SINDICATOS

La CUT ajusta el rumbo

Discutir problemas cercanos a las personas, cambio de lenguaje, un programa de afiliación y la creación de 20 sindicatos por rama, nuevos planes de la central sindical.

7 de julio de 2008

 

No aislar al sindicalismo de la sociedad, es la tarea que se impuso el nuevo presidente de la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia, CUT, Tarsicio Mora, quien fue elegido para ese cargo hasta 2012.

“La sociedad nos vio en la protesta y no en los problemas de las personas comunes y corrientes”, opina. Esa actitud, dice, aisló a los sindicatos del resto de grupos sociales. “No estábamos en los problemas cotidianos, en asuntos como los servicios públicos, sino en cosas que podían parecer reivindicaciones personales”, añade para ilustrar el tema.

La intención de Tarsicio Mora, quien fuera presidente de Fecode, uno de los grupo sindicales más radicales del país, es la de acercarse a la sociedad con un discurso nuevo. Señala, por ejemplo, que los sindicatos no pueden ver a los patronos como enemigos. “Ellos tienen su papel y nosotros el nuestro”. Y agrega que la labor de los sindicatos “no solo es pedir, sino saber cómo se puede contribuir”.

“Llamamos a que los trabajadores sean excelentes trabajadores. A que atiendan a los usuarios. Y tenemos que involucrarnos en los problemas del barrio.

Ya empezó esa labor. “Queremos que la sociedad, los empresarios y el gobierno sepan que el sindicalismo le apuesta a la democracia, que somos parte integrante de esta sociedad”, dice. “Que somos aporte y no obstáculo”.

Por eso se trazó como objetivo hablar en foros con los microempresarios, “bajo el entendido de que unos y otros nos necesitamos. No podemos acabarnos. No es un problema de destruirnos, sino de cómo hacemos pactos en los que nos vaya a todos bien no solo a unos”, afirma. Añade que el problema está en que ahora a unos les va exageradamente bien y a otros mal.

¿Y las marchas dónde quedan? En el sentir de este abogado cundinamarqués, “la protesta hay que hacerla cuando agotemos formas de diálogo. Además, no las haríamos solo los trabajadores”. Cuando haya que protestar por asuntos de empleo, dice, marcharían junto con los desempleados. “Si hay problemas con la salud, con los usuarios del sistema”, añade.

También buscará acercamiento con el gobierno, con el Congreso y con los gobernadores.

El plan de afiliación
Otro programa que tiene la mayor relevancia en la CUT es una campaña de afiliación que tiene como propósito, lo que Mora llama la reconstrucción del movimiento sindical. La CUT tiene 750.000 afiliados, pero en 1986, cuando se creó la Central, había cerca de 1,5 millones, señala el dirigente.

La campaña tendrá como eje central la realización de seminarios, cursos y talleres para informarles a los trabajadores sobre la importancia de pertenecer a las organizaciones sindicales. “Solos no tienen acceso a asesoría jurídica. A que se le den orientaciones en las relaciones laborales, a que conozcan sus derechos y sus deberes”.

De otra parte, quiere asegurar que en las regiones los trabajadores rescaten el derecho de asociación que hoy está debilitado. “No se les ha permitido derecho de organización”.

En este aspecto se propone construir cerca de 20 grandes sindicatos por rama de industria y conseguir la internacionalización de las estructuras sindicales “ante el problema de la globalización”.

Por ahora prepara una reunión de la junta nacional, que fue elegida el 30 de mayo, para presentarle a los presidentes de las seccionales este plan de trabajo, y el primer congreso de cooperativas de trabajadores.