Roberto Steiner, director de Fedesarrollo.

Economía

Los tres mayores problemas del país

El nuevo director de Fedesarrollo, Roberto Steiner, habló en exclusiva con Dinero.com sobre tres de los problemas más serios que tiene la economía colombiana.

10 de julio de 2008

“Hay tres temas que me preocupan mucho”, le dijo a Dinero.com desde Washington el economista Roberto Steiner, recién nombrado como director de la Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo, Fedesarrollo, el centro de investigación en temas económicos y sociales más importante del país.

Steiner ya comenzó a trabajar en la dirección de la Fundación desde la capital de Estados Unidos, pero permanecerá allí hasta el final de año y asumirá plenamente su cargo en enero.

Informalidad es negocio

El primero de los grandes problemas que agobian al país es la informalidad. Considera que todavía es extraordinariamente elevada, “después de todo lo bien que le ha ido que le ha ido a la economía”. La informalidad en Colombia ronda el 50%, dice.

Una de las razones para que no ceda está en que todavía puede ser muy costoso ser formal, pero no descarta para nada que el gobierno esté creando incentivos para que sea un buen negocio mantenerse en la informalidad.

Uno de esos incentivos sería la expansión de programas como Familias en Acción, que están diseñados y tienen los mejores resultados cuando se enfocan a las poblaciones en extrema pobreza. Opina que multiplicar Familias en Acción es una acción que no se compadecen con el buen estado de la economía.

No le parece que haya buenas justificaciones para hacerlo crecer. “No me voy a suscribir a la idea de que solo les esta yendo bien a los dueños del capital”, dijo.

La solución a este problema, afirmó, toca temas como los de las contribuciones a la seguridad social, los aportes parafiscales, y el desmonte a los incentivos para que la gente se conserve informal.

Los aliados de la descentralización
“Hay un tema que los colombianos hemos aprendido a resolver a trancazos cada cierto tiempo, la descentralización”, señaló el nuevo director de Fedesarrollo. No obstante, considera que el problema se ha enfrentado de una manera que califica de caótica, que es una reforma periódica a la constitución.

Afirmó que el constituyente del 91 decía que esas leyes de transferencias y de competencias y recursos deberían delimitarse con una ley marco de ordenamiento territorial que aún no se ha presentado. “Hemos tenido la habilidad de atacar los problema cuando nos revientan en la cara, pero no hemos atendido el asunto de fondo”, agregó.

La explicación para que nadie de el primer paso en la redacción de una ley de esa naturaleza está en que hay muchos incentivos para mantener las cosas como están. “Los principales actores se beneficien del status quo”.

Leyes de transferencias mal definidas le convienen al gobierno central. “Es la forma de mantener su influencia en las regiones”, dijo. Para demostrar su afirmación recuerda la participación del gobierno nacional en los sistemas de transporte de los municipios o en el rescate de los hospitales locales.

También les convienen a los gobiernos regionales. “Les gusta mantener vínculos con el gobierno central, porque pueden pedir plata y capturar unos recursos para sus regiones”, manifestó.

De igual forma, les conviene a algunas organizaciones. “Fecode lo ha dicho. Tiene problemas con que la política educativa baje del nivel central. Tiene un beneficio en que las negociaciones se hagan de un sindicato nacional al gobierno central, en lugar de tener que hacerlas con cada departamento”, añadió.

Entonces le parece inapropiado que se diga que los economistas que recomiendan prudencia fiscal en lo territorial, son los únicos que no les gusta la descentralización.
“Es una caricatura muy infortunada. Los enemigos de descentralización están por todas partes y se benefician del caos”, argumentó.

Sugiere que el país debe atender las recomendaciones de los ex ministros de Hacienda, Juan Camilo Restrepo y Eduardo Wiesner, que piden que se presente al fin una ley de ordenamiento territorial.

Tierras de sobra
“Si hace cinco años me hubieran dicho: imagínese que hubiera una mejora significativa del orden público y piense que pasaran cosas en unos países de Asia que dispararan los precios de los alimentos. ¿Dónde estará Colombia? Yo hubiera dicho que la economía estaría disparada por el sector agrícola”, dijo, para introducir su tercer problema.

Por eso le parece paradójico que el sector agrícola siga creciendo a tasas tan bajas. Acepta que el crecimiento del sector podría estar limitado por su sensibilidad a la tasa de cambio. “Pero también está el interrogante: ¿qué nos está pasando que no nos montamos al tren?”, señaló para referirse a que muchos países del mundo han aprovechado la bonanza internacional en los precios de los bienes agrícolas sustancialmente mejor que Colombia.

El país es uno de los pocos del hemisferio que puede expandir la frontera agrícola, dijo. “Podemos pasar de 4 millones de hectáreas sembradas a 14 millones sin tener que tocar un solo árbol del Amazonas. Eso no pasa en Brasil”, señaló.

“No tengo soluciones obvias, ni digo que nada de esto sea sencillo”, reconoce Roberto Steiner, pero le parece que se deben empezar a considerar con más seriedad estos problemas que sin duda detienen el desarrollo del país.