Ministro de Agricultura, Rubén Darío Lizarralde.

Agricultura

Minagricultura y su batalla campal

El ministro Rubén Darío Lizarralde, habló con Dinero.com y manifestó que la tarea se está haciendo tanto cumpliendo los acuerdos como implementando una agenda ambiciosa para el sector.

17 de marzo de 2014

Luego de las críticas y una semana de alta tensión para el agro colombiano volvió la tranquilidad en uno de los sectores, por no decir, el más importante de la economía colombiana.

Ese es el pensar de varios sectores pero que para los dirigentes campesinos el tema está más caliente que nunca ante la falta de soluciones desde el Gobierno Central.

Sin embargo, ambas partes mantienen su posición en una serie de confrontaciones que hicieron pensar en un nuevo paro de los agricultores que incluso no se descarta por completo.

Las dignidades campesinas y ahora algunos representantes gremiales muestran un inconformismo que cada vez muestra un mayor distanciamiento con el Gobierno en primer lugar por un incumplimiento a los acuerdos con los agricultores y en segundo lugar por la falta de políticas agrarias.

En días pasados la tensión llevó al presidente Juan Manuel Santos a intermediar en el tema como consecuencia de las amenazas de un paro nacional tal como sucedió en 2013.

Se acordaron mesas de negociación y la búsqueda de nuevas soluciones para evitar un cese de actividades mostrando nuevamente la disposición del Gobierno para negociar.

Pero más allá de las molestias por decirlo de alguna manera de los campesinos, hay una agenda clara para buscar el fortalecimiento del sector.

Esa es la respuesta de uno de los funcionarios más cuestionados por el Gobierno pero que al mismo tiempo en su defensa muestra sus cartas y su estrategia para salir adelante tanto en su gestión como en ro de beneficiar al agro colombiano.

Rubén Darío Lizarralde explicó a Dinero paso a paso los problemas de la agricultura y los pasos que se están dando para impulsar este sector.

El ministro se defiende a los ataques y asegura que hay temores a un cambio de agenda la cual debe tener competitividad, innovación y fortalecimiento de estrategias del mediano al largo plazo.

Para ello, se ha incrementado sustancialmente el presupuesto general del sector con el fin de fortalecer los programas e impulsar la agricultura colombiana.

Los enemigos 

Dos inviernos muy fuertes que afectaron la economía agrícola del país y adicionalmente en el 2013 una depresión en los precios internacionales de los principales commodities terminaron de afectar los ingresos y las oportunidades de los campesinos. No tuvimos los instrumentos para reaccionar de forma automática frente a estos hechos y eso disparó un inconformismo que todavía hoy se manifiesta. 

El pasado no perdona

Desde los años 70 muy en la línea de lo que determinó la misión Kerry los planes de desarrollo de los gobiernos han mirado más hacia el desarrollo urbano que hacia el desarrollo rural porque se ha considerado y se consideró en ese momento que era mucho más fácil atender las necesidades de los más pobres, la vivienda, la seguridad social, los temas de salud, si la gente se concentraba en las ciudades que si se mantenía en el campo.

Esto generó un alejamiento inconsciente de las necesidades de los ciudadanos del campo y no se construyó una política de estado frente a la ruralidad colombiana, por supuesto que hubo lineamientos, por supuesto que hubo decisiones que de una u otra forma han beneficiado al campo colombiano pero no hubo una política integral, sistémica que permitiera una atención ordenada de los gobiernos hacia el campo colombiano y por todas esas razones llega un momento en el que todo se acumula y la expresión de molestia y de insatisfacción se hace explicita y eso es lo que ha venido ocurriendo y por eso puedo decir que la manifestación de inconformidad de los campesinos tiene esa justificación. 

Un presupuesto en aumento

El Gobierno pues ha venido trabajando en resolver y atender esa situación de una manera diferente, de hecho el presupuesto del Ministerio de Agricultura durante este Gobierno ha venido creciendo de una manera sistemática, en el 2010 por ejemplo tuvimos un presupuesto de $1.4 billones, en 2011 de $1.3 billones, en 2012 de $1.9 billones, en 2013 de $3.2 billones y para el 2014 de $5.3 billones, de modo que salvo en el 2011 que hubo una disminución en el presupuesto del 2% se ha venido dando un incremento muy importante por ejemplo en 2012 del 42%, en 2013 del 71% y en el 2014 del 61% frente a los presupuestos anteriores que han permitido que se dé un cambio importante dramático de la atención del Gobierno colombiano hacia el campo. 

Otro tema fundamental es el de la ejecución presupuestal, en el 2010 por ejemplo la ejecución fue del 89%, en el 2011 del 81%, en el 2012 de 91% y el año anterior del 93%, es decir este ministerio también le ha venido cumpliendo, profesionalizándose cada vez más, organizándose cada vez más a las expectativas que tiene el país, en ese sentido ha habido un mejoramiento en la ejecución presupuestal. 

Además es importante manifestar y esto va muy en relación no solamente con los gremios sino también el sector campesino y el sector empresarial en el campo, los apoyos que este Gobierno, el Gobierno del presidente Santos ha dado a este sector de la economía son cerca de $7.3 billones y los créditos que se han aprobado para este sector son de $13.8 billones para un total entre apoyos y crédito para el sector agropecuario de $21.4 billones.

Esto permite mostrar de una manera contundente una mirada nueva del Gobierno hacia el sector agropecuario de modo que hay un interés muy especial del Gobierno, hay un interés muy especial hacia los campesinos y hacia los agricultores que se está expresando en recursos y en ese sentido pues aunque se entiende perfectamente el inconformismo de los campesinos también es importante que entiendan que el Gobierno de una manera radical, de una manera diferente está mirando hacia el campo colombiano, como lo ha dicho el presidente Santos tenemos que seguir trabajando muy duro porque no es suficiente y no es suficiente lo que hemos hecho a pesar de que lo que hemos hecho ha sido bastante pero falta mucho camino por recorrer.

La pelea con la SAC

En relación con el tema de los gremios y los agricultores afiliados a estos gremios pues seguramente están molestos porque ha cambiado la agenda de este ministerio, estamos poniendo una agenda dinámica, una agenda aperturista, una agenda no sólo con una visión de corto plazo sino también de mediano y largo plazo, una agenda que nos permita enfrentar los tratados comerciales y las alianzas que se han venido realizando, una agenda dinámica, una agenda que además permita producir resultados, permita evaluar los impactos de los apoyos que da el Gobierno a este sector.

Seguramente en este ejercicio pues no siempre el lenguaje se interpreta en forma adecuada pero lo que es fundamental es que estamos con las puertas abiertas dispuestos aún, en los desacuerdos, seguir conversando, a seguirnos entendiendo y a que comprendamos que tenemos la obligación de hacer de este sector agropecuario un sector dinámico, un sector que genere estabilidad para el país y para quienes están en el campo, que contribuya a la disminución de la pobreza extrema y que permita que hagamos negocios de verdad, que le generen nuevos recursos para estos empresarios del campo pero también para el Gobierno.

Nosotros tenemos que pasar de una agricultura de la edad media a una agricultura dinámica, a una agricultura prospectivista, a una agricultura que va a significar energía en el futuro y de hecho ya en muchos países está significando no solamente energía también está significando innovación a través de la agricultura estamos cambiando el origen de muchos de las materias primas que en estos momentos se están aplicando en desarrollos productivos o empresariales o manufactureros, estamos cambiando a derivados de petróleo por derivados del sector agrícola de modo que tenemos que enfrentarnos a una dinámica completamente distinta y en ese sentido invitamos a los campesinos, a los agricultores y a los gremios a que nos acompañen en este propósito.

Pacto Agrario

El Pacto Agrario representa una consulta que estamos haciendo al avance agropecuario del país, a los campesinos a las asociaciones a los gremios, solicitándoles lineamientos y claridades sobre una nueva política, expresión sobre los errores que hemos venido cometiendo y recomendaciones sobre lo que debemos hacer precisamente para corregir esos errores. 

Hemos recorrido el país y no sólo hemos recorrido el país haciendo estas consultas, poniéndonos en contacto con los agricultores sino que adicionalmente estamos poniéndonos en contacto directamente con las necesidades, los problemas y las oportunidades que está teniendo el campesino, el empresario en el campo, de modo que si es importante decir que el Pacto Agrario es uno  de los instrumentos fundamentales que estamos manejando para construir una política de Estado sobre la ruralidad colombiana.

El sueño del censo

Adicional al Pacto Agrario pues tenemos el Censo Nacional Agropecuario que hacía 43 años no se realizaba no se realizaba en el país, imagínese uno tomando decisiones en un sector pues tan excenso, tan importante y tan variado , sin tener datos, sin tener información o teniendo una información atrasada de 43 años, que tipo de economía, que tipo de evolución que tipo de desarrollo podríamos esperar de esto cuando no teníamos los elementos básicos para tomar decisiones como el de la información de modo que Pacto Agrario, CNA que se termina a mediados de este año y que se consolida y se pública en octubre de este año y adicionalmente como lo dije con un presupuesto creciente que apoya el desarrollo de la economía agropecuaria estos tres son insumos son fundamentales para la misión rural y es lo que ha convocado el presidente de la República de la cual forman parte personas que han pensado y repensado el campo por años y años que tienen perspectivas y visiones distintas.

Contrabando latente

Tenemos que dotar a la policía de mecanismos modernos que hay hoy en el mundo y que permiten en las carreteras e inclusive cuando los vehículos están en movimiento detectar su contrabando, aquí en el país sería muy fácil, nosotros tenemos claro que por ejemplo llegar a la ciudad de Cali desde el sur del país, pues solamente tenemos una vía, es muy fácil montar con estos equipos modernos que ya se tienen en otros países todo un sistema de control al contrabando para que podamos enfrentar a uno de los flagelos que más daño le está haciendo al sector agropecuario y piscícola.

Imagínese que si nosotros controlamos el contrabando muchos de los subsidios que se están dando simplemente como una compensación por los efectos que esto está generando se podrían eliminar, de modo que hay que redoblar los esfuerzos y adicional a los esfuerzos, ese proyecto de ley anticontrabando lo tenemos que aprobar, el Congreso tiene que darle un apoyo de verdad muy decidido a este proyecto de parte nuestra se lo estaremos dando para que este proyecto salga adelante y de verdad castiguemos el contrabando como lo debemos castigar porque el contrabando hoy en el país, está significando hambre, menos oportunidades de progreso y desarrollo, está significando el quiebre de una economía agropecuaria agroindustrial que no es capaz de competir con los lavadores de dinero que están utilizando este sector para utilizar sus recursos de modo que en eso si quiero ser muy enfático necesitamos con energía con decisión con ganas y con prontitud apoyar a la Dian, apoyar a la policía que está encargada de combatir el contrabando en Colombia.

Primero trabajo antes que renunciar

Ellos tienen todo el derecho en pedir mi renuncia, la respuesta mía ha sido trabajar incansablemente, es cumplir los acuerdos que el Gobierno ha adquirido con ellos, demostrar que en este ministerio de agricultura estamos cambiando para que quienes están en el campo sientan pues un acompañamiento de parte nuestra, de entendimiento de parte nuestra pero no sólo acompañamiento y entendimiento sino también unas decisiones que van a beneficiar de manera importante la economía agraria y las posibilidades de negocio de los campesinos colombianos.