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Joyas, herramientas y electrodomésticos tienen la mayor cantidad de contratos. Los colombianos suelen recurrir a esta clase de operaciones para financiarse. | Foto: iStock

EFECTIVO

Compraventas, un salvavidas económico que sigue vigente en Colombia

Por muchos años las compraventas han ayudado a los colombianos a suplir sus necesidades económicas. En pandemia su actividad sigue siendo relevante.

29 de octubre de 2020

Los colombianos en aprietos para pagar el arriendo, los servicios o las deudas siempre pueden recurrir a las compraventas con pacto de retroventa, la forma técnica y moderna de llamar a las apreciadas casas de empeño.

Este, uno de los negocios más tradicionales del país, ofrece liquidez a las personas de una manera a simple vista muy sencilla. Compran a los ciudadanos bienes de segunda mano como electrodomésticos o joyas por un precio en común acuerdo. Pactan un plazo y un precio de retroventa para que el cliente vuelva a comprar el artículo. Cumplido el tiempo establecido sin que la persona haga la recompra, el artículo queda de propiedad de la compraventa, que puede ponerlo en venta.

Se estima que en el país hay cerca de 10.000 establecimientos de este tipo. Además, según el gremio de la industria, Fenacoven, cerca de 20% de la población colombiana recurre a estos para salir de apuros económicos o para crear empresa, dados los limitantes de la banca.

Este negocio no discrimina entre estratos. Zandra López, directora ejecutiva del gremio, señala que, contrario a lo que muchos pensarían, las compraventas no se limitan solo a los estratos 1, 2 y 3, también funcionan en 4, 5 y 6. “Todos necesitan recursos económicos y en definitiva el uso de las compraventas ha salvado la economía de muchas familias en momentos de dificultad”, resaltó.

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La gente entrega sobre todo joyas en oro y plata, televisores, equipos de sonido, lavadoras y herramientas como taladros, pulidoras y fijadoras.

Hace unos 20 años estos negocios proliferaban exitosamente en el país. Sin embargo, muchos han cerrado por factores que van desde el desconocimiento del modelo, la aparición de alternativas como los avances con tarjetas de crédito o las fintech, hasta la informalidad.

Al respecto, López señaló que en los últimos años han venido adelantando una importante labor para formalizar al sector y convencer a los propietarios de tener mentalidad de empresario, por lo cual muchos se han transformado y diversificado.

En tal sentido, además de cumplir con sus obligaciones, también se han dado a la tarea de modernizar al sector con canales digitales como los e-commerce, las redes sociales, entre otros.

Hoy hay unas 1.500 compraventas con pacto de retroventa formalizadas en 30 departamentos del país.

Una situación atípica

En una coyuntura de crisis sanitaria y económica como la actual, muchos pensarían que estos negocios se han beneficiado. Pero la realidad es otra.

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Pese a su lucha para que el Gobierno comprendiera su actividad y los declarara servicio esencial, tuvieron que cerrar sus establecimientos, lo que tuvo un efecto directo en el número de contratos nuevos y en el retiro de los existentes.

Este sector genera unos 50.000 empleos directos e indirectos en el país.

“La pandemia apretó nuestro negocio en la parte contractual. La gente estaba preocupada por hacer sus retiros y pagar con vencimientos. Los contratos nuevos se quedaron quietos, llegaron a caer 70% en los meses de mayo, junio y julio”, afirmó Luis Alberto Betancurt, presidente de la Seccional Asocom Cali, entidad que hace parte de Fenacoven, y propietario de compraventas.

Alejandro Vanegas, miembro de la junta de la seccional de Fenacoven en Antioquia, también afirmó que en condiciones normales cerca de 80% de los propietarios recuperaban sus productos, y hoy esa cifra es mayor a 90%. “Eso es bueno y malo. Bueno porque así funciona el modelo de negocio, se obtiene ganancia y por ende liquidez. Pero ya está subiendo mucho y nos estamos quedando sin productos en las vitrinas”, explicó.

El caso de Bogotá es muy similar. Según Luz Marina Aldana, presidente de Anprocom, que también hace parte de Fenacoven, los cierres por localidades y la incertidumbre vivida en los meses más duros de la pandemia generaron una caída similar en los nuevos contratos y el inventario cayó a 60%.

Afirma que esto se debe a la preocupación por el manejo de los ingresos de los ciudadanos y al temor por salir de sus casas.

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Desde agosto la actividad se ha venido recuperando, aunque no está a niveles previos a la pandemia. Varios de los nuevos contratos provienen de trabajadores independientes, de quienes vieron reducidos sus sueldos y de quienes han perdido su puesto o no han podido trabajar.

Los representantes mencionaron que, seguramente a raíz de la emergencia muchos de estos negocios cerrarán y los formalizados se mantendrán vivos. Además, pronostican que en adelante sentirán los mismos efectos que el sector financiero tradicional, pues los contratos crecerán pero el pago a tiempo estará en vilo. “Los compravendedores seguiremos aquí para ayudar a los colombianos en momentos tan duros como este”, concluyó López.