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La planta de Enka transforma 33.000 toneladas de botellas plásticas al año. | Foto: Cortesía Enka

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El negocio del reciclaje del PET: la metamorfosis de las botellas

El negocio del reciclaje del PET se fortalece. Dos empresas se encargan de transformar las botellas en resinas. Así lo hacen.

12 de octubre de 2019

En Colombia se generan alrededor de 12 millones de toneladas de basura al año, de las cuales solo se reciclan 17%, según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sotenible, siendo los plásticos de un solo uso uno de los materiales que más aporta.

Las botellas PET es uno de los materiales que más se utiliza y genera material reciclable. Se estima que en el país se consumen unas 150.000 toneladas de las mismas; sin embargo, solo se reciclan 30%, dato que resulta bajo si se compara con otros países como México en donde el porcentaje alcanza 60%. La apuesta es que en 2030 se llegue a 50%, pues hoy es mayor la demanda de producto transformado que la oferta.

En el país solo hay dos compañías que se encargan de transformar las botellas PET en resina para la producción de nuevos envases. Se trata de Enka, en Medellín, y Apropet, en Bogotá. Entre las dos procesan alrededor de 40.000 toneladas de estas botellas al año; sin embargo, la industria demanda unas 50.000 toneladas, por lo que se hace necesario aumentar el acopio de estos materiales. En Colombia, de cada 10 botellas pláticas que salen al mercado, solo 2,5 o 3 se reciclan, una cifra baja si de evitar la contaminación del ambiente se trata.

Las dos empresas hacen la tarea y, a través de diversas campañas que han emprendido con las productoras de gaseosas y refrescos, buscan generar mayor conciencia con el fin de aumentar el volumen de botellas recicladas y así evitar que las mismas se queden en lugares a cielo abierto, en los rellenos sanitarios o, lo peor, que lleguen a ecosistemas hídricos como los océanos.

Apropet recibe, en promedio, 30 toneladas de botellas PET al día.

Economía circular

Enka tiene capacidad para transformar 33.000 toneladas de botellas PET al año, cerca de 3 millones de unidades al día, las cuales son transformadas en resinas para la producción de envases en contacto con alimentos; fibras para la fabricación de ropa de hogar y tejidos técnicos y filamentos, dirigidos a la elaboración de prendas deportivas. Desde el año pasado también fabrica polietileno y polipropileno a partir de tapas y etiquetas para la inyección de piezas, lo que le permite cerrar el ciclo de las botellas, evitando el desperdicio en sus plantas.

Las 33.000 toneladas de botellas se convierten en 30.000 toneladas de productos de alto valor agregado. Álvaro Hincapié, presidente de la empresa, asegura que esta economía circular genera grandes beneficios al país. “Cuando empezamos el reciclaje en Colombia los niveles de recolección de botellas eran inferiores a 10%. Hoy el promedio es de 30%”, manifiesta. El objetivo de esta compañía es que, aprovechando que el PET es el material de empaque más amigable con el planeta, se incrementen los niveles de reciclaje en el territorio nacional.

En Bogotá, Apropet hace lo propio. Esta empresa, que forma parte del Grupo San Miguel Industrias, conglomerado peruano fabricante de envases por medio de inyección y soplado, recoge en promedio al día 1,2 millones de botellas, evitando que estos productos vayan a parar a los rellenos sanitarios. Al mes son más o menos unos 42 millones de botellas. “Luego del proceso volvemos a hacer otra contribución importante, pues el PET reciclado genera menos emisiones de gases efecto invernadero”, manifiesta John Henry Villamizar, country manager de esta compañía. Apropet recibe en promedio 30 toneladas de botellas PET al día, que son sumistradas por unos 65 proveedores representados en asociaciones y cooperativas. Luego del proceso de transformación, la empresa le entrega al mercado unas 24 toneladas, en promedio. La firma bogotana procesa 7.200 toneladas al año.

Para Villamizar es clave incrementar los volúmenes de reciclaje de este material y en el proceso juegan un papel fundamental los hogares en donde no se está haciendo una adecuada separación. “Si bien los recicladores hacen mucho de este trabajo, si los consumidores tomaran conciencia de la importancia de clasificar, sería más fácil llevar a cabo el proceso y se evitaría que alrededor de 105.000 toneladas de residuos PET terminaran en los basureros cada año”, dice Villamizar “Reciclar nos favorece a todos. En la medida en que contribuyamos al reciclaje de los materiales, tendremos un medio ambiente mejor y se podrán generar proyectos productivos, de impacto social; pero necesitamos que se cumpla la otra parte: disponer bien de los envases”, dice el directivo.

Los empresarios coinciden en que, tanto las empresas transformadoras, como la industria están trabajando en educación y cultura ciudadana por el cuidado del planeta para las futuras generaciones, así como en el fortalecimiento de la red logística de reciclaje. Los datos de las compañías apuntan a que en el país hay unos 60.000 recicladores de este material. Adicional a Enka y Apropet, existen otras organizaciones que convierten las botellas en diferentes productos como láminas, termoformados y productos químicos, entre otros.

No hay duda de que la tarea se viene haciendo, pero es largo el camino que falta por recorrer, pues si bien en PET se recicla la tercera parte de lo que se consume, en otros materiales este porcentaje es de 17. La expectativa es que con las obligaciones asumidas por el país al interior de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) en esta materia, en 2030 el porcentaje total de reciclaje sea de 30%; mientras en PET, la apuesta es que supere 50%.