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Alfonso Ávila presidente de EasyFly. Cuando le preguntan si ha pensado en la expansión internacional, reconoce que sueña con ello. Pero aún le queda mucho por crecer en Colombia. | Foto: Johann Correcha

AÉREO

Historia de un emprendedor aeronaútico

Así ha logrado sus éxitos el principal emprendedor de la industria colombiana de transporte aéreo.

30 de mayo de 2019

El negocio de la industria aeronáutica ha enfrentado vientos cruzados en los últimos tiempos. El incremento en los precios del crudo, el crecimiento de la competencia por cuenta de las aerolíneas de bajo costo y hasta la devaluación del peso, han hecho que el dulce se ponga a mordiscos.

Muchas compañías han enfrentado dificultades en la región. A pesar de todo, un empresario colombiano ha venido mostrando indicadores de éxito dignos de envidia no solo para sus colegas en la industria, sino en general para cualquier empresa. Se trata de Alfonso Ávila, que desde hace 11 años opera EasyFly con resultados operativos realmente excepcionales. Según cuenta Ávila, la compañía acumuló un crecimiento en número de pasajeros movilizados de 21% hasta 2018, mientras la industria alcanzó solo 12% .

La compañía está renovando su flota.

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A marzo de este año creció 26%, mientras que el mercado venía aumentando su operación a 10%. Esperaba que a abril creciera 41%.

La clave del éxito es haber encontrado un nicho que pocos habían explotado, y adaptar al mismo el modelo de negocio.

Ávila nació en Chitaraque Boyacá, y su familia se trasladó cuando él era niño a Barranquilla, donde creció, lo que explica su notorio acento costeño. Luego se graduó de administrador en Eafit y realizó un máster en la Universidad de Nueva York.

Aunque hizo pinos como profesor en la Universidad del Norte, llegó a ser contralor de Avianca y luego vicepresidente financiero. Igualmente presidió a su filial SAM, una de las históricas de Colombia, ya desaparecida. Allí estuvo entre 1990 y 1993, cuando, según él mismo dice, en un acto de irresponsabilidad decidió abandonar la nave para arrancar su propio emprendimiento. Y, en efecto, con AeroRepública, les quitó espacio a las poderosas Avianca y Aces.

Durante los once años que estuvo en ese proyecto, la compañía pasó de representar menos del 3% del mercado aéreo a alcanzar el 25%.

Allí compitió de tú a tú con empresas grandes, pertenecientes a conglomerados. Pero justamente por ello, cuando llegó la crisis de comienzos del siglo XXI, luego de los atentados a las Torres Gemelas en Nueva York, las empresas sintieron un duro golpe y les costó mucho adaptarse a las nuevas circunstancias.

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Cuidado con los costos

"La clave del éxito en el mundo empresarial –dice– está en el manejo muy cuidadoso de los costos y ofrecer un producto diferenciado". Pero a esa, su fórmula de siempre, en EasyFly añadió un modelo de una sencillez sorprendente que ha resultado un acierto total: conectar directamente ciudades que no tenían servicio sin escalas. "La clave es identificarlas y establecer una operación de punto a punto", comenta.

Hoy ofrece más de 40.000 vuelos al año, lo que le permite tener mejores tarifas y reducir los costos operativos. En el modelo tradicional, cada recorrido tenía su propia tarifa y su propio esquema de costos. En efecto, antes de esta oferta, si alguien quería viajar entre dos ciudades diferentes a Bogotá, tenía necesariamente que hacer escala en la capital.

Hoy en el portafolio tiene 38 rutas, espera llegar a 41 este año y alcanzar 55 en 2022. En su mira tiene el suroccidente del país y quiere operar con éxito rutas como Cali-Tumaco; Cali-Guapi y Cali-Pasto, por ejemplo.

En 2018 movilizó 1,16 millones de pasajeros. Espera alcanzar los 1,8 millones en 2019 y llevar las ventas hasta $430.000 millones.

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Tiene un ambicioso plan de expansión para los próximos 4 años: operar una flota de 27 aviones con los nuevos ATR 42, que viene incorporando paulatinamente a lo largo de este año. "Si cumplimos el plan, vamos a crecer 4 o 5 veces más que el mercado. Eso será si nos llegan los nuevos aviones a tiempo", dice el empresario.

Esa apuesta le tiene que salir bien, pues los costos de combustibles lo están golpeando y la devaluación del peso también, dado que la industria aérea depende mucho de estas variables. Por eso cree necesario seguir ganando participación en el mercado, pues lo blinda frente a estos choques de costos.

Alfonso Ávila ha mostrado que conoce a fondo el mercado aeronáutico, y ha sabido reinventarse y encontrar nuevas rutas hacia el éxito. Si cumple los planes de expansión, tal vez la próxima parada lo espere en los mercados internacionales. Y hacia allá enfila su plan de vuelo.