Home

Empresas

Artículo

Tener las etiquetas en inglés, utilizar ingredientes, aditivos y colorantes aprobados por la FDA, entre los requisitos a tener en cuenta para realizar una exportación exitosa. | Foto: Archivo Semana

Comercio Exterior

A los lácteos colombianos los esperan en Estados Unidos

Queso, arequipe, yogurt, suero costeño y cuajada son algunos de los productos lácteos que Colombia puede exportar al país del norte. Tenga en cuenta los requisitos.

6 de septiembre de 2014

Así se dio a conocer en el Seminario de Oportunidades y Requisitos para Exportar Productos Lácteos a Estados Unidos realizado por Proexport Colombia, en donde tanto los empresarios participantes como los expertos invitados reconocieron las oportunidades de negocio que hay para los productores colombianos de lácteos. "Las posibilidades para que este tipo de productos son excelentes. Nuestros productos lácteos son muy limitados para la demanda que hay", afirmó Kenneth Anderson, experto en asesoría y certificación en cumplimiento de normas sanitarias establecidas por la Food and Drug Administration (FDA), entidad en Estados Unidos que regula los alimentos, medicamentos, cosméticos y otros artículos que entran al país.

Entre los productos con mayor acogida, añadió Anderson, se encuentra el yogurt griego, que a pesar de ser uno de los menos consumidos en el mundo, ha incrementado su mercado en los últimos años en Estados Unidos. "Las posibilidades son grandes, sobre todo en el sector de arequipes, postres lácteos y quesos", agregó Luis Sierra, gerente comercial de Helados San Valentín.

A esto se suma que el Tratado de Libre Comercio permitió la entrada inmediata del yogurt y autorizó una cuota de acceso preferencial de 9.000 toneladas adicionales de leche líquida, mantequilla, helados, quesos y otros lácteos libres de aranceles. Por su parte, la presidenta de Proexport Colombia, María Claudia Lacouture, indicó que "a través de estas capacitaciones se fortalece la industria para asegurar su expansión en el exterior. En Estados Unidos lo importante es cumplir con los requisitos, puesto que hay demanda por productos que Colombia puede suplir bajo condiciones de competitividad favorables como son la cercanía y el libre arancel".

Aspectos a tener en cuenta
Gabriel Pascual, asesor internacional del sector lácteo, aseguró que lo primero que requiere el mercado estadounidense "es leche de buena calidad. Después exige que el exportador tenga conocimiento de las normas que aplican al proceso de exportación e información sobre el mercado y el tipo de consumidor que encaje con el producto".

Los empresarios deben tener en cuenta que a partir del 1o de julio de 2015 habrá un cambio de legislación que incrementará los controles a las importaciones de alimentos. "Está basada en mantener documentación más extensa y rigurosa, así como un mayor control de los puntos críticos y toda la documentación que este procedimiento requiere para que se permita una verificación de los procesos de producción", explicó Pascual.

Otro aspecto de importancia es que los productos que no están categorizados tienen más flexibilidad en su desarrollo y son más fáciles de exportar, puesto que no requieren de ningún tipo de certificado, ni tienen restricciones en sus ingredientes. Por ejemplo, productos como el yogurt deben seguir un proceso específico y con ciertos ingredientes. Lo mismo si tiene crema o si es queso mozzarella. "No todos los productos tienen un estándar de identidad definido como la avena, el arequipe o el suero costeño. Estos son productos que son más flexibles en su desarrollo y más fáciles de exportar", aseguró Pascual.

Cumplir normas como la PMO (Ordenanza para la leche pasteurizada Grado "A"), que aplica únicamente a la leche y crema (leche cultivada, crema agria, yogurts, bebidas de yogurt y queso cottage, entre otros), y la HCCP, obligatoria para cualquier actividad de la cadena alimentaria, son importantes para asegurar las exportaciones.

También se deben seguir aspectos fitosanitarios y procesos de elaboración para garantizar la calidad del producto y su inocuidad; un sistema de documentación para registrar la trazabilidad; y una presentación adecuada cumpliendo con las normas establecidas para el etiquetado, como que esté en inglés y que contenga la información nutricional.