Home

Empresas

Artículo

| Foto: 123RF

EMERGENCIA 2.0

Subsidio a la nómina: ¿debería ser solo para las pymes?

Algunos analistas insisten en que el subsidio a la nómina debería concentrarse en trabajadores de bajos ingresos y pequeñas empresas.

11 de mayo de 2020

El subsidio a la nómina creado por el Gobierno en el marco de la segunda emergencia económica fue en general bien recibido por analistas, gremios y empresarios.

Muchos reconocen que la decisión de la administración Duque de subsidiar el 40% de un salario mínimo a los trabajadores de las empresas que hayan tenido una disminución de al menos el 20% en su facturación en abril es un paso en la dirección correcta.

El subsidio tendría un costo fiscal de alrededor de $2 billones mensuales con lo que el Gobierno esperaría proteger y salvar al menos a 6 millones de empleos. El subsidio por trabajador sería de $350.000.

Sin embargo, para varios analistas la medida sería tardía y podría resultar insuficiente. Incluso otros economistas como José Antonio Ocampo advierten que este subsidio debería concentrarse en las empresas más pequeñas y darles un manejo mucho más integral.

Para Ocampo es necesario concentrar estos subsidios en los trabajadores de menores ingresos y en pymes para tratar de aumentar el monto más allá del 40% en este sector que es más vulnerable y que no tiene el acceso a crédito.

Según el exministro hay que concentrar el subsidio en trabajadores de hasta dos salarios mínimos y en empresas de menos de 50 trabajadores, con lo cual el subsidio podría aumentar para este segmento del sector empresarial. En contraste, el apoyo a las empresas grandes se debe seguir realizando a través del crédito.

El subsidio no distingue a las empresas por su tamaño y, por eso, algunos analistas temen que dichos apoyos terminen concentrados en las grandes empresas y que no sirva, por ejemplo, para las empresas unipersonales o con pocos empleados. De hecho, el gremio de las pequeñas y medianas empresas (Acopi) le pidió al Gobierno Nacioal que incluya a las compañías que se encuentran registradas como personas naturales ante las Cámaras de Comercio dentro de los beneficiarios de este subsidio. Según Rosmery Quintero, presidente de Acopia, esto permitiría proteger más de 800.000 empleos.

También hay que combinar mejor los subsidios al empleo y a los hogares, afirma Ocampo. Por ejemplo, propone un apoyo de medio salario mínimo para 8 millones de familias pobres o vulnerables, combinado con un 75 % de un salario mínimo para trabajadores en empresas más pequeñas, pero decretando que quienes trabajan en estas empresas no tendrán el apoyo de ingreso a las familias. Es decir, combinar de una mejor manera los distintos beneficios que se conceden a los hogares para que no revivan varios y otros no los tengan.

De hecho, muchos analistas hablan de una renta básica solidaria que consolide y reemplace todos los programas existentes, incluyendo el nuevo ingreso solidario.

Por último, en su columna dominical de El Tiempo, Ocampo hace un llamado al Gobierno para que informe claramente los costos de la emergencia y cómo se financiará. Para el analista, mucho de lo anunciado no son en realidad recursos nuevos sino que ya estaban incluidos en el presupuesto nacional.

Según el analista, del apoyo a las familias durante la primera emergencia económica lo realmente adicional fue de $1,3 billones, es decir, menos del 5 % de los recursos de la emergencia, una suma realmente muy pequeña para el tamaño de la crisis. El Gobierno ha cuantificado los costos de la pandemia en más de $30 billones.