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| Foto: Afp / JB Lacroix/Getty Images

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¿Se aguó la fiesta de las digitales?

Los inversionistas se han vuelto más precavidos a la hora de invertir en las compañías disruptivas que llegan a bolsa.

4 de noviembre de 2019

Las anunciadas salidas a bolsa de compañías como Pinterest, Uber, Lyft, WeWork, Slack, Zoom y Airbnb hacían prever que este sería el año de las grandes noticias para las compañías tecnológicas. Pero a pesar de sus modelos disruptivos y de los cambios que han generado en los negocios alrededor del mundo, el debut de estas empresas decepcionó. En otras palabras, la mayoría de unicornios ha tropezado.

Transcurridos los primeros diez meses del año las cuentas que se hicieron sobre la "danza de millones" que iban a obtener en bolsa algunas de las principales tecnológicas han sido totalmente revaluadas. Ni Uber se convirtió en el gran suceso de la inversión, ni WeWork logró salir a bolsa. Y, en el intermedio, algunas han tenido varios tropiezos, pues los inversionistas no parecen tener claridad de si quieren seguir o bajarse de los unicornios.

El profesor Javier Molina, de la plataforma de inversión eToro de España, le dijo al diario Expansión que estas "salen con valoraciones excesivas, aprovechando el momento positivo del mercado, pero la oferta y la demanda no están equilibradas". Por eso recomienda que las próximas que quieran salir ajusten sus valoraciones porque "liquidez e interés hay, pero no a cualquier precio". En un escenario marcado por la turbulencia, la desaceleración global del próximo año y hasta la guerra comercial, los inversionistas están dejando ver su desconfianza.

La principal preocupación es por qué seguir invirtiendo en compañías que pierden mucho y no tienen asegurado un modelo para hacerlas rentables. Esto, al parecer, supera el interés de multiplicar su dinero. Por eso, aunque cerca de unas diez compañías tecnológicas se arriesgaron a dar el salto a la bolsa para conseguir recursos que les permitan asegurar su expansión, algunas como Uber, Slack, Lyft y Peloton han visto cómo sus acciones se vienen en caída.

Algunas de las empresas que este año han llegado a la bolsa no han logrado los resultados esperados.

En el caso de Uber, quizás la más emblemática del grupo de disruptivas por su plataforma enfocada en movilidad y servicios de domicilios y mandados. Su salida a bolsa se registró el 10 de mayo con un precio anunciado de US$45 por título, pero tres días después se cotizaba a US$37,10 y el pasado 25 de octubre cerró en US$32,77. Lyft, otra de las grandes apuestas del año –también en el negocio de la movilidad–, arrancó el 29 de marzo con un precio de apertura de US$72 por acción y a las pocas horas ya se vendían a US$87,24. Pero el primero de abril arrancó la desbandada y los títulos se cotizaban a US$69,01 y siguieron cayendo hasta que el pasado 25 de octubre se transaron por US$44,54.

Otras han tenido mejor suerte: Pinterest y Zoom. La primera es una plataforma para compartir imágenes y videos sobre hobbies e intereses de quienes ingresan a ella y, la segunda, ofrece conferencias y servicios de conferencias en línea a las empresas. En el caso de Pinterest, llegó con un precio inicial de US$24 por título el 18 de abril y para el 29 de ese mes había alcanzado los US$34,18. El pasado 25 de octubre se cotizaba a US$25,86, que sigue siendo una cifra superior a la de su debut. Por su parte, Zoom salió al mercado ese mismo día con un precio de US$62 y alcanzó a cotizarse en US$102 un mes después. No obstante, el pasado 25 de octubre se negoció en US$63,45.

Los tropiezos

Mientras buena parte de las tecnológicas enfrentan los dolores del crecimiento que les ha implicado llegar a la bolsa, otras buscan de manera desesperada corregir el rumbo. Una de ellas es WeWork, que pocos días antes de salir a bolsa registró una crisis de credibilidad que obligó a sus accionistas a aplazar los planes, anunciar recortes de personal y replantear el rumbo.

El inversionista japonés Softbank se había convertido en el gran promotor detrás de esta firma dedicada a comprar y adecuar inmuebles como espacios para el trabajo colaborativo. Pero ante la preocupación del mercado frente al modelo de negocios, los socios prefirieron tomarse su tiempo antes de salir a la bolsa porque temían que una descolgada de las acciones les terminara ‘quemando‘ parte del capital, según el Financial Times.

El comportamiento errático de su principal accionista, Adam Neumann, fue mencionado como uno de los factores clave para aplazar el ingreso a bolsa. Pero también hay quienes creen que los accionistas estaban haciendo unas ‘cuentas de la lechera‘ que terminaron por afectar su credibilidad. En cuestión de días, Softbank decidió tomar el control de toda la operación y en este momento avanza en un proceso para redefinir el modelo.

En este escenario, una de las más prometedoras, Airbnb, decidió aplazar para 2020 su salida a bolsa, para ajustar más el modelo. Aunque el mercado global de inversión tiene abundante liquidez y está ávido por participar en nuevas oportunidades de negocio, lo cierto es que son más cautelosos. Por eso las tecnológicas deben ir con pies de plomo y modelos más aterrizados que permitan que las ideas y los recursos tengan un matrimonio feliz.