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Santiago Molano es nieto del fundador de Ramo y vicepresidente ejecutivo | Foto: Archivo Particular

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Las achiras y el Chocoramo llegan a Estados Unidos

La marca colombiana comenzará a exportar achiras a Estados Unidos y fortalecerá su presencia en ese país rebautizando el popular Chocoramo.

17 de septiembre de 2020

La marca colombiana de ponqués Ramo va por una mayor tajada del mercado latino en Estados Unidos.

La compañía fijó como una de sus prioridades ampliar y consolidar la distribución en Estados Unidos, especialmente para el mercado latino. Para esa decisión pesó tener el dólar por encima de $3.500 y un mercado interno sostenido pero difícil de ampliar en el corto y mediano plazo debido a la pandemia.

Este objetivo enfrentará grandes retos debido a la dura competencia en ese mercado lleno de marcas de Europa, América Latina y el propio Estados Unidos.

A favor de Ramo juega el posicionamiento de sus productos y marcas logrados desde 1950, año de su fundación. En efecto, es difícil encontrar marcas de alimentos industriales con mayor arraigo en la cultura colombiana como el Chocoramo y el ponqué Ramo. “Conocemos historias de personas que llenaban sus maletas con productos Ramo para luego venderlos en otros países”, cuenta Santiago Molano, vicepresidente ejecutivo de Ramo y nieto del fundador de la compañía, Rafael Molano.

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Tal vez por eso la compañía lanzó en 2019 un plan de exportaciones que comenzó en Estados Unidos y que un año más tarde ya reporta un crecimiento de 85% en ventas.

Aún así, Ramo es un recién llegado al gigante del norte. Por eso, para mejorar la penetración en este duro pero rentable mercado, la compañía se vio obligada a cambiar el empaque y nombre del Chocoramo. Ahora, cualquier persona en Estados Unidos que quiera este producto tendrá que preguntar por el ChocoCake.

Productos de Ramo

Otra de las acertadas decisiones de la firma fue lanzar una presentación de US$0,25 que puede ser exhibida en las tradicionales bombonas de los locales.

Las estrategias parecen funcionar en las ciudades de Estados Unidos con gran presencia de latinos, como Nueva York, Los Ángeles y Miami.

Esta primera fase involucra las estrategias de promoción denominadas ‘nostálgicas‘; aquellas que buscan evocar o recordar al país de origen de los inmigrantes. En una segunda etapa se entrará a los restaurantes y otros establecimientos.

Ramo ha pulido la logística de envío. Fabrican en Colombia los productos de que venden en mercados internacionales y los embarcan en contenedores sellados a una temperatura de -20 grados centígrados. Una vez los recibe el distribuidor en el país de destino, puede descongelar el lote según sus necesidades. Molano explicó que los productos congelados de Ramo mantienen sus propiedades hasta por 8 meses. Una vez descongelado pueden durar 38 días en la góndola o en exhibición.

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Algunos productos de Ramo ya llegan a Estados Unidos, Canadá, Australia, Chile y Costa Rica, pero las ventas internacionales solo representan 1% de los ingresos. Prevén aumentar esa proporción en los próximos años gracias al apetito en el exterior por estos ‘antojitos’ locales.

En el mercado local la empresa quiere mantener el volumen de ventas de 2019 y sincronizar el portafolio de productos a las necesidades de una sociedad que consume más en el hogar y menos en la calle.

Uno de los planes es fortalecer la línea de snacks, donde se destacan los tostacos, las achiras y las papas fritas. “Según Nielsen, somos la marca que más ha crecido en los últimos 3 años en el segmento de snacks”, anticipó el empresario.

Una marca sólida

El ponqué procesado de Ramo lidera el mercado con una participación de 60%, en tortillas y tacos la firma tiene entre 20% y 25%, mientras que en snacks hay avances, pero la cifra no es tan representativa aún.

Mantener esa calidad y esos planes de expansión requiere de músculo financiero. La compañía asegura que mantiene bajos niveles de deuda y que incluso no usó una línea de liquidez que otorgaron durante la pandemia.

En cuanto a plantas de producción y bienes de capital, la empresa es también sólida. Hace unos meses abrió una nueva planta en Mosquera, la segunda en ese municipio, con una inversión de $100.000 millones.

Esta situación en el mercado local, las oportunidades en el exterior y la sólida posición financiera han propiciado más de un coqueteo con otras multinacionales del sector. “Nos han llamado y han mostrado interés, pero nuestra intención es seguir creciendo y seguir siendo una compañía colombiana”, aseguró el directivo.

Sin embargo, eso no quiere decir que la pandemia no haya pasado factura. El crecimiento de ventas se ralentizó y postergaron los lanzamientos de nuevos productos mientras evalúan nuevas tendencias del mercado.

Una de ellas es el consumo masivo de huevos. Ramo tiene una planta avícola que produce cerca de 500.000 al día. Ante el exponencial crecimiento en ventas de esta proteína, más barata que la carne, la compañía decidió vender parte de su producción a mayoristas.

Otra de las movidas interesantes derivadas de la actual crisis tiene que ver con los canales digitales de distribución.

Por medio del portal www.ramo.com y alianzas con plataformas como Rappi, Merqueo y Ubereats, la compañía logró mantener a flote las ventas en el periodo más crítico de la cuarentena obligatoria.

La empresa espera mantener este año las cifras reportadas en 2019 en ventas y operaciones. Según la Superintendencia de Sociedades, en 2019 Productos Ramo vendió $458.000 millones, un incremento de 4,8% frente a lo reportado en 2018. La receta del éxito de Ramo se resume en un acrónimo creado por el fundador de la empresa, Rafael Molano: “La clave está en los ‘dis-cos’: Es decir, en la distribución y los costos”.

Una gran historia

Se puede decir que Ramo es casi un spinoff de Bavaria. Rafael Molano trabajaba en la parte de distribución de esta cervecera en 1950.

Cuando la mamá de don Rafael lo visitaba en Bogotá no podía entrar a la casa sin el ponqué que ella misma preparaba en su pueblo natal, Santa Rosa de Viterbo (Boyacá). El gusto por este alimento atado con una bella cinta era tan grande que don Rafael pronto empezó a ofrecerlo en tiendas de barrio. “Mi abuelo se sentía muy orgulloso al decir que fue el primer vendedor tienda a tienda de Ramo”, cuenta su nieto Santiago.

Con su apuesta internacional y su resiliencia en la actual adversidad pandémica, parece que habrá Ramo para rato.

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