“Si nunca fallaste en un proyecto fue porque nunca fuiste al límite”: Vicepresidente de Dell

“Si vos nunca fallaste fue porque nunca fuiste al límite. Si siempre estuviste en tu zona de confort, probablemente no falles, pero ese no es tu límite”, argumentó el argentino Diego Majdalani.

En una entrevista concedida a Dinero el vicepresidente de Dell en la región señaló que las personas que nunca fracasaron en un proyecto seguramente se cohibieron y dejaron pasar oportunidades. 

“Fracasar es parte del proceso, eso no significa que yo me puedo levantar y decir que voy a fallar todo el día, sino que voy a intentar cosas nuevas sabiendo que hay chance de que no salga bien”, añadió.

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El directivo reconoció que incluso grandes compañías del sector como Dell, tuvieron que fracasar varias veces para poder sacarle provecho a la experiencia y crear productos innovadores basados en un ejercicio de prueba y error.

“No haber tenido éxito te deja una experiencia. Está en vos que seas inteligente para capitalizarla”, manifestó Diego Majdalani, al explicar algunos de los casos que tuvo que afrontar Dell para ser la compañía que hoy en día es.

El directivo recordó que a principios de siglo la compañía incursionó en el mercado de las impresoras sin éxito, puesto que llegaron con cierto exceso de confianza y pensaron que sería “fácil”.

Al lanzarse a este segmento del mercado se encontraron con un escenario totalmente distinto al que pensaban, puesto que en el mundo empezaron a darse una serie de regulaciones con respecto a los tóner que complicaron la producción.

Además, identificaron que este era un mercado sumamente complejo dado que además de que era “cambiante” también resultó siendo “pequeño”, por lo cual la compañía decidió dar un paso al costado y aceptar el error.

Foto: El vicepresidente comercial del gigante tecnológico Dell para América Latina, Diego Majdalani.

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Tras esta experiencia, Diego Majdalani relata que la empresa aprendió que antes de hacer un lanzamiento de ese tipo hay que desarrollar un plan de ejecución más sólido, que contemple este tipo de cambios en el mercado.

Con unos más de 100.000 empleados a nivel global e ingresos anuales cercanos a los US$54.900 millones, la compañía fundada por el experto en tecnología Michael Dell no pierde su espíritu de ‘startup’ y por ello le da un gran valor al tema del fracaso.

Una de las características más destacadas de Michael Dell como líder, según lo explica Diego Majdalani, es que conoce cada uno de los productos del portafolio y recita sus características perfectamente.

Además, quienes lo conocen, afirman que está en todos los proyectos que afronta la compañía y por ello le imprime la misma pasión a los negocios multimillonarios como el que cerraron con EMC, que a los ‘pequeños’.

Majdalani destaca que el presidente de la compañía ha edificado una sólida cultura corporativa, basada en la liberación del potencial humano para ir por más y lograr la innovación.

Para conseguir este propósito, la compañía con sede en Texas (EE.UU.), también le apuesta a la diversidad de género (50% de sus empleados en América Latina son mujeres) y también a proyectos puntuales para el beneficio de sus trabajadores como el teletrabajo.

Justamente esta es una de sus iniciativas corporativas más exitosas, dado que les ha dado las herramientas y condiciones necesarias a sus empleados para que hoy en día el 35% de ellos trabajen desde sus casas.

Mientras que desde la parte ambiental, la compañía le apuesta a proyectos sostenibles de largo plazo como el de ‘Objetivos 20-20”, con el cual se busca que en el año 2020 el 99% de las máquinas sean totalmente reciclables.

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Un nuevo camino

A partir del primero de febrero de este año Dell y EMC empezarán un nuevo año fiscal como una sola compañía, por ello las expectativas son bastante altas y se espera una nueva dinámica en segmentos estratégicos como el corporativo.

Justamente uno de los focos de la nueva compañía serán los negocios medianos, a los cuales le prevé brindar soluciones específicas en materia de software y almacenamiento para jalonar su crecimiento.

Al final, el objetivo de este negocio es crear “la empresa de tecnología más grande del mundo bajo control privado”, tal y como la han manifestado los voceros de ambas marcas.

La fusión de estos dos gigantes de la tecnología no es cuestión de azar, dado que venían trabajando en los últimos 15 años de la mano y además sus fundadores siempre mantuvieron una buena relación personal.

Con esta combinación se crea una compañía de US$74.000 millones, enfocada en áreas de rápido crecimiento de la industria como la nube híbrida, centros de datos definidos por software, infraestructura convergente, plataforma como un servicio, análisis de datos, movilidad y seguridad cibernética.

Vale la pena recordar que cuando la transacción se cerró el 7 de septiembre de 2016, los accionistas de EMC recibieron US$24,05 por acción en efectivo, además del seguimiento de existencias vinculadas a una porción del interés económico de EMC en el negocio de VMware.

Con base en el número estimado de las acciones en circulación al cierre, los accionistas de EMC recibieron 0.11146 acciones de nuevo seguimiento (NYSE: DVMT) por cada acción de EMC.

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