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Juliana Ortíz, gerente de confecciones Bebita que exporta a Europa.

Textil

Ropa chiquita en tamaño, grande en ventas

Durante el 2012, Colombia exportó US$10,2 millones en ropa para bebé, siendo Antioquia, Santander y Bogotá las principales zonas productoras del país.

27 de agosto de 2013

Con ocho años de presencia en el mercado inglés, Bebita se ha mantenido como una marca colombiana especializada en el diseño y la confección de prendas para bebés con colores claros y delicados dibujos bordados a mano, un estilo que ha conservado durante 37 años de tradición y que gusta en otros países como Canadá y Estados Unidos.

Esta afirmación resulta más contundente al conocer que en los primeros cinco meses del año, sus ventas hacia Europa aumentaron un 37,3% en comparación con el mismo periodo del 2012. Además, que sus instalaciones son tan limpias y claras como una sala-cuna y que sus empleadas crean y tejen como todas unas profesionales del bordado para bebés de cero a doce meses.

Su caso ejemplifica las características que, según Proexport, debe cumplir una empresa para tener éxito en el exterior. "Hay que apuntarle a los valores agregados, a la innovación y a la perseverancia", aseguró María Claudia Lacouture, presidenta de Proexport, quien añadió que la ropa para bebé colombiana tiene oportunidad de ser exportada a por lo menos 14 mercados. "Canadá, Caribe, Costa Rica, Ecuador, España, Estados Unidos, México, Países Bajos, Panamá, Puerto Rico, Reino Unido, República Dominicana, Suiza y Venezuela".

En estos hay demanda de prendas como vestidos de baño, artículos de viaje para bebés, accesorios para niñas, ropa interior en algodón para niños, ropa deportiva para danza, camping y gimnasio, tutús para danza, calzado de ceremonia con suela de cuero y guayaberas.

En Estados Unidos, por ejemplo, demandan vestidos para bautizos, primeras comuniones, formales, casuales y calzado, específicamente las prendas con valor agregado con vestidos tejidos y con bordados a mano.

Los trajes especiales también son buscados en los países europeos, como España y Reino Unido, donde la tendencia es por los materiales suaves que hayan sido elaborados en procesos amigables con el medio ambiente como el algodón orgánico y con alto contenido de diseño.

Y aunque no existan manuales que señalen cuáles son las características que debe tener una colección para que sea digna de ocupar la atención de un mercado internacional, como el europeo o estadounidense, una de las afirmaciones más sabias y contundentes de las personas que trabajan en Confecciones Bebita es que sus prendas deben ser lo más cercano al calor y la protección del vientre materno.

Esta filosofía es la que ha conservado Juliana Ortiz, gerente de la compañía, durante sus más de 16 años en el cargo: "Cuando una mujer está embarazada, trata de cuidarse con lo mejor para proteger a su bebé, pero cuando el niño nace necesita una prenda hecha con amor, dedicación, experiencia y calidad; ese es nuestro más importante valor agregado".

Esta ingeniera industrial, experta en análisis de producción y mercadeo, prefirió dedicarse a cumplir con esta tarea en la empresa de su madre y abandonó su puesto en una banca de inversión para vivir en "el mundo real, manejar el día a día, la producción de una empresa y hasta conocer los problemas de todos mis trabajadores", dice.

Desde los primeros años de la empresa, Bebita comenzó a exportar hacia los Estados Unidos, país donde están sus más viejos clientes. No obstante, ahora ha iniciado un nuevo ciclo de ventas en Canadá, donde la demanda de sus productos aumentaron en un 50% entre enero y mayo de este año en comparación con el mismo tiempo del 2012.

Además de Europa y Estados Unidos, la compañía también exporta a mercados de América Latina como Panamá, Costa Rica, México, donde se calidad ha sido reconocida. "Hacer estas prendas implica un poco de magia. Por ejemplo, cuando Reino Unido envía sus dibujos de colección, nosotros somos los encargados de convertir esas líneas en una prenda física, real, logramos entrar en la imaginación de la diseñadora y agregarle ese sentimiento de amor y ternura que despiertan los niños en sus primeros mesecitos de vida", agrega.

De hecho, las buenas características de las prendas de vestir y las confecciones nacionales significaron un aumento del 3,4% en las exportaciones del sector entre 2011 y 2012, destacándose el subsector de las confecciones con un 5,9% durante el mismo periodo, según información del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo.

Entre los más importantes subsectores de las exportaciones no mineras hacia la Unión Europea, las confecciones ocupa el sexto lugar.

"El acuerdo comercial con Europa nos permite contar con unas reglas de juego, donde el comprador no está pensando en las decisiones políticas, eso permite que haya mayor tranquilidad y una facilidad en la definición de negocios a largo plazo, pues fija los beneficios arancelarios que después de un tiempo entraban a revaluación de los gobiernos", considera la empresaria.

Juliana mira el muro donde están formados varios diseños anteriores para confesar que siempre ha conservado el estilo clásico con el que inició su madre la empresa en Bucaramanga, "eso es lo que ha tenido éxito y ese es nuestro valor agregado: que la gente que busca un estilo tradicional y que quiere que el bebé se vea como bebé lo encuentre y lo conserve como recuerdo de una bella época".

Para conseguir este resultado final en sus productos, Bebita mantiene entre sus prioridades el análisis sobre las condiciones de trabajo de sus empleados, sus necesidades y problemas con el fin de conseguir un ambiente adecuado que permita un perfecto desarrollo y terminado en cada una de las prendas.