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La propagación de marcas de ropa como Arkitect, People, Bronzini, Coqui y Pop Rose, marcas propias de los Almacenes Éxito, dan cuenta del fenómeno. | Foto: Archivo Semana

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Las grandes marcas ahora tienen quien le pise los talones

A pesar que las marcas principales se plantean como las favoritas de los consumidores, las marcas blancas y propias han logrado robarse una parte importante del mercado.

31 de mayo de 2013

Y es que desde hace más de 10 años, las marcas blancas o secundarias han inundado al país, de modo que hoy han logrado sentar un posicionamiento fuerte que les permite alcanzar alrededor del 10% más del mercado que tenían hace unos 5 años, según datos de estudios de mercado.

Una cifra que se hace cada vez más notoria en el sector textil con la propagación de marcas de ropa como Arkitect, People, Bronzini, Coqui y Pop Rose, marcas propias de los Almacenes Éxito o marcas blancas como Ela de Studio F, Rocca de Totto, Lumar de Leonisa y demás.

Y es que el modelo de las marcas propias que son aquellas creadas por un mismo fabricante, para abarcar varios sectores del mercado y diferentes gamas de precios o de prestaciones de sus productos, ha rendido un gran beneficio. “Los venden con varias marcas distintas, que normalmente son de menor precio y prestaciones de la marca principal, lo que es atractivo para los consumidores y no desestima el target al que quiere ir la marca principal”, señaló Constanza Carreño, especialista en marketing y nuevos negocios.

Las marcas propias han llegado a abarcar el 90% de los proveedores del Grupo éxito, que corresponden a productores nacionales, el 85% para Alkosto y para Carrefour el 97%.

Junto con esto, las marcas blancas, un modelo que no rompe con la dinámica de las marcas propias, son productos que siendo fabricados por la misma empresa de la “marca principal”, la hace para terceros.

“El mayor reto detrás de las marcas blancas, además de lograr que los consumidores las elijan por encima de las marcas líderes, es desmitificar aquello de que los precios bajos riñen con los productos de calidad y posicionarse como una buena opción de compra”, aseguró Carreño.

Lo que preocupaba en un principio era la calidad, pero esto es algo que los productores han aprendido a insertar en las prendas.

“El tema ha evolucionado de manera muy acelerada, porque la imagen que todo el mundo tiene de las marcas blancas es que son las más baratas y las de fabricantes son mejores. Las grandes cadenas se han dado cuenta de que la gente también demanda calidad, no solo precio, entonces a ese tarjet le ofrecen marcas propias de mejor calidad”, explica Rafael España, Director Económico de la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco.

Es por esto que las marcas secundarias, blancas y propias se han ganado un terreno que no están dispuestas a ceder y cada vez más le pisan los talones a las grandes marcas.