Chile tiene un ingreso per cápita que es el doble de Colombia, pero un salario mínimo mucho menor (31,6% del PIB per cápita).

Salario mínimo no debe crecer por encima de inflación

Uno de las posibles explicaciones a las altas y persistentes tasas de desempleo e informalidad es que el salario mínimo no guarda relación con la productivitivad del trabajo. Colombia tiene el segundo salario mínimo más alto de la región.

5 de octubre de 2010

El salario mínimo en Colombia no guarda relación con la productividad del trabajo. El director de Fedesarrollo, Roberto Steiner, recordó que en América Latina, Colombia tiene el segundo salario mínimo más alto como proporción del PIB per cápita (52% del PIB per cápita), superado solamente por Nicaragua (83,5% del PIB per cápita).

Al seguir comparando, se obtiene que Chile tiene un ingreso per cápita que es el doble de Colombia, pero un salario mínimo mucho menor (31,6% del PIB per cápita).

La práctica de subir el salario mínimo no sólo en función de la inflación, sino trasladándole ganancias en productividad negociadas, sin sustento en la realidad, genera un efecto negativo sobre la generación de empleo en el país, señala Fedesarrollo.

En Colombia, el salario mínimo creció 36% por encima de la inflación entre 1997 y 2006. Estos puntos son ganancias en productividad que se le incorporaron al salario mínimo, pero que en realidad no ocurrieron, señala Steiner.

Aumento de la informalidad

En Colombia, como consecuencia, el nivel de informalidades ubica en el 52%, mientras en Argentina esta cifra alcanza el 44% y en Chile el 37%.

Adicionalmente, el número de trabajadores urbanos que ganan menos de un salario mínimo ha crecido, luego de ubicarse en niveles del 26% a comienzos de los años noventa, en 2008 este porcentaje está en 35%. La situación es peor en las zonas rurales.

La ley de formalización y primer empleo

Para Fedesarrollo, el proyecto de ley es más de lo que esperaba, pero menos de lo que se requiere. Las medidas que no son tan ambiciosas, son un avance en el camino. Con este proyecto el gobierno busca reducir los elevados costos no salariales, donde el pago de parafiscales ocupa un lugar destacado.

Sin embargo, no es mucho el empleo y la formalización que generaría una propuesta, que en lugar de suprimir los parafiscales, simplemente los elimina para algunas empresas (micro y pequeñas) durante algunos años, afirma Steiner. El proyecto parece incipiente si se tiene en cuenta que el gobierno ha propuesto formalizar más de 500 mil trabajadores y generar 2,5 millones de empleos en los próximos cuatro años.

Lo más apropiado, para Steiner, es eliminar las cargas parafiscales y financiar el SENA y el ICBF con cargo al presupuesto nacional.