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| Foto: fotografía_ iStock

ANÁLISIS

El gran desafío

¿Cómo promover un menor consumo sin afectar la economía? Un reto para el sector privado, que debe crear modelos de negocios pensados no solo en lo financiero.

Andrea Mejía Fajardo*
2 de julio de 2020

Michelle Bachelet, alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, comentó que es hora de “pensar en una nueva economía inclusiva y sostenible". La alta comisionada enfatizó en cómo la pandemia de la covid-19 ha puesto en evidencia las desigualdades sociales y económicas. 

El estilo de vida actual exige una desaforada explotación de recursos naturales: 1,75 veces más rápido que su capacidad regenerativa, poniendo en riesgo la sostenibilidad del planeta. Para algunos académicos, el capitalismo del siglo XXI es el problema principal.

Capitalismo, ¿barrera u oportunidad para el desarrollo sostenible?

En el siglo XIX, Marx denunció cómo las dinámicas creadas por el capitalismo se basan en una constante búsqueda de utilidades monetarias y excesos materiales, en ocasiones, violando los Derechos Humanos y afectando el sistema ecológico. Para Marx y Hegel, las acciones humanas frente a la naturaleza deben estar siempre dirigidas a cuidar la tierra.

Los impactos sociales y ambientales generados por la alta demanda de recursos naturales en los diferentes modelos económicos, en especial por la forma de consumo impulsada por el capitalismo, evidencian la necesidad de un cambio.

Ver: ¿Es la moda una amenaza ecológica y social?

No se trata de eliminar el capitalismo. Este ha logrado reducir los índices de pobreza, y en Asia, la producción de prendas a bajo costo ha impulsado la generación de empleo y posibilitado la democratización de la moda.

El capitalismo incluso ha demostrado tener la capacidad de transformar algunas empresas al exigirles reflexionar cómo ajustar sus modelos de negocio para generar un desarrollo económico en torno a la sostenibilidad. No necesariamente representa una barrera para el alcance del desarrollo sostenible, pero sí requiere una transformación, entre otros, para incentivar la economía circular, aceptar las limitaciones de la tierra como sistema biofísico y promover el respeto por todos los seres humanos.

El papel del sector privado

Las empresas son actores clave en la evolución hacia una economía inclusiva y sustentable, al ser generadoras de empleo y de desarrollo social y económico.

La economía circular busca desalentar ese lado salvaje del capitalismo basado en competencia, aceptación de la ganancia asimétrica y desmotivador de la colaboración, para, al contrario, invitar a la generación de proyectos de simbiosis industrial, en los que el conocimiento se pueda compartir, como lo explica Juana Camacho, PhD. experta en economía circular.

El sector privado está en la capacidad de eliminar modelos de negocios basados en una economía lineal, y, por medio de un esfuerzo colectivo de innovación, buscar alternativas sostenibles a procesos de producción, abriendo enormes posibilidades de mercado.

Además, los Estados necesitan el apoyo y compromiso del sector privado para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Y en el sector moda, el número 12 producción y consumo responsable— es especialmente importante. El fast fashion transformó los hábitos de consumo al crear un consumidor que prefiere productos de bajo precio sacrificando calidad por cantidad y novedad.

Pero ¿cómo promover un menor consumo sin afectar la economía? Un reto para el sector privado es crear modelos de negocios pensados no solo en lo financiero, sino en cómo preservar el medioambiente, en ser ejemplos de desarrollo social y desincentivar el hiperconsumo.

La moda es parte del cambio

El crecimiento acelerado del sector moda en las últimas décadas, impulsado por el deseo de compra de prendas desechables, ha promovido una manufactura insostenible a futuro.

Se calcula que el Sistema Moda mueve entre 80.000 y 150.000 millones de prendas de vestir al año. Con un crecimiento estimado en 81% para el 2030, según la Global Fashion Agenda, y una proyección del incremento de las emisiones de efecto invernadero en más del 50% para el mismo año, ¿cómo puede el sector aportar al cumplimiento del Acuerdo de París y evitar una catástrofe para el planeta y quienes lo habitan?

Tim Jackson, profesor de la Universidad de Surrey en Inglaterra y autor del libro Prosperity Without Growth, cree que la única opción es cuestionar el crecimiento: “la eficiencia no se puede buscar en función de mayores volúmenes de producción”. El Sistema Moda debe pensar en producir menos.

El sector ha demostrado a lo largo de la historia ser ejemplo de innovación para superar desafíos y encontrar de nuevo su camino, y la pandemia les ha dado a empresarios y diseñadores la oportunidad de repensar sus prioridades.

Ver: Los recursos naturales: ¡Son un préstamo!

Algunos diseñadores han comenzado a aplicar lo propuesto por Jackson. Vivianne Westwood bajó su ready to wear en un 37%, la producción de carteras en 55% y de calzado en 58%. Christopher Di Pietro, director de la marca, dice: “podemos vender menos, pero vender mejor, y aún tener rentabilidad”.

Esta realidad de producir menos cuestiona el sistema capitalista construido bajo el concepto de crecimiento ilimitado. ¿Se le puede exigir a la industria producir menos y al tiempo repensar el capitalismo? Para Céline Semaan, fundadora de Slow Factory, es simplemente irracional continuar con la explotación actual de los recursos naturales.

No será tarea fácil implementar estrategias pensadas en bajar la producción y el consumo sin afectar las utilidades de las empresas con el fin de alcanzar el ODS 12, pero vale la pena por las generaciones presentes y futuras. Ese es el gran desafío de los empresarios.

* Diseñadora, periodista y Mg. Ciencia Política.

* Este texto hace parte de la tesis Políticas para un desarrollo sostenible del Sistema Moda en Colombia: oportunidades en la cadena de valor (Universidad de los Andes).