María Mercedes Cuéllar, presidenta de la Asociación Bancaria

Banca

Se va la jefa de la Asobancaria

Tras ocho años en el cargo como presidenta de la Asociación Bancaria, gremio que reúne a las entidades financieras y de crédito en el país, María Mercedes Cuéllar, presentó su carta de renuncia, la cual se hará efectiva el 2 de enero de 2015.

28 de octubre de 2014

Esta economista de la Universidad de los Andes, con una maestría en desarrollo económico de la Universidad de Boston, también fue viceministra de Hacienda en el gobierno de Belisario Betancur y ministra de Desarrollo en el de Gaviria en 1990. Cursó una Maestría en Derecho en la Universidad de los Andes.

María Mercedes Cuéllar ha sido la única mujer codirectora de la Junta Directiva del Banco de la República, entre 1991 y 1996, y fue también la primera mujer directora del Departamento de Planeación Nacional, durante el gobierno de Virgilio Barco.

Fue fundadora, en compañía de Rodrigo Botero y Rudolf Hommes, de la revista Estrategia Económica y Financiera. En 2000, publicó su libro Colombia, un proyecto inconcluso, en el que sostiene que la riqueza o la pobreza de una nación se explican por el tipo de instituciones que reflejan los valores de la sociedad, la disponibilidad del capital social y la firmeza del Estado para disminuir los costos de transacción y defender los derechos de propiedad.

Su verdadera prueba de fuego la recibió en el gremio de los bancos hipotecarios, el Instituto Colombiano de Ahorro y Vivienda, ICAV. En este cargo, tuvo que afrontar la enorme crisis hipotecaria de 1997 y lograr que el sistema de ahorro sobreviviera.

"Asobancaria es un mundo muy diferente al del ICAV, porque ya no es solo el nicho de los créditos hipotecarios. Se trata de un reto de mayor magnitud porque abarca los créditos de consumo y todo lo relacionado con las finanzas", sostuvo alguna vez en una entrevista a Dinero.

Para esta bogotana apasionada por su trabajo, parte del éxito es entender los temas en lo que trabaja muy bien para poder hablar con autoridad y lograr establecer un equipo comprometido, en el que pueda confiar y delegar tareas.