De las 500 principales multinacionales del planeta, las que contaban con al menos tres mujeres en sus juntas directivas obtuvieron un 16,7% de rendimiento sobre el patrimonio, mientras que las compañías promedio apenas llegaban al 11,5% de rendimiento.

Mujeres se siguen abriendo espacio laboralamente

Entidades del sector público están designando un mayor número de mujeres a cargos de liderazgo que sus contrapartes del sector privado. Cambia la tendencia, según estudio de Deloitte.

4 de abril de 2010

Las entidades gubernamentales han tenido un éxito notablemente superior al de sus similares del sector privado en el tema de nombramientos de mujeres en cargos de liderazgo, según un nuevo reporte elaborado por Deloitte Touche Tohmatsu, titulado “Las Sendas hacia el Poder: Progresión Femenina en las Entidades Gubernamentales” (“Paths to power: Advancing women in government”). A escala global, la elección y designación de mujeres para ocupar cargos de poder dentro del sector público, incluyendo jefaturas de estado, ministerios y asientos en gabinetes ejecutivos y cámaras legislativas, se viene incrementando a un ritmo superior al reportado dentro del sector privado.

Diversas investigaciones han determinado que cerca del 10% de los países miembros de las Naciones Unidas tienen a una mujer como jefe de estado, superando con creces el tres por ciento de las compañías incluidas en el escalafón de las 1.000 multinacionales más importantes del planeta que cuentan con un presidente corporativo del sexo femenino. Más aún, las mujeres representan cerca del 20% de los asientos parlamentarios que existen actualmente alrededor del mundo, contrastando con el 13,5% de cargos de alta gerencia que son ocupados por mujeres en las 500 compañías más importantes de los Estados Unidos.

“Talentos y conocimientos son los más importantes recursos que cualquier nación pueda poseer”, señala Greg Pellegrino, Líder de la Industria Global del Sector Público de Deloitte Touche Tohmatsu y uno de los autores del citado reporte. “El progreso obtenido por las mujeres conlleva implicaciones esenciales para la salud y el crecimiento de los gobiernos, las compañías y las naciones. Por consiguiente, es crucial que las entidades gubernamentales y las empresas privadas trabajen mancomunadamente para fomentar y cultivar los talento femenino global, ayudando a generar un cambio positivo y garantizar niveles óptimos de crecimiento y éxito".

El reporte en cuestión arrojó otras conclusiones significaticas tales como:


· La relación entre la participación de las mujeres y el progreso del sector público sirve de modelo para el sector privado

Los países en los cuales las mujeres han llegado a ocupar posiciones de mando gubernamental incluyen un número mayor de problemas que afectan a la mujer en sus agendas legislativas, impulsando con frecuencia positivos desarrollos de tipo social y económico. A manera de ejemplo, después de que diez mujeres fueran elegidas para ocupar una silla del parlamento de Kenia, la legislación de esa nación africana promulgó una ley que castiga conductas previamente impunes como los casos de violencia doméstica.

Así mismo, diversas investigaciones han concluido que las compañías que cuentan con mujeres en posiciones de liderazgo presentan un mejor desempeño y alcanzan mayores beneficios económicos que aquellas que carecen de líderes del sexo femenino. De las 500 principales multinacionales del planeta, las que contaban con al menos tres mujeres en sus juntas directivas obtuvieron un 16,7% de rendimiento sobre el patrimonio, mientras que las compañías promedio apenas llegaban al 11,5% de rendimiento.

· El ascenso de las mujeres al liderazgo genera una reacción en cadena

La evidencia obtenida en diversos estudios sugiere que los aumentos de la representación femenina en los gobiernos estatales se manifiestan en el surgimiento de sus intereses comunes, despertando una mayor atención a los problemas que afectan a la mujer. La creciente participación de las mujeres en los campos de liderazgo también genera un efecto de bola de nieve, en la medida en que un número cada vez mayor de mujeres se siente animado a escalar las jerarquías profesionales y seguir el camino que sus predecesoras han trazado al derribar un sinnúmero de prejuicios culturales e institucionales que aún se resisten a desaparecer.

· El cambio cultural y organizacional acelera la retención y progresión profesional de las mujeres

A medida que las naciones del mundo se interconectan cada vez más, los talentos están adquiriendo una creciente movilidad. A excepción de Norteamérica, la mayoría de las regiones geográficas del planeta están experimentando una fuga de cerebros de la cual hacen parte significativa las mujeres educadas, quienes están emigrando a un ritmo alarmante en procura de mejores oportunidades de desarrollo profesional. Tomemos el caso del continente africano, donde el 27,7% de las mujeres con nivel de educación superior emigra, superando en 10% el número de hombres que abandonan su país de origen. Para contrarrestar este fenómeno, las empresas deberán promover un cambio cultural a nivel de toda su organización para fomentar un ambiente que resulte amigable para la mujer y propicie su desarrollo profesional.

· Las mujeres constituyen un recurso crítico de las naciones para alcanzar un sólido crecimiento económico

El progreso de las mujeres tiene importantes repercusiones en la salud y crecimiento de los gobiernos, las compañías y las naciones. Tanto el sector público como el privado deberán seguir abonando el terreno donde habrán de crecer diversos talentos, incluidas aquellas mujeres con altos potenciales de liderazgo, para así mantenerse competitivos y desarrollarse a plenitud.

“Aunque hasta ahora, las mujeres han recurrido a estrategias individuales para satisfacer sus ambiciones profesionales, la promoción acelerada de las mismas a posiciones de liderazgo gubernamental requerirá de nuevas estrategias organizacionales lideradas por quienes ocupan los altos cargos directivos de las instituciones”, señaló Anne Weisberg, Directora del área de Talentos de Deloitte Services LP en los Estados Unidos y uno de los autores del reporte aquí referido. “Entre los múltiples pasos que se habrán de tomar en tal sentido, existe la obligación de las organizaciones de establecer métricas y mediciones de disponibilidad, enfoques centrados en el desarrollo profesional de las mujeres e iniciativas que promuevan la integración entre la vida laboral y la vida personal de los empleados”.