Familia campesina de La Secreta, cultivadores de Agrosec. | Foto: Dinero

ESPECIAL DE EMPRENDIMIENTO

El café le devuelve la vida a La Secreta, la vereda que casi extinguen los ‘paras’

Más dos horas de trocha hay que recorrer en camioneta para llegar a La Secreta (Magdalena), una vereda que fue arrasada por los paramilitares, que ahora florece gracias a un proyecto asociativo de exportación de café hacia países como Estados Unidos y Japón.

14 de junio de 2017

Esta recóndita vereda del norte del país, situada sobre las imponentes montañas del parque Sierra Nevada de Santa Marta, le hace honor a su nombre, pues si no fuera por las mismas indicaciones de los pobladores y guías locales sería muy difícil llegar hasta allí.

Paradójicamente no fue el Gobierno sino los grupos armados los que develaron el secreto y llegaron allí para aterrorizar en la década de los noventa y principios de este siglo a los pobladores con sus imposiciones.

Los abusos, el descaro y la irracionalidad, alcanzó su punto más alto el 13 de octubre de 1998 cuando los paramilitares mataron indiscriminadamente a unas 20 personas ante los ojos atónitos de mujeres, niños y abuelos indefensos.

Los habitantes de estas mágicas montañas, desde las cuales se logra ver la conjugación de la ciénaga grande del Magdalena y el inmenso Mar Caribe, aún recuerdan horrorizados esas horas de tragedia.

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Foto: vereda La Secreta/Dinero

Una de las tantas huérfanas de la guerra en esta zona es Daniela, cuyos padres Ana María Vallena  y Marco Tulio Castillo, así como uno de sus hermanos y un tío,  fueron raptados y  posteriormente asesinados por las Farc en uno de los cerros de La Secreta que hoy mismo identifica desde su casa.

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Daniela, hoy con 21 años, reconstruye  con esfuerzo y una inmensa tristeza que se dibuja en sus ojos, los relatos de aquel momento de incertidumbre, que finalizó  con el sonido de unos disparos de metralla y la trágica noticia dada por uno de los vecinos de la vereda.

Esta familia campesina, compuesta por las trillizas (de las cuales hace parte Daniela) y dos niños más, pasó entonces a ser cargo de la hermana mayor de la casa, Ana Mercedes, que con apenas 16 años se echó el bulto al hombro.

Foto: Daniela Castillo, cultivadora Agrosec/Dinero

Los meses posteriores no fueron nada fáciles ya que los guerrilleros y posteriormente los ‘paras’ siguieron visitando su casa. De hecho, en varias ocasiones y con el rostro cubierto con un pasamontañas les dijeron a los menores que tenía que marcharse de La Serena para no repetir la historia de sus padres.

“Decían (los terroristas) que como habían matado a mi papa y a mi mamá, para qué dejaban unos niños ahí huérfanos, que también acaban con todos nosotros”, relató Daniela cabizbaja y en medio de un fuerte aguacero que caía en ese momento en la vereda.

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Para escapar de la muerte y encontrarse con el amor, Ana Mercedes vendió el poco café que había en las plantaciones de su finca, también algunos animales  y con ese dinero se escapó con sus hermanas y le apostó por formar una nueva vida con su enamorado Carlos en Río Sucio (Caldas).

Ana Mercedes relata que esta fue una decisión muy compleja, dado que allí no tenía familiares ni ningún soporte económico para resolver sus necesidades durante un tiempo prolongado.

Foto: Ana Mercedes Marín, agricultora de Agrosec/Dinero

“Estaba sin nada porque yo no estudié, yo no salía de la casa, ni conocía nada, me fui detrás de él, era un andariego”, recordó Ana Mercedes, quien salió junto con sus hermanas a los dos años de Río Sucio porque no consiguió trabajo en ese lugar.

Con dos hijos y cinco hermanitos pequeños a su cuidado, decidió volver a su tierra para comenzar una nueva vida en 2002, año en el que también estuvieron acechando los paramilitares.

Sin embargo, en esa ocasión no le quedó más remedio que asumir las posibles represalias, pues no tenía  ni dinero ni un lugar al cual llegar para refugiarse de los grupos armados que instalaron distintos campamentos en la selvática zona de La Secreta, en donde las temperaturas a veces superan los 30 grados centígrados.

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Estos días de desesperanza son recordados en canciones por Ana Rodríguez Osa, una dulce mujer de unos 60 años de edad (no sabe en qué fecha nació con exactitud) que ahora le quiere componer a la vida y al café, uno de los cultivos históricos de esta tierra en donde se dice que se “siembra una moneda y nace un árbol de plata”.

En esta población macondiana en donde los monos roncan antes de que llueva,  iguanas gigantes se pasean, el cielo se pinta rojo cuando cae la tarde y el tiempo parece efímero, abundan historias tristes contadas por personas de gran corazón que reciben hasta a los extraños con una taza de café, mangos y una partida de dominó para amenizar la tarde.

Foto: La Secreta/Dinero

Foto: La Secreta/Dinero

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Una de estas historias es la de don Silver Polo Meléndez, quien en 1983 le compró a su esposa como regalo de cumpleaños un predio en la vereda La Serena. Sin embargo, el trágico 13 de octubre de 1998 también se convirtió en victima al ser despojado de sus tierras por parte de los guerrilleros.

Fue en el año 2006, luego de la desmovilización de las AUC, cuando Silver Polo decidió volver a su territorio porque se sentía más seguro. Pero fue hasta el año 2013 cuando recibió la sentencia del juez de Restitución de Tierras que formalizó la titularidad sobre el predio que habitaba.

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Su caso es el de muchos campesinos de esa zona como Ana Mercedes, Ana Rodríguez, Hortensia Chinchilla o Gledys Ríos, que gracias a la sentencia de restitución hoy iniciaron una vida productiva especialmente dedicada al café, organizándose gracias a liderazgo y al temple del hijo del hijo de don Silver, quien ahora encabeza la Asociación de Cafeteros de La Secreta (Agrosec).

Silver Polo Palomino es el nombre de este empresario empírico, cuya labor ha sido destacada por el mismo presidente Juan Manuel Santos en una reciente visita a la zona, en donde se comprometió a apoyar a esta iniciativa de emprendimiento asociativo decididamente.

Agrosec cuenta con el respaldo de la Unidad de Restitución de Tierras (URT),  la cual ha destinado $66.000 millones en proyectos productivos en todo el país y $4.000 específicamente en el departamento del Magdalena.

Foto: Silver Polo Palomino, presidente de Agrosec/Dinero

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La asociación de cafeteros comercializa café orgánico a nivel local con la marca Kuali, cuyo nombre deriva de una palabra indígena que significa “vida”, y a nivel internacional exporta el grano a países como Japón, Estados Unidos, Bélgica, Alemania  y próximamente Australia.

“La organización resurgió después de creada la Ley 1448 y después de la intervención de la institucionalidad, especialmente de la URT. Yo tenía la idea y empecé a motivar a la gente hasta que obtuvimos el resultado que esperamos que era sacar del medio a los intermediarios”, explicó Palomino.

Foto: Café de la marca Kuali/Dinero

Desde uno de los principales puntos de acopio de la asociación situado en San Marta, lugar a donde llegan los bultos de café desde las empinadas montañas a donde llegan con esfuerzo las mulas y los burros, el directivo explicó que Agrosec ha exportado 1.050 toneladas del grano.

Una de las ventajas competitivas de este café es que es orgánico, razón por la cual cada libra obtiene una valorización adicional de US$50 centavos en la Bolsa de Nueva York (EE.UU), que se suman al US$1,45 o US$1,50 que comúnmente pagan los importadores dependiendo de la tasa del día.

Estos ingresos adicionales son entregados no solo porque la asociación, compuesta por 66 familias de agricultores de la vereda, está certificada como orgánica sino porque también clasifica en el marco del Fair Trade (comercio justo).

“Esos US$50 centavos van a la organización, US$30 de ellos van directamente al productor como sobreprecio por libre vendida y adicional a eso llegan US$20 que en el último año se invirtieron en proyectos definidos por la Asamblea General”, añadió el directivo.

Los planes para este año están muy bien definidos. Por un lado prevén aumentar el nivel de la producción (llegar a 16 contenedores de 25.000 kilos cada uno) y del otro lado es seguir contando la historia de La Serena en cada taza de café de la marca Agrosec que se comercialice en el mundo.

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También prevén seguir diversificando la oferta productiva de este territorio, en donde además del café abunda el mango, el aguacate y la miel (300 colmenas se están instalando en la región/equivalen a 10 toneladas en producción).

La apicultura de a poco empieza a convertirse en un motor productivo para esta vereda que ha dejado de ser secreta para mostrarse al mundo en una nueva faceta.

“Nosotros resurgimos, la comunidad tiene una vida diferente y todas estas 146 familias que habitan la vereda La Secreta, de alguna manera se han beneficiado de Agrosec. Ya la comunidad no es la misma, con todo lo que hemos recibido, que lo hemos aprovechado al máximo, hoy somos ejemplo a nivel nacional”, comentó emocionado Silver Polo Palomino.

Por: Daniel Salazar Castellanos