Lina María Vélez, directora de la Cámara de Comercio de Medellín.

Lo que hay detrás de las Autopistas de la Montaña

En reuniones de siete de la mañana los lunes, el sector privado antioqueño consiguió formular el mayor proyecto vial de la historia de ese departamento ¿Cómo se puso en marcha la obra de $2 billones? Lo cuenta la directora de la Cámara de Comercio de Medellín, Lina María Vélez.

28 de septiembre de 2009

No es fácil. De hecho, es casi una proeza. Desde 2007, todos los lunes a las siete de la mañana, la Cámara de Comercio de Medellín realizaba una reunión en su sede de El Poblado. El tema, las Autopistas de la Montaña.

A la reunión asistió siempre el ministro de Transporte, Andrés Uriel Gallego. Pero eso no es lo interesante. El ministro tiene fama de tener una disciplina casi ascética. Lo valioso está en que de esas reuniones, que se mantuvieron en un secreto asombroso hasta el comienzo de 2009, salió finalmente sin tropiezos el proyecto vial más importante que se haya hecho en Antioquia en toda al historia.

La araña vial que conectará por varios frentes al Pacífico y al centro del País con el Atlántico y desembotellará con 1.000 kilómetros de vías de doble calzada a ese Departamento.

La coordinadora del esfuerzo, la directora de la Cámara de Comercio, Lina María Vélez, destaca que el proyecto tiene otro elemento novedoso. De los $2 billones que cuesta, la Nación pondrá uno, el Departamento $600.000 millones y el municipio de Miedellín $400.000 millones. “Es la primera vez en la historia que las vías troncales reciben financiación de departamento y, más importante, de un municipio”, destaca.

Para la directora, otro de los asuntos más interesantes en este empeño estuvo en el método que se siguió. En las reuniones de lunes trataron de llevar a todos los actores vinculados. “Los fuimos integrando uno a uno”, explica. Una vez uno de ellos estaba convencido, se traía otro nuevo.

En las reuniones aparecieron también ideas tan novedosas como la de encargarle a ISA la labor de ser el integrador de las obras de construcción. Con eso se evitaba la necesidad de abrir licitaciones para cada tramo y se podía emprender toda la obra en varios frentes con una sola supervisión de esta empresa que se ha ganado el prestigio de ser una operadora de talla internacional. Los abogados de la Cámara y de ISA trabajaron seis meses para tener una fórmula que les permitiera hacerlo, recuerda Lina María Vélez.

Las discusiones se mantuvieron en secreto hasta la primera semana de diciembre de 2008, cuando la Cámara convocó a las autoridades de gobierno del orden nacional, departamental y municipal para mostrar la idea.

Después de la presentación formal, siguió una maratón de reuniones que implicó viajes a Bogotá, tres veces por semana durante dos meses, para mostrar el plan a los congresistas, a Crédito Público y a otras autoridades.

A la vez, se trabajaba con el Departamento y el Municipio de Medellín. A principios del año, en el Paraninfo de la Universidad de Antioquia, en una sesión especial, cada uno de los diputados de la asamblea departamental intervino para mostrar su posición frente a las Autopistas y más adelante se aprobó el aporte de los $600.000 millones, con vigencias futuras.

Por último, hubo cuatro meses de ajustes para llevar el proyecto con su financiación al Conpes la semana pasada. Las carreteras de la Costa y del Llano llevaban mucho más tiempo fraguándose, de modo que los antioqueños tuvieron que moverse más rápido para entrar en el paquete de $10 billones que aprobó el Conpes.

Ahora vienen ajustes, sin duda. Encontrar por ejemplo, maneras de hacer la obra en menos tiempo que el previsto en los planes iniciales.

Pero lo interesante es que el método para desarrollar grandes proyectos regionales quedó probado. Las reuniones de 7 de la mañana, lideradas inicialmente por el sector privado, tienen un mérito enorme y van a continuar con nuevos temas. Son tan buenas que consiguieron poner a rodar un proyecto de $2 billones y, dirían otros, que lograron que el ministerio de Transporte por fin hiciera algo, rápido y bien.