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| Foto: Medio Ambiente 123RF

ANÁLISIS

Morir en el intento

En el 2015, los países integrantes de la ONU acordaron los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) con el fin de mejorar la sostenibilidad ambiental, social, cultural y económica a nivel global.

Andrea Mejia Fajardo
8 de octubre de 2020

El ODS 12 – producción y consumo responsable – tiene como principal objetivo incentivar la reducción del consumo de recursos naturales, la contaminación y la degradación ambiental generadas por las formas de producción tradicionales y mejorar la calidad de vida de las personas: desde los campesinos hasta los consumidores.

La industria de la moda, catalogada por la Conferencia de Comercio y Desarrollo de la ONU (Unctad, por sus siglas en inglés) como la segunda más contaminante del mundo, juega un papel esencial en el alcance de este ODS.

El panorama actual

Según la Unctad, unos 93 millones de metros cúbicos de agua son usados anualmente en la industria: confeccionar un jean requiere alrededor de 7.500 litros de agua, en ocasiones, afectando la disponibilidad de agua potable de comunidades.

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El ODS 12 propone un manejo eficiente de los recursos naturales en una industria en la que además del agua se requiere de grandes cantidades de energía eléctrica: en China el sector moda es el sexto de mayor consumo.

La industria es además responsable del 10% de las emisiones globales de carbono: anualmente libera alrededor de 1.200 millones de toneladas de CO2, cifra mayor a las emisiones generadas por vuelos internacionales y envíos marítimos.

Este ODS busca también el manejo responsable de químicos y desperdicios durante las fases productivas, considerados fuentes de riesgo para el medioambiente y la salud, en parte, causado por una disposición inadecuada de este tipo de residuos y sustancias liberando toxinas en el aire, agua y tierra. Lu Yen Rollof, de la campaña Detox my Fashion de Greenpeace, afirma que solo el 15% de la industria textil está trabajando por mejorar el manejo de químicos.

Para el Banco Mundial, entre el 17 y 20% de la polución de agua industrial se debe a los procesos de teñido y acabados: 72 químicos tóxicos hallados en el agua en China provienen del teñido textil. El sector textil es una de las industrias con mayores descargas de nitrógeno y amoníaco, y aporta a una contaminación adicional por medio del desecho de metales como cadmio, cromo, mercurio, plomo y cobre.

El ODS 12 invita además a reducir la generación de desperdicio por medio de la prevención, reducción, reciclaje y reúso. Cada tres de cinco prendas son desechadas antes de un año y cada minuto se incinera o se desecha el equivalente a un camión de basura. Solo el 1% de los textiles recolectados son reciclados en nuevas telas.

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Si la producción de vestuario continúa creciendo al ritmo actual bajo prácticas de producción lineales, para el 2050 el Ellen MacArthur Foundation estima que el sector moda triplicaría el uso de petróleo: de 98 millones de toneladas usadas hoy, se requerirían 300 millones de toneladas.

¿Qué hace la industria para alcanzar el ODS12?

Algunas marcas y empresas están innovando en el uso eficiente de agua y energía, otras, buscan formas de cerrar el ciclo y lograr la circularidad. Otro grupo investiga e invierten en tecnología para mejorar el producto durante cada proceso: desde modelos de negocio de prendas bajo pedido hasta técnicas de teñido y acabado sin necesidad de agua ni químicos.

Durante la investigación de posibles proveedores, Kayti O’Connell Carr, creadora de Mate the Label, observó cómo trabajadores ponían en riesgo su salud al exponerse a químicos y microfibras durante los diversos procesos de teñido, acabados y confección.

Al estudiar en detalle los impactos negativos sobre el medioambiente y el ser humano generado por prácticas tradicionales en la industria de la moda, su interés por una producción responsable y amigable con el medioambiente incrementó.

La empresaria comenta que en una fábrica textil hay cientos de miles de microfibras en el aire en todo momento, y si la fábrica trabaja con poliéster, otra forma de plástico, ese aire está contaminado de este material. Los trabajadores allí están respirando plástico en cantidades alarmantes.

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Mate the Label confecciona sus prendas en algodón orgánico: este requiere 87% menos agua, emite 45% menos gases de efecto invernadero y demanda menos pesticidas que el cultivo tradicional de algodón. Con esta elección de fibra orgánica teñida sin sustancias nocivas, la marca busca crear prendas que cuiden la salud de los trabajadores y de sus clientes. Y para bajar su huella de carbono, gran parte de su cadena de producción está ubicada cerca de Los Ángeles. Carr trabaja también en cómo recuperar las prendas usadas para cerrar el ciclo por medio una producción circular.

Aunque estas decisiones generan prendas de mayor costo en el mercado, gracias a la disminución de la huella de carbono de cada prenda, es la elección más responsable.

El ODS 12 es una oportunidad para crear modelos de negocios desde la sostenibilidad, en los que la preservación de los recursos naturales sea parte de su razón de ser. Quedan solo diez años para lograr lo propuesto en el ODS 12, y el no fracasar, depende tanto de marcas y empresas, como de Gobiernos y consumidores y de las posibilidades de trabajar en alianza por un mismo objetivo. No tenemos otra alternativa que lograrlo o morir en el intento.

Andrea Mejia Fajardo

Diseñadora, Periodista y magíster en Ciencia Política