La biomasa representó dos tercios de todo el consumo de energías renovables en la Unión Europea en 2012.

Cambio Climático

La biomasa, el recurso del futuro

Un recurso limpio, renovable, virtualmente inagotable y con un potencial sin precedentes como generador de empleo puede ser la solución para múltiples problemas en América Latina. ¿Es momento de utilizarla?

12 de diciembre de 2015

Es uno de los recursos renovables más eficientes que puede ofrecer la naturaleza. Se puede producir desde combustibles como el etanol o el biodiésel, algunos tipos de polímeros para todo tipo de industrias e inclusive energía.

Es la biomasa.

En el marco del COP21, los gobiernos de todo el mundo se preparan para alcanzar un acuerdo internacional sobre el cambio climático y este recurso puede ser la solución para múltiples problemas de la actualidad.

Entre las conclusiones más relevantes está que la energía limpia será fundamental en la reducción de emisiones para todos los gobiernos, entre ellos los mayores emisores mundiales de carbono. Aunque América Latina no hace parte de los países más contaminantes, es de las regiones con mayor vulnerabilidad ante el cambio climático.

En este contexto, la biomasa tiene todos los ingredientes para renacer exitosamente.

¿Qué es la biomasa?

Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) titulado “Study on the Development of the Renewable Energy Market in Latin America and the Caribbean” la biomasa es todo material orgánico que puede transformarse en diversas sustancias para utilización humana.

La biomasa va desde el aserrín y la caña de azúcar hasta residuos agrícolas y desechos humanos.

Como explica Vanessa Matos del BID, “dado que la biomasa se produce a partir de materiales orgánicos que están ampliamente disponibles y de bajo costo, esta fuente de energía es la más rentable”.

Hay razones para confiar en la biomasa

Como explica el estudio, la biomasa no agota los recursos naturales. Este tipo de recursos tienen el potencial de convertirse en una enorme cantidad de energía. Materias primas como las hojas, raíces, cáscaras de frutos secos, residuos agrícolas, desechos de madera, entre otras, se queman para producir vapor.

Esta es una alternativa viable para las empresas comprometidas con el logro de la sostenibilidad del medio ambiente al mismo tiempo que reduce los gastos de energía a partir de combustibles fósiles importados.

Los insumos de la biomasa son fáciles de cultivar, recolectar y utilizar. Las actividades agrícolas son propensas a generar grandes cantidades de residuos de biomasa que a menudo se quedan en el campo. Mediante la utilización de este tipo de residuos para producir energía sin causar daños a la tierra, los costos de desecho de materiales y los niveles de contaminación pueden ser disminuidos.

La biomasa puede utilizar los residuos orgánicos (que de otra manera van a parar a los rellenos sanitarios) para fabricar biocombustibles.

Además, ayuda a reducir las emisiones de CO2. Quemar residuos agrícolas para generar electricidad limpia, libera materia orgánica que de otra forma se habría liberado naturalmente a través del periodo de descomposición, un proceso que puede crear 20 veces más emisiones de gases de efecto invernadero.

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Como explica Matos “los grandes consumidores de energía en el sector industrial que han cambiado de combustible líquido derivado del petróleo a fuentes sostenibles de biomasa han visto resultados positivos”.

Beneficios para las zonas rurales

En el estudio del BID se ha demostrado que beneficia directamente a zonas rurales. La biomasa puede fomentar inversiones en zonas rurales y generar empleo en toda la cadena de suministro.

Proporciona ingresos a agricultores y pequeños propietarios así como también fomenta el mantenimiento responsable de sus cultivos. Solo en Brasil, la producción de 14 mil millones de litros de etanol a partir de caña de azúcar es el responsable de la creación de casi 2 millones de empleos (directos e indirectos).

Un potencial increíble

La biomasa representó dos tercios de todo el consumo de energías renovables
en la Unión Europea en 2012.

Según el BID, en Estados Unidos, el consumo de energía proveniente de la biomasa creció más de un 60% entre el 2002 y el 2013. Esto representa la mitad de toda la energía renovable consumida. Aunque en América Latina la generación de energía sostenible a partir de biomasa representó solo el 4% en 2014, la biomasa constituye la mayor parte del crecimiento de la capacidad renovable instalada en la región.

“Las fuentes de energía baja en carbono dejan a las empresas lograr la neutralidad de carbono. Incluir la biomasa en los planes de inversión permite que el sector privado tenga más opciones”, concluye Matos.