Los países europeos salen bien calificados por INCRA | Foto: DW

Economía

¿Puede existir una calificadora de riesgos independiente?

Moody's le quitó la máxima calificación a Francia, lo que enciende nuevamente el debate sobre el poder de las grandes agencias estadounidenses. La pregunta es: ¿una agencia independiente entregaría otros resultados?

Alianza DW
20 de noviembre de 2012

Una vez más las grandes agencias calificadoras estadounidenses tienen a un país de la zona euro en dificultades. Francia siente su orgullo herido y el resto de Europa tiembla. Y esto podría tener consecuencias. El ex director general de la Fundación Bertelsmann, Gunter Thielen, lo explica: "Las calificaciones nos afectan. Qué valoración recibe Alemania no tiene solamente efectos para el gobierno, sino también para todos nosotros como contribuyentes". Si baja de categoría, Alemania debe pedir prestado dinero en el mercado de capitales a tasas de interés más altas, "y el pago de eso sale finalmente del bolsillo de los contribuyentes".

Agencia sin fines de lucro

Con el aumento de las tasas de interés aumentan los costos adicionales y finalmente el país se mete en un problema. Por eso desde hace bastante tiempo se habla de una calificadora de riesgo alternativa. Eso sería posible con la "International Non-Profit Credit Rating Agency" (INCRA), una iniciativa encabezada por la Fundación Bertelsmann. Sus primeros frutos se ven ahora con la entrega de calificaciones de Alemania, Francia, Italia, Brasil y Japón. "En nuestros análisis incluimos, además de los indicadores macroeconómicos tradicionales, los llamados indicadores de futuro", explica la directora del proyecto, Annette Heuser. Las diferencias no se quedan solamente ahí. También hay una mirada sobre el desarrollo socioeconómico de un país, así como preguntas sobre inversiones en educación, o cuántas veces el país ha estado en crisis en el pasado.

Alemania obtiene en INCRA una nota 8,1 de un total de 10, lo que correspondería en una calificadora a la codiciada triple A. Pero con observaciones. Gunter Thielen critica el alto nivel de endeudamiento del país, con un total superior al 80% de la producción económica, y el hecho de que Alemania avala buena parte del paquete de rescate económico de la zona euro. Un segundo punto, que ninguna otra calificadora considera, es la demografía de Alemania. "El cambio demográfico dará paso a una reforma que es urgente, de lo contrario nos veremos en un enorme problema", dice Thielen. Este ranking entonces incluye una advertencia: "Cuidado, Alemania debe hacer cosas pronto si pretende que esa calificación se mantenga".

Francia no está tan mal

Francia obtiene un 7,9 en la calificación de INCRA, lo que sería un AA+, que es exactamente la misma nota que obtuvo de las calificadoras Standard & Poors y Moody's. En términos macroeconómicos, la situación francesa no es tan mala, dice Annette Heuser. Pero con las reformas, el país no va en la dirección correcta. "La reducción de la edad de jubilación de los 62 a los 60 años nos ha convencido menos que la inversión en educación, que es realmente muy importante para el futuro de un país industrializado como Francia".

En el puesto número 3 del ranking independiente se encuentra Italia, con una nota 7,2, lo que equivale a una AA. Brasil obtiene un 6,8 y Japón un 6,0, ambos equivalentes a una A. En el caso de Italia, la calificación es significativamente distinta a las entregadas por las agencias calificadoras estadounidenses. Para INCRA, la calificación positiva responde a la capacidad que ha tenido el país para gestionar la crisis. Brasil, en tanto, recibe una advertencia por invertir muy poco en educación e infraestructura. En el caso de Japón se tomó en cuenta que es el país más endeudado del mundo, arrastrando una carga que a comienzos de año era casi un 230 por ciento de su producto bruto.

El futuro del proyecto: abierto

Si habrá más calificaciones del INCRA en el futuro depende de que el estudio sea considerado más que un mero proyecto. La Fundación Bertelsmann propone que el G20, donde se reúnen las principales economías industrializadas y emergenctes del mundo, promueva la creación y desarrollo de una agencia independiente. Un problema sería, claro, el finaciamiento. El modelo INCRA sugería una solución: que gobiernos, empresas, fundaciones y fondos privados contribuyeran. El fondo debiera tener un volumen en torno a los 400 millones de dólares, para poder solventar los costos anuales de entre 15 a 20 millones de dólares.