Juan Carlos Echeverry,Ministro de Hacienda y Crédito Público.

"Un atropello al esfuerzo de los economistas mejor entrenados del país"

El director programático de la campaña de Santos, Juan Carlos Echeverry, controvierte el resultado publicado por Dinero.com que indicaría que sus propuestas harían crecer más lento al país que las de su contrincante político.

11 de mayo de 2010

El director Programático de  la campaña presidencial de Juan Manuel Santos, Juan Carlos Echeverry, reaccionó de manera fuerte al ejercicio de la firma Ecsim, con el cual se medía el efecto de las propuestas de los candidatos Mockus y Santos y contra el artículo de Dinero.com, en el cual se presentaban estos los resultados. Transcribimos en su totalidad la comunicación enviada a la directora de la Revista Dinero, con la que el economista los controvierte.


"Lo primero que se debe comentar es el uso de modelos de ecuaciones simultáneas para predicciones a veinte años. Estos modelos, si sirven para algo, cosa que es bastante debatida en la literatura técnica, es para horizontes de uno a seis trimestres hacia adelante. Lo que se diga más allá raya en la mentira. La razón es la estabilidad de las relaciones funcionales, que cambian a través del tiempo en maneras imposibles de conocer ex-ante. En especial, para un cambio de gobierno, donde se espera que se modifiquen cosas de fondo, lo cual hace que justamente las relaciones funcionales del pasado sirven poco.

Si se mantienen las mismas relaciones funcionales, y se supone unas trayectorias arbitrarias, que es lo que creo que se hizo en este caso, puede dar cualquier cosa. Este es el caso cuando afirman que Mockus nos haría crecer aproximadamente al 7,5% en promedio hasta 2029 (véase la gráfica). ¿Cuántas reelecciones suponen que va a tener Mockus? Es interesante además que el modelo arroja los ciclos de la economía colombiana en las próximas dos décadas.

No he asistido a ningún seminario académico donde se presente este modelo ante economistas entrenados en modelaje y predicción. No creo que resista un análisis serio. Pero si lo resistiera, lo que sí es inamisible es que se aventuren a proponer que puede ser utilizado para horizontes de proyección de dos décadas. La ley que gobierna este tipo de ejercicios es: “basura entra, basura sale” (garbage in, garbage out). Que el modelo exista y que lo vendan a grandes corporaciones, no me sorprende, pues abunda la ignorancia sobre la economía y la econometría. Lo que sí me sorprende es que Dinero.com lo registre como una fuente seria que amerita el tiempo y la atención de sus lectores.

Pero esta no es mi objeción más seria. Lo verdaderamente sorprendente es que los autores, y la nota de Dinero.com no presenten, entre otros, los modelajes serios de largo plazo que hay en el país: 1) DNPensión, 2) El Transporte como Soporte al Desarrollo, una visión al 2040, y 3) el estudio de Salud al 2050, realizado el año pasado. Todos estos estudios han sido motivados o elaborados por colaboradores de la campaña de Juan Manuel Santos. Una síntesis de los mismos, con la perspectiva fiscal de largo plazo se encuentra en: “Costo y Viabilidad del Estado Social y Seguro de Derecho” J. C. Echeverry y R. Suescún (Instituto Colombiano de Derecho Tributario, feb. 2010).

 

Si no se tienen modelos actuariales serios, es imposible e irresponsable aventurarse a decir que Mockus manejaría mejor a la economía. Puesto de manera gráfica, si no se sabe que la tarea implicará bien sea cazar un oso, o bien sea pescar un tiburón, ¿cómo saber qué tipo de experto sería el más indicado para enviar a esta riesgosa misión? El documento no habla de los problemas a solucionar; sólo, sin contexto alguno, de los textos sobre las soluciones. Las otras campañas no disponen de estudios publicados, con una modelación seria y explícita de los desafíos. Es decir, no saben si van a cazar o a pescar. La de Santos sí.

El tercer punto a tener en cuenta, antes de dar crédito al estudio publicado por ustedes, es la imposibilidad de saber cuál sería el manejo económico y social de un gobierno con dificultades para pasar reformas, cualesquiera que éstas sean. En economía lo más costoso y grave es esperar, y creo que los inversionistas tendrían que esperar uno o dos años para ver cuál sería el rumbo de la gobernabilidad. Este solo hecho marca una inmensa diferencia entre los dos gobiernos, y consecuentemente en la senda de la economía. Este punto es de bulto, y es una de las principales preocupaciones de los votantes, expresada ampliamente en la prensa. Si preocupa a los legos, cómo no lo haría para los expertos. Los autores lo mencionan, pero lo omiten al momento de simular, pues en contra del sentido común, el programa de Mockus produciría más crecimiento desde el primer año. No hay período de espera, ni bache de gobernabilidad que genere un rezago. Este punto pone en tela de juicio la objetividad de los modeladores. Presuponen que una reforma tributaria de Mockus produciría más que la de Santos, y que sus reformas educativas y de innovación sería más eficaces, a pesar de que admiten que es posible que ninguna pase por el congreso. Sorprendentemente, esto no afecta sus resultados.

Dejo atrás los comentarios de forma, para plantear la discusión realmente de fondo que es evitada en el artículo de Dinero.com, y al parecer en el propio estudio. Colombia lleva veinte años haciendo un esfuerzo descomunal para ser una sociedad incluyente, construyendo lentamente el Estado del Bienestar a-la-colombiana, buscando la cobertura universal en salud, educación, pensiones y atención a la vejez y la niñez; y mejorando paulatinamente la calidad de estos servicios. Pero aún no encuentra cómo pagar esas erogaciones para ser fiscalmente viable, y para que cada uno de esos servicios sea financieramente sostenible.

Colombia sólo recientemente empezó a crear una clase media urbana, educada y tecnificada, que experimentara ascenso social. La clase media aún es pequeña, pero tiene un inmenso potencial en función de formalizar el mercado de trabajo, y de un crecimiento del 6% en esta década. El tema de seguridad nacional y personal casi no necesita explicación, pero representa el cuarto frente crítico de la actual década. Finalmente, Colombia puede duplicar su producción de petróleo en cinco años y la de carbón en diez, sectores líderes, pero que absorben poco trabajo, y podrían traer la “maldición de los recursos naturales”. El presidente Santos centrará su atención en una combinación de políticas públicas para armonizar esos cinco objetivos: bienestar social, seguridad, formalización y ascenso social, crecimiento balanceado y sostenibilidad fiscal.

El orden de las iniciativas del próximo gobierno sería: primero un plan de choque de empleo. Segundo, una reforma tributaria que promueva la formalización y la creación de empresas; debemos abandonar la obsesión por el recaudo, y pensar primero en la solidez de la economía para crecer y crear empleo formal; a su turno generará más recaudo tributario, como sub-producto. Tercero, sentar las bases para una profunda transformación productiva en el campo, diferenciando lo que se debe hacer con los pequeños agricultores, los medianos y los grandes. Allí, además de un cambio en el uso y la propiedad de la tierra, se requiere una intervención integral que promueva la asociación de los pequeños, su entrenamiento, asistencia técnica, y la integración vertical de transporte y comercialización en el mercado interno; se está haciendo con éxito en muchas regiones. Los medianos y grandes demandan intervenciones distintas, orientadas a duplicar las exportaciones agrícolas. La única forma de contrarrestar eventuales los efectos negativos de la enfermedad holandesa es con un agro que duplique sus exportaciones en cuatro años, a USD 12 mil millones, y las duplique de nuevo hasta el fin de la década. Esto es solo pensable con un salto en infraestructura que conecte al país internamente y con el exterior, el cual demanda reorganizar a fondo el sector infraestructura y transporte, que será la cuarta iniciativa. La quinta intervención será garantizar un crecimiento sostenido de la vivienda. Por último, una transformación productiva basada en innovación que nos permita producir a menores costos y garantizar el puesto de los productos colombianos en el mercado mundial. De esta manera tendríamos a los tres sectores no urbanos creando ingreso, paz, y moviendo el ascenso social y creando clase media urbana que demandará los servicios y las manufacturas urbanos, altamente generadores de empleo.

Transformaciones de este tipo no se modelan con la liviandad con las que plantea el estudio mencionado. He dedicado mi vida a la enseñanza y la práctica de la economía. No conocía este modelo, pero lo considero un atropello al esfuerzo serio de los economistas mejor entrenados del país, en su esfuerzo por modelar la economía y producir diagnósticos y proyecciones. De no ser porque su publicación en Dinero.com podría llevar a algún lector a reconsiderar su voto, no me habría preocupado en poner en duda la seriedad técnica del estudio.

A los autores no les pido que me respondan. Solamente que pidan presentar su modelo “de 3.870 ecuaciones diferenciales” en cualquier facultad de economía del país. Si sobrevive el escrutinio de sus pares, estoy dispuesto a darles crédito. Pero esto no los exime de los errores epistemológicos, económicos, estadísticos, econométricos, políticos y éticos en los que incurrieron en este ejercicio.

Un saludo cordial,

Juan Carlos Echeverry"