Según la Superintendencia de Sociedades, más de 600 empresas han entrado en insolvencia por la pandemia. | Foto: Esteban Vega

PANDEMIA

¿Qué efectos tendría en la economía colombiana un nuevo confinamiento?

Los empresarios del país no quieren nuevos confinamientos por un eventual rebrote de contagios de covid-19. Lo que está en juego.

29 de octubre de 2020

El coronavirus puso en jaque la economía. Luego de siete meses de pandemia, el planeta vive la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial. El Banco Mundial prevé que la actividad económica de las economías avanzadas se contraerá un 7 % en 2020.

Hoy, después de que las economías venían en proceso de reactivación, el fantasma de nuevas medidas vuelve a rondar en el mundo por los nuevos brotes del virus, principalmente en Europa.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los actuales contagios en Europa superan en tres veces los del primer pico de marzo. Sin embargo, aclararon que el número de muertes es muy inferior, pese a que las hospitalizaciones han aumentado de manera importante.

Hace varias semanas, en España, Francia, Italia y Alemania empezaron a implementar nuevamente medidas restrictivas luego de llegar a cifras récord de contagios. En el Reino Unido, el primer ministro, Boris Johnson, indicó que ya contemplan confinar varias ciudades y limitar el movimiento de sus ciudadanos. Incluso Suecia, que había adoptado medidas alternativas al confinamiento, anunció que cambiaría de estrategia de cara a la segunda ola.

Lo que pasa hoy en el viejo continente ya ha puesto sobre la mesa la posibilidad de que dentro de unos meses suceda lo mismo en Latinoamérica. La pandemia se ha comportado en forma muy diferente en este subcontinente, pero los expertos aseguran que el nuevo pico es inevitable. 

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Colombia parece haber llegado a una meseta promedio de 8.000 casos al día y entre 180 y 200 muertes diarias. No obstante, el Gobierno ha asegurado que no descarta que algunas ciudades empiecen a imponer medidas, lo que depende de qué tanto estén ocupadas las unidades de cuidados intensivos.

La reactivación ha mostrado señales preocupantes. Según el Centro de Estudios Económicos de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), el Índice de Seguimiento a la Economía (ISE) del Dane mostró una caída anual del 10,6% y un retroceso con respecto al comportamiento de julio (-9,7%), lo que no sucedía desde abril.

Como aseguró la Anif, “el mayor deterioro del ISE en agosto responde, entre otras cosas, a la continuación de las cuarentenas sectorizadas en varias ciudades del país, que aumentaron la incertidumbre y retrasaron la reactivación de los encadenamientos productivos, especialmente en Bogotá”.

Por eso, la posibilidad de una nueva cuarentena tiene con los pelos de punta a todos. Anif aseguró en un documento que Colombia no debería volver a las cuarentenas estrictas pues, según el gremio, podrían aumentar el desempleo y disminuir aún más el ingreso de los hogares. Para Anif, la caída del 8,1% registrada entre enero y agosto podría derivar en una recesión todavía más profunda. El centro de estudios advirtió que el país está aún muy lejos de regresar a la dinámica prepandemia. 

Los avisos de se arrienda ya forman parte del paisaje habitual de las calles del país.

El presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, el gremio más golpeado por las cuarentenas, coincide en que las medidas restrictivas aplicadas por algunos alcaldes causaron el frenazo de agosto, que en el caso de Bogotá tuvo mayores consecuencias. “En ese mes las ventas se vinieron abajo en casi todos los sectores, ya en septiembre y octubre se ve una ligera recuperación, el comercio apenas comienza a levantar cabeza”, le dijo Cabal a Dinero.

El representante de los comerciantes destacó también las grandes inversiones que hicieron los propietarios de los establecimientos para contratar personal, mantener las nóminas y aplicar las medidas sanitarias. Recordó que aún no cuadra la ecuación entre los ingresos y los gastos fijos que acarrean.

Por esto, temen que un segundo freno a las actividades costaría aún más que el primero, sobre todo en las ciudades grandes. Cabal advirtió que varios comerciantes “están dispuestos a incumplir”, porque un nuevo confinamiento les daría la estocada final. 

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Por otro lado, agregó que no hay coherencia en que los alcaldes restrinjan el comercio con toques de queda y al tiempo permitan aglomeraciones en las calles, como las vividas en las ciudades con el paro nacional del 21 de octubre. “Nosotros no consideramos que volver a los cierres parciales o totales sería una medida adecuada para el manejo de la salud. Muchos alcaldes que no son capaces de controlar la medidas de bioseguridad en las calles castigan al comercio y por esto hay un gran número de comerciantes pensando en volverse informales, porque, como a los informales sí los protegen”, dijo Cabal.

Por su parte, Luis Fernando Mejía, director ejecutivo de Fedesarrollo, explicó que este resultado de agosto es un llamado de atención sobre los efectos de las cuarentenas, pues “tienen un impacto importante en la actividad económica”. Y advirtió que “quienes más las sufren son las personas pobres y vulnerables que no cuentan con un empleo formal ni con la oportunidad de generar ingresos”.

Para Mejía, el ISE de agosto da una señal clara de alarma, porque muestra un quiebre de la tendencia de la recuperación. Por eso lo considera una advertencia para no imponer cuarentenas generales ni sectorizadas. “Ojo, porque esto no es un escenario de un solo objetivo. La salud y la economía tienen que ir a la par para evitar un escenario catastrófico. Ya estamos viendo en cifras concretas los impactos de las cuarentenas y del empleo. Ya lo que en su momento era una hipótesis es una realidad y me preocupa el tema político, ya que las decisiones están en manos de los alcaldes y muchas veces no priorizan la economía”, concluyó.