Artículos religiosos | Foto: Semana

Comercio

Lo que más se vende en la industria religiosa

Por estos días, en medio de las visitas a iglesias, muchos católicos compran artículos religiosos como rosarios o imágenes de los santos a los que son devotos. Entre los preferidos por los creyentes están: el Señor de los Milagros, Jesucristo, la Virgen del Carmen y el Divino Niño.

5 de abril de 2012

La industria de artículos religiosos en el país se caracteriza por estar ligada a empresas pequeñas y medianas que cuentan con tradición familiar.

Como sucede en muchos negocios, en su mayoría aprovechan la venta de los artículos que tienen un menor precio y se comercializan por cantidad.

Es por este motivo que entre los artículos religiosos más vendidos están los rosarios, que se ofrecen de todos los tamaños, precios y colores.

Para Cristina Amaya, de Plásticos Amaya, quien está a la cabeza de una empresa con 28 años de tradición, asegura que los mayores pedidos provienen de productos relacionados con la Virgen del Carmen, patrona de los conductores.

“También de San Antonio al que se le tiene fe para conseguir novio, el Arcángel Miguel y a finales del año pasado, de José Gregorio”, manifestó.

Así mismo, destaca la venta de rosarios, de los cuales puede llegar a producir 68.000 mensuales, pero si la demanda es alta, dicha cifra se duplica a cerca de 130.000.

“No es fácil mantenerse en el mercado, pero siempre hay quien compre un artículo religioso o como los misioneros y pastorales que los adquieran para regalar”, señaló Amaya.

Entre los artículos más vendidos, que tienen la imagen de alguna personificación religiosa están: el Señor de los Milagros; Jesús; el Divino Niño; la Virgen del Carmen; la Virgen de Guadalupe; la Virgen de Chiquinquirá; la Virgen de Las Lajas; San Antonio; San Judas Tadeo y el Arcángel Miguel.

¿Cómo se mueve el negocio?

El fundador de Artesanías La Pirámide, Giovani Amaya, quien tiene una empresa familiar desde hace 23 años dedicada a la fabricación de artículos religiosos en poliresina, señaló que las mayores ventas provienen de artículos como el escapulario, llaveros de Señor de los Milagros, la Virgen del Carmen e imágenes de cristo.

Amaya, que cubre el mercado de Buga, Cali, Barranquilla, Medellín, Bogotá y Pereira, asegura que en Semana Santa hay un pequeño incremento en las ventas, “pero la mejor temporada es a final y comienzo de año porque es cuando las personas tienen un mayor flujo de caja para comprar para ellos o para regalos”.

Sin embargo, afirma que las ventas han disminuido entre un 30% y 40% en los últimos diez años por cuenta de la aparición de nuevas religiones y porque ha descendido la ida de feligreses a Buga.

No obstante, la compañía exporta a Costa Rica y México, así como una vez al año a Panamá para la celebración de la fiesta de Jesús Nazareno de Atalaya. “También importamos productos de China debido a que el costo es menor”, indicó.

El producto más costoso que maneja la compañía es de un cristo de un metro por un valor cercano en el mercado de $400.000 y el de menor es de un escapulario que al por mayor lo vende a $200.

Compras para las iglesias

También está el negocio de venta de artículos dirigido a lo que requieren los párrocos en las iglesias.

El dueño de El Clero (empresa familiar que lleva 25 años en el mercado), Francisco Agudelo, aseguró que entre los productos que más requieren los padres en sus templos están los sagrarios (urnas donde se guardan la hostias consagradas), las custodias (pieza de oro o de otro metal precioso donde se coloca la hostia) y los cáliz (vaso en el que el sacerdote consagra el vino en la eucaristía).

Agudelo, que atiende el mercado nacional y exporta a Venezuela, Ecuador, Puerto Rico, Costa Rica y Panamá, coincide con Amaya en que las mayores ventas se dan en Semana Santa a final, al principio y al final del año.

Los precios varían. Un sagrario oscila entre 1´000.000 hasta 30´000.000 e incluso puede llegar a costar $150´000.000.

Entre tanto, las custodias pueden estar entre $300.000 y $10´000.000. A su vez, el cáliz puede costar entre $100.000 a $3´000.000 e incluso hasta 10´000.0000.

Por su parte, los candelabros cuestan entre $60.000 a 3´000.000 y las campanas entre $20.000 hasta $3´000.000.

“La compra depende del criterio y gusto de los párrocos. Ellos son los que deciden que adquieren para su iglesia”, manifestó Agudelo.