¿País atractivo?

El flujo de inversión extranjera directa, IED, que llega a Colombia está en niveles históricamente elevados. Sin embargo, cuando se miran esos datos este en el contexto regional, se observa que el país no es tan atractivo como se piensa.

Mientras que entre 2005 y 2008 la inversión en Colombia ha estado estable en el rango de los US$7.000 millones y US$10.000 millones anuales, la de Brasil más que se duplicó al pasar de US$15.000 millones a US$34.000 millones en ese lapso.

Perú es el otro gran ganador de esta época de inversión. Triplicó el valor de la IED, desde US$2.600 millones a US$11.800 millones, con lo que superó la cifra colombiana.

Incluso Centroamérica y el Caribe, consiguieron pasar de US$7.000 millones a US$9.000 millones, un crecimiento de 30% en el período.

Con ese aumento enorme en la IED en Brasil y con el sprint peruano, la participación colombiana en el total latinoamericano tuvo una drástica caída. Pasó de llevarse algo más del 16% de la inversión, a atraer sólo un poco más del 11%.

Estas cifras puede dejar una conclusión inquietante. Los dineros de los inversionistas extranjeros siguen interesados en el gigante Brasil y en los países donde haya proyectos atractivos y pocas trabas a la entrada de las empresas.

En Colombia la falta de proyectos casi de inmediato recuerda las demoras en la formulación de los planes grandes de infraestructura. De nuevo, las estadísticas le deberían recordar al Ministerio de Transporte que dinero disponible para obras ambiciosas hay.

El otro asunto para pensar es el de las exenciones tributarias para fomentar la inversión. Los datos parecerían mostrar que el sacrificio fiscal no está siendo compensado con una avalancha de inversiones que lleguen al país. Quizás es hora de hacer de nuevo las cuentas.