestos de trabajo.

Sumado a esto, a la fecha el 100% del pasivo financiero esta vencido:

Según los expedientes, este proceso de reorganización se debe llevar en coordinación con el proceso de Inversiones Coprim.

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Las autoridades explicaron que la compañía deberá abstenerse de realizar, sin autorización de la Superintendencia de Sociedades, enajenaciones que no estén comprendidas en el giro ordinario de sus negocios, ni constituir cauciones sobre bienes del deudor, ni hacer pagos o arreglos relacionados con sus obligaciones, ni adoptar reformas estatutarias ni, en general, adelantar operaciones societarias o contractuales que supongan erogaciones reales o potenciales a cargo de la sociedad.