Ministro de Agricultura, Rubén Darío Lizarralde.

Presupuesto

Agro con gran apetito de recursos

Pese a los grandes ingresos adicionales para el sector, los recursos serán insuficientes para el cumplimiento de los proyectos puestos en marcha por el Gobierno.

24 de junio de 2014

La crisis de la agricultura colombiana obligó al Gobierno Nacional a diseñar un nuevo esquema de apoyo para los campesinos, intermediarios y comercializadores de productos.

Con la puesta en marcha de un paro nacional durante 2013 la crisis se acentuó con el surgimiento de movimientos campesinos que enviaron una serie de peticiones al Ministerio de Agricultura.

Se firmó un acuerdo para conjurar el paro y el Gobierno se comprometió a una serie de ayudas y apoyos económicos que hasta el momento no se han cumplido en su totalidad.

La situación generó un nuevo cese de actividades en abril del presente año alegando un incumplimiento del Gobierno.

Lo cierto es que todos los compromisos demandan gran cantidad de recursos y el presupuesto empieza a jugar un papel importante en esta materia.

Sin antes recordar que a finales del año pasado el Gobierno logró la aprobación del 4x1000, impuesto que fue prorrogado con el fin de financiar el agro colombiano.

El ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Rubén Darío Lizarralde, anunció que el sector demanda cada vez más recursos y que el presupuesto mínimo anual debe ser de $10 billones.

Los actuales recursos suman $5 billones y los adicionales para el 2015 se destinarían a infraestructura y tecnología para garantizar la disponibilidad de agua para la producción.

“Los elementos fundamentales, prioritarios en los cuales deberíamos invertir es en el manejo de agua, expresado en riegos y drenajes, canalizaciones y embalses, que además sirven para reducir el impacto de fenómenos como el de la niña o el niño. Los otros son vías terciarias, investigación y desarrollo y asistencia técnica”, expresó el funcionario.

La inversión adicional es necesaria para aprovechar la demanda mundial por alimentos, el amplio potencial agrícola del país -cultivamos menos del 25% del área que se podría utilizar-, conquistar los mercados internacionales y darle impulso a los programas de apoyo a la competitividad y productividad.

Así mismo, en un análisis realizado junto con el Incoder se determinó que dotar de infraestructura y tecnología de riego y drenaje a más de 2.5 millones de hectáreas, una de las metas mega del Ministerio, tiene un costo de $56.5 billones

“En una evaluación inicial que se hizo con el Incoder se estableció que se requieren más de 50 billones de pesos en un periodo entre ocho y 12 años para tener en el país un manejo primario adecuado de aguas”, expreso el jefe de la cartera agropecuaria.

El ministro ha insistido en que la mejor forma de impactar al campesino e incentivar la agricultura es proveerla de bienes públicos y en particular de distritos de riego que abastezcan de agua grandes extensiones de tierra, garantizando así su disponibilidad para la producción.

“Ese es el paso que tenemos que dar para asegurarle un mejor ingreso futuro a los campesinos, invirtiendo más en bienes públicos y menos en subsidios”, recalcó.

La inversión del “Plan Básico de Adecuación de Tierras en Colombia”, como lo denominó el Incoder, impactaría todo tipo de cultivos y productores, permitiría producir más toneladas por cada hectárea cultivada y aumentaría tanto el volumen como la calidad de los productos, lo que se traduce en más empleo y mejores ingresos para la ruralidad.

La programación de metas, costos e inversiones del Plan se hizo con base en las necesidades de rehabilitación de distritos en operación de propiedad del Estado de pequeña, mediana y gran escala, en la finalización de aquellos en construcción y en el diseño y estructuración de proyectos en estudio.

El desarrollo de dicho Plan motivará y atraerá mayores inversiones al sector y ayudaría a lograr el objetivo de un crecimiento del PIB agropecuario de 5% anual.