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REVISTA EMPRENDER

¿Por qué emprender?

Tras el derrumbe de los precios del petróleo, sumado a la desaceleración de la economía, Colombia debe buscar nuevos mecanismos de crecimiento sostenible hacia el futuro. El emprendimiento es una de las respuestas.

27 de junio de 2016

El pasado 16 de junio, en la reunión del Foro Económico Mundial para América Latina que se realizó en Medellín, Mauricio Cárdenas, ministro de Hacienda, anunció que Colombia está entrando a una nueva fase de su economía.

“La nueva economía no son los grandes proyectos, no son grandes inversiones de cientos de millones de dólares, son pequeñas iniciativas, los emprendimientos, los innovadores, a ellos son los que tenemos que apoyar con crédito y capital semilla”, dijo el funcionario en el evento.

En los últimos casi dos años, Colombia se ha enfrentado a un complejo panorama económico: la destorcida de los precios del petróleo golpeó las finanzas públicas e inició un proceso de desaceleración de la economía.

El precio del crudo pasó de más de US$100 a US$40 el barril y, aunque en algunas jornadas ha venido recuperando valor, no es suficiente y son más las sombras en este hoy incierto sector. Esto, además, impactó el crecimiento de la economía que de tasas anuales cercanas a 5% está en nuevos escenarios donde ya se ubica alrededor de 2,5%.

Por ahora y en el corto plazo, la construcción –de vivienda y de infraestructura– es el sector llamado a impulsar la economía. La atención a viviendas de segmentos de menores ingresos, con subsidios a la tasa y casas gratis; así como el desarrollo de las concesiones de Cuarta Generación (4G), impulsarán en los próximos años el crecimiento del país. 

Por el lado de la industria ha habido buenas noticias por mayores tasas de crecimiento reportadas en los últimos meses. Una buena parte de estos incrementos se ha dado por la entrada en operación de la Refinería de Cartagena. Pero aún falta que la industria empiece a tener un papel más protagónico. Del agro y el turismo también se espera una reacción que dinamice la economía.

Bajo todo este panorama, ¿cuáles son las apuestas que debe tener el país hacia el mediano plazo? El emprendimiento, como lo mencionó el ministro Cárdenas, es el llamado a impulsar nuevos sectores y negocios, y apalancar el crecimiento.

No obstante, en materia de nuevas empresas que en los últimos años se hayan convertido en grandes compañías, los nombres no son muchos. Firmas como D1 y Tecnoglass, por ejemplo, hacen parte de ese nuevo panorama de negocios que hoy tienen facturaciones superiores a $1 billón, pero no son muchas más las que los acompañan para que logren transformar los rankings en materia de facturación.

Por esto, Colombia está en un momento de inflexión donde, con un ecosistema de emprendimiento más robusto al que tenía hace unos años y la posibilidad de encontrar en él soluciones para el mercado local e internacional y para las empresas tradicionales y establecidas, tendrá que ajustar la estrategia para que los crecimientos sean más rápidos y el impacto mayor, además, frente a un escenario de posconflicto si el proceso de paz con las Farc se firma y avanzan las conversaciones con el ELN.

El panorama

El emprendimiento está en boga en el mundo y sus resultados ya empiezan a mostrar, no solo grandes inversiones, sino también crecimientos y generaciones de empleo.

El Global Entrepreneur Indicator (GEI) de marzo de 2016 resaltó, en su estudio entre más de 7.000 emprendedores de 48 países, datos que empiezan a mostrar la importancia del emprendimiento como estrategia de crecimiento: en Estados Unidos, más de la mitad de las 2.954 empresas encuestadas registraron aumentos en las contrataciones a tiempo completo (60%) y a tiempo parcial (52%), la voluntad de los emprendedores de crear nuevas empresas en el actual contexto económico (87%), así como mejoras sustanciales en la economía de las pequeñas empresas, con mención específica de aumentos sostenidos en los ingresos de negocios (70%) y las utilidades netas (65%). 

Colombia no ha estado ajena a esa dinámica. Según María Claudia Lacouture, ministra de Comercio, Industria y Turismo (MinCIT), en el país tenemos uno de los entornos de emprendimiento más activos y dinámicos del mundo: el país es la cuarta economía con mayor porcentaje de emprendimientos innovadores en etapa temprana, según el Foro Económico Mundial; y está dentro de los cuatro países con mayor intención de emprender en los próximos tres años.

Hablar de emprendimiento hace un poco más de una década, no era una tarea fácil en el país. No por el interés de miles de colombianos de crear empresa y volverse independientes, sino porque no había un entorno que les permitiera acudir para encontrar apoyo y soluciones a muchos de sus problemas.

Si bien, hoy no hay respuesta para todos, se ha venido construyendo un ecosistema en el país desde hace más de siete años que cuenta con 32 Redes Regionales de Emprendimiento y la participación de más de 600 entidades, de carácter público, privado y académico que buscan atender de manera integral las necesidades de los emprendedores.

Y las instancias de apoyo están en emprendimientos por oportunidad y subsistencia, pero también otras muy enfocadas en emprendimientos disruptivos, basados en la innovación y donde ya decenas de empresas nacientes –e incluso, las establecidas a través de emprendimientos corporativos– empiezan a entender que no hay posibilidades de crecer e impactar sino es a través del conocimiento y la innovación, con casos que se pueden ver a lo largo de esta publicación.

Los retos

Aunque, al parecer, Colombia ya está en la ruta del desarrollo del emprendimiento y el país se ha visto a los ojos de jugadores internacionales como un hub para la creación de nuevas empresas, las tareas que están por venir son todavía mayúsculas.

Varios ejemplos muestran los desafíos que tendrá que enfrentar Colombia para dinamizar su estrategia emprendedora. Es necesario que los emprendimientos empiecen a tener más dimensión e impacto no solo en sus resultados, sino también en el ecosistema. Y la innovación es clave para ello, pero aún falta. Según el estudio Emprendedores con Futuro, realizado por iNNpulsa, Confecámaras y la Universidad de los Andes, dentro de la muestra de empresas seleccionadas para este análisis por su alto potencial de crecimiento, “la innovación es relativamente menor. En promedio, en el grupo, la facturación de productos que no son nuevos para Colombia ni para el mundo es el 43% del total, mientras que la facturación de productos que son nuevos para Colombia, pero no para el mundo, es de 33,5%. Los productos que, en la visión de los propios empresarios, son nuevos para Colombia y para el mundo son el 23,6% de la facturación total”, dice en sus conclusiones. 

Desde el punto de vista estructural, los ecosistemas más dinámicos en el mundo son aquellos en donde los emprendedores están más dispuestos a compartir lo que están haciendo. En Colombia cuesta compartir esa información y por eso es clave desarrollar espacios para la interacción.

El otro gran reto para apalancar crecimiento está en el tema de recursos, pero no solo socios que pongan capital: también conocimiento, acceso a mercados y contactos. Aunque se ha venido anunciando que en el país hay millonarios recursos para emprendimiento, muchos de ellos están llegando a etapas donde las iniciativas están en proceso de consolidación y crecimiento y no en las iniciales, cuando se necesitan más recursos, acompañamiento y agallas para sacarlas adelante.

A nivel de negocios, si bien muchos emprendedores quieren iniciar proyectos, no tienen claro en qué. Identificar oportunidades globales para construir propuestas y proyectos es una de las tareas para el ecosistema, así como también desarrollar estrategias para que los emprendimientos puedan atraer el talento humano calificado y comprometido que les permita consolidar estas iniciativas. 

Además, la posibilidad de visibilizar desde las grandes empresas, nuevas estrategias de crecimiento, donde los emprendimientos corporativos toman más relevancia. Será necesario fortalecer sinergias y, como dicen los expertos, buscar herramientas para unir “las dos puntas” en el desarrollo empresarial.

Pero, como menciona Patricia Fuel, del Parque del Emprendimiento en Medellín, hay un factor clave: muchas de las empresas que están naciendo no se quedan en el valle de la muerte por falta de financiación, ni por falta de tecnología o mercados. “Muchas veces son por temas relacionados con el ser humano, con las personas que están fundando y liderando esos emprendimientos. Ni siquiera con sus habilidades gerenciales sino con sus competencias personales, temas como la autoconfianza, el liderazgo, el compromiso, la tolerancia a la frustración, la disciplina, la perseverancia han llevado a que proyectos muy promisorios no logren materializarse en empresas sostenibles y rentables debido a dificultades que hay entre los socios fundadores de la empresa”, dice Fuel. 

Como en toda estrategia, también será necesario hacer renuncias y focalizar los esfuerzos. Las tareas son retadoras, el camino complejo y el tiempo estrecho. Es hora de poner el pie sobre el acelerador para hacer del emprendimiento una nueva y verdadera locomotora de crecimiento. 

La nueva economía

“Tenemos que pensar en el país del futuro, en el que vamos a tener necesidades de ingreso, de empleo, que las tenemos que crear. ya no van a ser esos años de altos precios del petróleo, del carbón. Debemos buscar que la industria, la agricultura, el turismo tomen el liderazgo, sean lo protagonistas”.

De esta manera, Mauricio Cárdenas, ministro de Hacienda, anunció que Colombia está entrando a una nueva fase de su economía que se basará principalmente en los sectores de la industria, la agricultura y el turismo, como principales protagonistas.

La noticia la entregó ante el Foro Económico Mundial (FEM) para América Latina en Medellín realizado el pasado 16 de junio, que convocó a más de 800 participantes provenientes de más de 40 países y representantes gubernamentales de 14 naciones.

“Este es el momento, la oportunidad histórica. Le llegó la hora a la Nueva Economía, porque terminó un ciclo de altos precios de los productos de exportación. Pero esto se debe hacer sobre la base de que el sector Minero Energético se mantenga sólido, que el país siga produciendo 900.000 barriles de petróleo al día. Sin esto no podemos construir la Nueva Economía”, enfatizó el funcionario.

Según Cárdenas, la Nueva Economía impulsará las pequeñas y medianas empresas que buscan desarrollar proyectos brindando recursos de inversión y financiamiento a quienes deseen hacer inversiones en Colombia.

“No son los megaproyectos, son las pequeñas y medianas iniciativas de miles de personas, compatriotas que quieren desarrollar proyectos productivos y que el Gobierno quiere ayudar e impulsar”, dijo el ministro.

En ese sentido, el funcionario señaló que la tarea del Gobierno será acompañar y apoyar “las pequeñas iniciativas de los emprendedores, innovadores a los que tenemos que apoyar con crédito o capital semilla. El gran reto es fortalecer el financiamiento de la mediana y pequeña empresa, de las nuevas ideas. Por eso estamos trabajando con el Banco Interamericano de Desarrollo y la Corporación Financiera Nacional”.

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