Foto: Archivo Semana.

BOGOTÁ

Caja del Distrito sería de $775.000 millones en peor escenario covid

José Roberto Acosta, director distrital de Crédito Público, explicó que en el peor escenario por la covid-19, el "colchón de liquidez" de Bogotá sería de cerca de $175.000 millones; sin embargo luego de la emisión de bonos este llegaría a los $775.000 millones.

29 de mayo de 2020

Luego de la exitosa colocación de $600.000 millones en bonos que realizó Bogotá el pasado jueves en la Bolsa de Valores de Colombia (BVC), José Roberto Acosta, director distrital de Crédito Público, le dijo a Dinero que la situación en cuanto al balance de la Tesorería es holgado y se recuperó ese “colchón de liquidez”.

“Como se le hizo la presentación a los inversionistas en el road show, la consecución de esos $600.000 millones era para aumentar el colchón de liquidez para afrontar cualquier emergencia que se presente en la pandemia y estar listos”, explicó Acosta.

Y es que a estos inversionistas, el Distrito de Bogotá les suministró dos escenarios. El primero de ellos, antes de la covid-19, en donde se mantenía una caja promedio durante todo el 2020 de $1,4 billones. Sin embargo, la llegada de la pandemia y las medidas de aislamiento obligatorio implicaron un desajuste en las finanzas de la capital del país.

Según Acosta, en un escenario estresado por la covid-19 ese colchón caía a cerca de $175.000 millones, situación extrema y a la cual no se ha llegado enfatizó el funcionario, pero previendo que se pudiera llegar allá, se consideró pertinente realizar la emisión de los bonos en el mercado local.

Con esa colocación de $600.000 millones y bajo el supuesto de llegar al extremo planteado a los inversionistas institucionales durante el road show, “estaríamos ubicando un colchón de tesorería cercanos a los $775.000 millones”, agregó José Roberto Acosta.

¿Más deuda en el 2020?

Acosta explicó que luego de la colocación de los bonos, en principio la caja del Distrito ya está cuadrada, aunque no descarta la consecución de nuevos recursos pues la situación es cambiante. “Pero en principio no requeriríamos más PEC (Programa de Emisión y Colocación) hasta el otro año”.

Hay que aclarar que el cupo del PEC del Distrito de Bogotá era de $2 billones y que se copó con dos emisiones, una en octubre de 2019 por $1,4 billones y la otra por $600.000 millones la semana pasada.

Es por esto que desde la semana pasada se está trabajando en un nuevo PEC. “El antecedente exitoso del primer PEC por un monto de $2 billones abre un camino muy expedito desde el punto de vista procedimental ante las autoridades del mercado público de valores y el propio Ministerio de Hacienda”.

Sin embargo, aún no se habla de un monto del mismo pues este va muy de la mano con lo que decida en Concejo de Bogotá frente al Plan Distrital de Desarrollo (PDD), que ya se aprobó en primer debate. Una vez se apruebe en definitiva el PDD se procederá a definir el tamaño del PEC.

Acosta aclaró que “independientemente del tamaño que se fije no implica que se vaya a copar durante su vigencia. Lo que implica el PEC, es una especie de cupo de sobregiro o de deuda que ya dependiendo de las circunstancias se irá contratando progresivamente”.

Además, agregó que el PEC anterior no se hubiera copado este año de no ser por la pandemia, pues muy seguramente los $600.000 millones no se hubieran emitido en el 2020, sino en el 2021.

Plan Distrital de Desarrollo

Acosta aclaró que cualquier contratación de crédito de deuda adicional y ampliación del PEC será para financiar el PDD, tal como se le ha presentado al Concejo, como está en la bases del plan y tal como se justifica en el Marco Fiscal de Mediano Plazo y en la solicitud de cupo de endeudamiento.

Frente al apoyo que solicitó la alcaldesa Claudia López al Gobierno Nacional para financiar parte del Plan Distrital, Acosta explicó que hay “temas cruciales como el Metro y el Regiotram, en esto vamos muy bien. El Gobierno se mantiene en la misma línea, la covid-19 no ha modificado los compromisos”.

Además, ante este nuevo escenario en el Distrito, está claro que estas obras son fundamentales para el proceso de reactivación que se viene en el momento poscovid, donde las obras públicas, por sus efectos multiplicadores y encadenamientos, tienen un papel clave en la generación de empleo y en la protección de ese tejido empresarial.

Una Bogotá poscovid

En este frente hay varios enfoques, según explicó Acosta, el primero es una línea de Bancóldex por $220.000 millones, orientada principalmente a mypimes.

El segundo es la ampliación del pago de impuestos, que en últimas termina siendo una operación de crédito público en la medida en que implica un sacrificio en la caja al Distrito, pero una ayuda a los hogares y empresas. 

Por último, y en línea con el Metro y el Regiotram, está la “ejecución de obras públicas, de creación de bienes públicos, la formación bruta de capital a través de inversión pública que mejore la productividad, abarate costos, facilite la vida y nos mantenga en unos niveles de competitividad que signifiquen esa palanca para la reactivación”.

En cuanto al recaudo, la capital del país espera una disminución cercana al billón de pesos. “En principio el recaudo ha ido bien, la cultura tributaria de Bogotá es la mejor de país y en estos impuestos patrimoniales como predial y automóviles no se siente mucho el ciclo económico; en ICA si es bastante susceptible al ciclo y lo tenemos modelado econometricamente para vislumbrar escenarios de acción”, agregó Acosta.

Por último, el director distrital de Crédito Público explicó que las tres presiones de gasto que tiene Bogotá actualmente son

  1. El tema de salud que implica inversiones adicionales a los $2 billones (fortalecimiento de Subredes y el tema de Corferias). 
  2. Bogotá Solidaria con unos montos de inversión cercanos a los $500.00 millones para atender a cerca de 380 mil hogares con subsidios.
  3. Recursos del Fondo de Estabilización Tarifaria, que implican una obligación contractual del Distrito con TransMilenio y esto está alrededor de $450 mil millones para efecto de cumplir con esos dineros y no comprometer la liquidez. 

“Sin embargo, estas cifras vienen en unos escenarios que permanentemente se calibran ante los intempestivos cambios”, concluyó Acosta.