¿Las IPS están viviendo un boom de inversión?

A comienzos de este año se conoció la llegada al país del grupo estadounidense UnitedHealth que adquirió al Grupo Banmédica que incluía varias IPS (las clínicas El Country y La Colina en Bogotá y la Clínica Portoazul en Barranquilla), Colmédica medicina prepagada y la EPS Aliansalud. UnitedHealth es un conglomerado de atención en salud que atiende 139 millones de personas en 130 países y tiene una capacidad de inversión de cerca de US$3.300 millones al año.

De otra parte, ahora mismo se acaba de anunciar la llegada de Aúna, un grupo peruano, que adquirió al Grupo Empresarial Las Américas de Medellín por un monto superior a los US$200 millones.

Ya se había concretado la llegada de Christus Health a través de Coomeva, pero el año pasado la firma internacional anunció la creación de una holding que controla Christus Sinergia Centros Ambulatorios, Christus Sinergia Hospital en Casa, Christus Sinergia Clínica Farallones y Christus Sinergia Clínica Palma Real.

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El listado en la Superintendencia de Industria y Comercio viene creciendo. Actualmente está pendiente de autorización la adquisición de 85% del capital de Angiografía de Colombia por parte de Adivanti. La SIC acaba de autorizar la integración empresarial entre Diagnóstico y Asistencia Médica, Dinámica IPS y el Instituto de Alta Tecnología Médica. Igualmente hay pendiente un trámite de aprobación para la compra de Bioimagen por parte de Megalab o su accionistas principal la firma extranjera Eurofins.

A esto se le suma los crecientes rumores de que varias firmas están estructurando posibles negociaciones nuevas de este tipo. Así que es evidente una tendencia creciente de inversión en este sector, por la vía de adquisiciones, fusiones e integraciones.

El economista Sergio Iván Prada, director del Centro de Estudios en Protección Social y Economía de la Salud (Proesa), explicó que “hay una especie de apetito desde el exterior por invertir en el sector salud colombiano que a uno se le hace un poco contraintuitivo, porque uno se pregunta ‘si estamos mal, por qué hay gente que quiere entrar a un negocio malo’”.

Explicó que si bien sigue habiendo problemas financieros para las IPS, es claro que cuando se mira el sector desde una perspectiva económica, “hay crecimiento todo el tiempo; tenemos empleo creciendo, hay inversión en infraestructura, están comprando tecnología. Además es un sector que tiene 42 millones de clientes fijos y todos afuera leen esto como una oportunidad”, explicó.

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Para él, todas estas compañías llegan con un conocimiento sobre gestión administrativa, sistemas de información, gestión comercial y “todo lo que tiene que ver con un negocio. Los de afuera están viendo un mercado creciente, un ingreso medio creciendo y un sistema de salud que cuando lo miras respecto de los demás países es respetado. Afuera hablan bien del sistema de salud colombiano”, comentó.

Las cifras muestran que las IPS siguen registrando márgenes interesantes y por encima de los demás actores del sector. Por ejemplo, los márgenes están cerca del 5%, mientras que para las EPS apenas está por encima de 0% y para los laboratorios están alrededor de 3,8%.

Para los administradores de las IPS, el panorama no es tan halagüeño, pues la mayoría de ellos manifiesta que tienen enormes problemas de flujo de caja y por eso la mayor parte de su activo está en cuentas por cobrar, una cartera cuyo valor aún no ha sido sincerado de manera definitiva. Así que en muchos casos, estas firmas tienen que castigar sus balances con cartera que ha entrado a la categoría de siniestro.

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De hecho, el superintendente Financiero, Jorge Castaño, comentó que actualmente uno de los riesgos emergentes para la banca colombiana es el caso de al menos cuatro o cinco IPS que empezaron a colgarse con las entidades financieras. Eso podría ya llegar hoy a un monto de $700.000 millones.

En este panorama hay algo que no cuadra todavía: mientras que por un lado muchas IPS manifiestan tener problemas de liquidez, por las demoras del sistema para reconocerles los servicios que ofrecen a los pacientes, por otro lado hay un enorme interés por parte de actores, principalmente internacionales, que quieren estar en Colombia.

La respuesta probablemente está en el músculo financiero que pueden tener los inversionistas internacionales para enfrentar las demoras en los pagos del sistema y los consiguientes costos financieros que se deben asumir.

Sea cual sea la respuesta, es claro que cada vez más centros de servicios médicos están quedando en manos de nuevos inversionistas, sobre todo internacionales. Su aporte en materia de inversión, buenas prácticas de administración y nuevas tecnologías puede significar un impulso adicional para este segmento de la economía que a pesar de las dificultades, encarna uno de los mayores logros de la sociedad colombiana en los últimos 20 años.

Todo indica que los anuncios sobre nuevas adquisiciones en el mercado colombiano van a seguir, lo cual indica que el sector va a seguir gozando de buena salud.