EMPRENDIMIENTO
Descubriendo a la 'pequeña Teherán' que habita en Bogotá
Una pareja de un chef iraní y una colombiana creó un restaurante iraní en Bogotá y un café colombiano en Teherán. En diálogo con Dinero, contaron cómo ha sido la experiencia de emprender con estas iniciativas para fomentar un intercambio cultural.
Encuentra aquí lo último en Semana
Importante gasolinera, con presencia en Colombia, cerrará 1.000 estaciones de servicio; esta es la razón
‘Olla podrida’ en la Selección Colombia; Javier Hernández Bonnet alentó a Teo Gutiérrez para destaparla
Day Vásquez contó en vivo por qué Nicolás Petro se “inmoló” por su padre; confesó qué hicieron en la Fiscalía
Londres fue el lugar en el que se conocieron. Ahí la pareja de esposos Catherin y Ali Aghili -ella de nacionalidad colombiana y él de nacionalidad iraní-, establecieron una joyería.
Pero a ambos se les ocurrió emprender en el sector gastronómico fomentando un intercambio cultural entre sus países. Así que en Teherán (Irán) tienen un café colombiano llamado Mi Pequeña Colombia y en Bogotá, le dieron apertura este año al restaurante persa Pardis.
La palabra persa Pardis significa paraíso en español. Catherin explica que Alí es iraní, creció en Inglaterra y siempre ha sido apasionado por la cocina.
“Él no comparte el tener que cambiar una cocina para ajustarla a una cultura. Le gusta ser muy clásico sin cambiar las recetas. La cultura aprende más desde lo orgánico, lo clásico, en las raíces”, dice.
Le puede interesar: ¿Cómo funciona el Boho Food Market Bogotá?
A finales del año pasado decidieron que había llegado el momento de traer sus ideas a Colombia. Alí viajó a Bogotá a preparar todo. En enero aterrizaron en la ciudad y durante tres meses se prepararon para dar apertura al restaurante, en el que predominan la música, el arte y los olores de Irán. Está ubicado en la Zona G, una concurrida zona gastronómica de la capital colombiana.
“Abrimos en marzo, mientras que preparábamos todo. Lo que más nos preocupaba era encontrar los ingredientes que no cambiaran las raíces de las recetas. Él decía yo quiero que la cultura aprenda. Mientras buscábamos proveedores, hacíamos pruebas. Uno de nuestros ingredientes más importantes es la granada, la fruta roja que es estacional. Eran cosas que teníamos que ir aprendiendo”, recuerda Catherin, administradora de empresas con un máster en negocios internacionales.
En Pardis predominan la música, el arte, los olores y los sabores de Irán. Foto: Valentina Pérez / Dinero.
Alí, chef de profesión, comenta que cuando iniciaron, quienes se unieron al equipo, conformado hoy por 12 personas, sabían poco de comida persa, así que hicieron un plan de trabajo para formarlo. Solo hasta septiembre pudieron presentar una carta nueva, tras avanzar en los entrenamientos.
“Afortunadamente la aceptación ha sido grandísima. En el mundo hay restaurantes que se especializan en arroces persas, otros que hacen solo los estofados. Necesitarías una cocina del tamaño de la Zona G para poder ofrecer toda la gastronomía persa”, asegura Alí.
Para este chef, la milenaria cultura persa, que tiene mucha influencia en otras como la mediterránea, les da una base “grandiosa” para presentar una oferta gastronómica particular.
Le sugerimos: Poke y Grupo Meiko entran a prestigiosa red de emprendedores
La experiencia en Pardis incluye un lavado con agua de rosas, pruebas de azafrán, hierbas frescas, ‘dips’, arroces y carnes. Todo con sabores representativos de Irán.
“Lo que más nos ha gustado es ver como las personas les gusta venir a probar cosas nuevas. Tenemos recetas propias con fusiones de Irán, ya sea con afrasán, granada, ‘syrup’ de menta, fusiones de sabores iraníes. Nos ha gustado mucho esa parte porque nos ayuda a seguir abriendo más platos poco a poco”, agrega por su parte Catherin.
Sobre el café colombiano Mi Pequeña Colombia que tienen en Teherán, cuentan que allá venden arepas, empanadas, chocolates y agua e’ panela.
“A veces tenemos dificultad para encontrar los ingredientes porque estamos al otro lado del mundo. Irán es un país islámico en el que la costumbre es salir a comer porque esa es la manera principal de socializarse con la gente. La acogida de las propuestas diferentes llama la atención”, afirma Catherin.
Ali añade que como en Irán no se consigue arequipe, Catherin hizo uno propio y que si hicieran 10.000 empanadas, todas se venderían por la aceptación que han tenido entre sus clientes.
Foto: Valentina Pérez / Dinero.
Para ver: Seratta: el "Disneyland" para los amantes de la gastronomía