Alejandro Gaviria, economista.

Los tres mayores problemas del país

Empleo, administración de la salud y financiación de infraestructura son los principales problemas económicos de Colombia: Alejandro Gaviria.

13 de febrero de 2009

Para el decano de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, Alejandro Gaviria, los tres principales problemas económicos que tiene el país son el empleo, la administración de la salud y la infraestructura.

 

En primer término opina que el desempleo es quizás la peor dificultad que tiene el país.
“Colombia tiene la tasa de desempleo más alta de las economías grandes de América Latina” recuerda Alejandro Gaviria. Colombia tuvo en diciembre una tasa de desempleo de 10,6%, superior a la de Chile (7,5%), Argentina (7,3%), Brasil (6,8%) y México (4,7%).

Pero no solo es un problema de falta de puestos de trabajo, sino de productividad y calidad del empleo. El economista recuerda que el país también tiene una de las mayores tasas de informalidad del hemisferio y adicionalmente que posee grandes distorsiones de incentivos “que no son reconocidas por las autoridades económicas”.
En esto se refiere a costos extrasalariales como los parafiscales, que inducen la contratación informal de trabajadores.

 

En el segundo problema, el de la salud, encuentra que “hay un aumento enorme del gasto que no se traduce en mejores resultados”. Los datos muestran que su apreciación es precisa. Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud muestran que en 2006 Chile tenía un gasto público en salud de US$343 por persona y una tasa de mortalidad adulta, que muestra la probabilidad de que una persona entre los 15 y los 60 años muera de 60 por cada mil habitantes. Colombia, en cambio, gastaba US$492 por persona, 40% más que en Chile, y tenía una tasa de mortalidad adulta de 87 por mil habitantes, 45% más que en el país austral.

Pero, de nuevo, no hay un solo problema en este sector. Alejandro Gaviria denuncia que hay una corrupción generalizada y un sistema que tiene un arreglo financiero y presiones de los jueces que lo hacen cada vez más inviable.

 

Por último está el problema de la infraestructura. “El Estado perdió la capacidad de hacer contratos y administrar las concesiones”, dice el economista, refiriéndose a la que dejó pasar el tiempo de la financiación abundante para estos programas. “Cuando tuvimos la plata, no pudimos. Y cuando podíamos. No tuvimos la plata”, concluye.