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INDUSTRIA

Seguridad alimentaria el reto de la cadena de alimentos

Colombia y el mundo se encuentran frente a una retadora realidad que nos ha obligado a reinventarnos. Un análisis de Marcelo Altieri*.

14 de mayo de 2020

Ante esto, el sector agrícola ha jugado un papel fundamental, al mostrar que aunque el resto del mundo se detiene, gracias a ellos, se está garantizado el abastecimiento.

Frente a esto, es muy importante resaltar el potencial productivo del campo que tiene el país, porque Colombia es uno de los países llamados a ser despensa agrícola del mundo para el 2030 de acuerdo con la FAO. Esto debido a las ventajas competitivas en el sector agropecuario que favorecen la producción de alimentos, el país cuenta con una frontera agrícola de 40 millones de hectáreas, de las cuales solo se utiliza el 19%, por lo que más de 32 millones pueden convertirse en terrenos que se podrían utilizar para cultivar alimentos, como indica la SAC; de ahí la necesidad de reconocer el trabajo que día a día hacen los agricultores. 

En este sentido, se debe destacar y apoyar el trabajo que hacen los productores, así como los que trabajan en el transporte de insumos agrícolas y en general todos los que participan en esta cadena, pues son ellos, con su labor, los que evitan fenómenos como la escases de alimentos. Por esto, se debe procurar proteger los insumos esenciales hasta asegurar que las cosechas lleguen a los productores de alimentos, centros de acopio y a los supermercados.

Por lo anterior, es de vital importancia asegurar que los insumos agrícolas estén disponbiles y tengan un precio asequible para los productores, particularmente los fertilizantes nitrogenados que con su uso favorecen la productividad y rentabilidad de los agricultores. En este sentido, es necesario evitar la especulación en los precios que maneja la cadena de distribución, transporte y retail, porque puede llegar a incrementar el costo final de los fertilizantes hasta en un 30%, sin contar factores externos como el aumento del dólar, que en los primeros 3 meses  estuvo cercano al 24%, lo que automáticamente implica un alza en el costo de los productos.

Uno de los dilemas al que enfrenta el agricultor colombiano es utilizar nutrientes convencionales, como los fertilizantes de fuentes ureicas y el sulfato de amonio que aumentan las emisiones de gases de efecto invernadero, afectando el medio ambiente y reduciendo la productividad y calidad de las cosechas, lo que por ende afecta la rentabilidad del productor. Por este motivo, la prioridad en esta coyuntura es mantener la seguridad alimentaria nacional.

El llamado es a unir esfuerzos con el apoyo del Gobierno Nacional, para incentivar el consumo del agro y de los productos colombianos, y así apoyar la cadena de producción nacional, este sería un espaldarazo muy bien recibido por parte de toda la cadena de producción de alimentos, especialmente de los agricultores. Además, se evitaría que se generen nuevas presiones de índole fiscal para la nación, por cuenta de afectaciones económicas en ciertos sectores poblacionales.

*El autor es director regional Cono Norte de Yara