El enfoque principal de la propuesta de la candidata demócrata se basa en mejorar la accesibilidad a los programas de educación superior.

Economía

La reforma educativa de Hillary Clinton y sus semejanzas con el Icetex

Tasas de interés más bajas, mejoras en el acceso a la educación superior y un nuevo sistema de medición para acceder a fondos federales son solo algunas de las propuestas de la candidata presidencial.

27 de agosto de 2015

En el marco electoral del país norteamericano, Hillary Clinton, candidata por el partido demócrata, presento hace unas semanas su “New College Compact” donde explica su plan central para la educación superior de su campaña presidencial. El objetivo es hacer frente a muchos problemas asociados con el costo y la calidad de la educación superior en los Estados Unidos.

Sin embargo, el enfoque principal de la propuesta de la candidata demócrata se basa en mejorar la accesibilidad a los programas de educación superior para las personas que podrían verse afectadas por una carga financiera muy grande en caso de pedir un préstamo.

Entre otras cosas, una propuesta similar al funcionamiento en Colombia del ICETEX (Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior) que tiene como objetivo ayudar a los estudiantes que no tienen capacidad de financiamiento propio para acceder a la educación superior.

¿Cómo se entiende el plan de Clinton?


Uno de los pilares fundamentales para entender esta reforma son los subsistidos basados en incentivos, que como lo explica Beth Akers, experta en economía de la educación del Brookings Institution’s Center on Children and Families, “el plan de Clinton promete aumentar los subsidios a la educación superior mediante un nuevo sistema en que los estados pueden ser elegidos para recibir fondos del gobierno federal, siempre y cuando se comprometan a proveer a los estudiantes oportunidades luego de finalizada su etapa secundaria”.

Aunque aún no se tiene claro cómo será la medición de los puntos de referencia, resulta similar al modelo de medición que actualmente emplea el Icetex para la financiación de los estudios en base a un determinado puntaje en el examen Saber 11 y un rendimiento académico promedio.

Por otra parte, Clinton sugiere que la reducción de tasas de interés de las deudas pendientes ayudaría a los prestatarios y por consiguiente poder financiar a más familias que lo necesiten.

En este sentido, Icetex también presta a tasas comparativamente menores que los bancos (12% EA contra el 27% EA de los en promedio para crédito educativo, 12,7% de crédito de libranza y 14,3% en créditos de libre inversión).

Sin embargo, en un artículo titulado “Refinancing Outstanding Student Loans: Not as Progressive as it Seems” se observa que la refinanciación de préstamos puede ser muy benéfica para los prestatarios que tienen enormes deudas tras de sí. También, los hogares que tienen deudas más grandes son los que tienen al mismo tiempo ingresos más altos.

Esto significa que la refinanciación de la deuda beneficiara mucho más al 25% de los hogares más ricos que tienen en su poder aproximadamente del 40% de los préstamos estudiantiles y no a los hogares más pobres que en su conjunto se beneficiarían menos del 20% de la refinanciación.

El problema estudiantil

También, en la investigación de Akers se explica que del costo de la educación superior, para el estudiante estándar representa una inversión de gran rentabilidad tanto financiera como social, incluso cuando el costo de este servicio crece constantemente.

El problema entonces para los estudiantes no está en el costo, si no en el riesgo.

Cuando un estudiante de un hogar de ingresos altos adquiere un programa universitario que puede costear sin problemas, el que elija un programa que no es de su agrado no representa riesgo alguno.

El riesgo es para los estudiantes que hacen una mala elección en sus carreras y adicionalmente pagaron un precio alto en relación a los ingresos de sus hogares.

Para ello, el propósito es permitir la matrícula para universidades comunitarias (cursos de educación general, técnica y vocacional por 2 años) de manera gratuita y en caso de las universidades públicas tipo “college” (pregrado y postgrado por 4 años) sin necesidad de pedir préstamos, siempre que los estudiantes contribuyan con el equivalente a un salario de trabajo de 10 horas semanales.

De esta forma, Clinton espera que los estudiantes, especialmente los que erraron en sus elecciones, no se enfrenten a cargas financieras demasiado grandes. En su plan se habla de limitar los pagos mensuales en un 10% de la renta disponible del deudor y perdonarle dicha deuda una vez que haya hecho pagos durante 20 años.

En este sentido es similar a los préstamos a largo plazo ACCES del Icetex pagando el 20% en el periodo de estudio y el 80% restante al salir. De igual forma, en promedio el Icetex da 5 años de financiación, 1 año de gracia y 10 años posteriores para pagar la deuda, un plazo inferior siendo en total hasta 16 años .