Avantel reporta normalidad de servicios y rechaza competencia desleal

La decisión de Tigo de desconectar en voz las líneas del operador Avantel que utilizan su infraestructura no tendrá efecto en el servicio. Así lo aseguró Ignacio Román, presidente de Avantel, quien rechazó la decisión del operador y volvió a acusarlo de competencia desleal y aseguró que el servicio se está prestando de manera normal ya que la compañía inició un plan que se apoya ahora en las redes de los otros dos operadores, Claro y Movistar.

Incluso, el directivo asegura que aunque hasta la semana pasada unas 250.000 líneas utilizaban la infraestructura de Tigo, tan solo serían unas 50.000 líneas afectadas pues desde hace varias semanas la empresa se venía preparando para una transición ordenada de los servicios, que no afectara a los usuarios.

En este momento, explicó, hay unos 50.000 que pudieran llegar a conectarse a la red de Tigo y a ellos les enviaron un mensaje, pero hasta el momento solo unos 800 han reportado que están afectados. La empresa decidió darles una solución a este pequeño grupo y según Avantel, los compensarán con una semana con beneficios adicionales.

Esta medida de Tigo fue vista por Avantel como una decisión hostil, mediante la cual el operador busca sacar del camino a un competidor que en el último año ha logrado crecimientos importantes en el número de clientes, aseguró Román.

Pero, ¿qué ha provocado este tipo de decisiones, que están crispando al mercado y tiene en vilo a miles de usuarios del servicio?

La versión de Tigo, Movistar y Claro apunta a que Avantel no estaría pagando las tarifas definidas por las autoridades colombianas, que entraron a regir en noviembre del año pasado. Avantel, un operador que tiene cerca de 2,1 millones de usuarios, no cuenta con la infraestructura total para prestar todos los servicios de voz, y por eso se viene apoyando desde hace años en las redes y sistemas de transmisión de las otras tres grandes compañías, a las cuales les paga con base en una tarifa especial.

Pero sus competidores aseguran que a partir de noviembre de 2018 entró a regir una tarifa general según la cual debe pagar casi el doble de lo que venía pagándoles a las tres compañías de telefonía. Y arrancó en ese momento una controversia ante las autoridades administrativas porque Claro, Movistar y Tigo demandan que les pague la tarifa que corresponde.

Avantel asegura que no hay deudas pendientes o facturas atrasadas, pues mensualmente les giran a estos tres operadores $11.000 millones por el uso de sus redes. Y que la tarifa vigente es la especial y así lo ha defendido ante las autoridades. De hecho, esto es lo que le ha permitido que aun siendo un operador pequeño, pueda ofrecer precios muy competitivos. Por eso, afirma que mientras no haya una decisión definitiva, seguirá pagando mensualmente con base en la anterior. Sus competidores, sin embargo, llevan las cuentas de lo que consideran son deudas pendientes y han insistido en reclamarlas ante las autoridades.

Hace tres semanas la CRC les dio la razón a Movistar, Claro y Tigo en el cobro de la nueva tarifa a Avantel. Sin embargo, esta decisión todavía tiene un recurso y por eso fue apelada. Según Román, esta es una disputa comercial entre operadores por la norma que se debería aplicar para calcular el Roaming Automático Nacional, RAN, pero la disputa no está en firme y actualmente está en proceso de revisión ante las autoridades competentes.

Pero Tigo decidió que ya no esperaba más en la madrugada de este jueves 3 de octubre, desconectó las líneas de Avantel que usan los servicios de voz de Tigo. Según los directivos de Avantel, se trata de unas 50.000 líneas cuya afectación ha sido mínima porque adelantaron un plan para no afectar a los usuarios.

¿Cuál es la explicación de Avantel esta situación? Por un lado, que es un tema de competencia desleal en el que un operador, por una disputa, desconecta “un servicio esencial perjudicando a clientes y a la competencia. Eso no se ha hecho en ningún país del mundo y aquí lo hacen amparándose en una interpretación y han intentado dañar a un competidor”, explica Román.

Aseguró que claramente esta decisión se toma en momentos en que el país se prepara para una licitación del espectro, y que a muchos les incomoda que otras compañías pequeñas decidan participar y por eso buscan sacar del camino a los competidores. “Esta es una discusión que lleva un año y por eso nos sorprende que reviente en estos momentos, de manera tan virulenta, y a solo dos meses de que se realice la subasta del espectro”, aseguró Román.

La controversia sin duda se mantendrá en las próximas semanas, cuando los operadores de telefonía buscarán tener el mejor posicionamiento de cara a la subasta del espectro, que les dará nuevas posibilidades tanto a las empresas que competirán como a los colombianos, que quieren mejores servicios y a mejores precios.