Un trabajador informal en la Calle 72 de Bogotá.

La teoría del Big Bang para el empleo

Qué es lo que debe hacer el gobierno de Juan Manuel Santos para hacer las reformas que se necesitan para bajar la tasa de desempleo del país. Tareas que debe emprender y nombres para los cargos clave.

13 de julio de 2010

“Les quito las exenciones, pero a la vez les evito un porcentaje de los parafiscales y parte de nómina en salud, porque esa parte de la seguridad social la asume el Estado”. Ese es un ejemplo de cómo podría ser una propuesta a los empresarios que permita generar y formalizar el empleo en Colombia.

Es una fórmula en la que se proponen cambios simultáneos en todos los frentes, el fiscal, el laboral y el de seguridad social, en el mejor estilo de lo que los economistas expertos en reformas de política llaman la Teoría del Big Bang. Esta teoría es una de las más eficientes para pasar reformas grandes, que requieren sacrificios en unos aspectos, pero se compensan en otros. “Hay que empaquetar todas las reformas”, explica el economista laboral Mauricio Olivera.

Hay otra razón de economía política. “Pasar una reforma a cuentagotas es más difícil en el Congreso. Es más sencillo mostrar que hay un plan que tiene ventajas y desventajas para ambos lados del mercado laboral”, dice la economista de la Universidad de los Andes, Raquel Bernal. Piensa que hoy el Congreso es más ordenado y que esto facilitaría el paso de una reforma de esta naturaleza.

Es muy posible que la estrategia del Big Bang, sea la que deba usar el presidente Juan Manuel Santos para darle forma a su programa con el cual quiere crear 500.000 empleos y formalizar a 1,5 millones trabajadores informales. Una tarea ambiciosa y difícil.

Los cargos
Pero además de un nuevo orden jurídico para el empleo, otra pieza crucial para que el plan funcione es la de designar personas muy buenas. Algunos cargos deberían estar reservados para personas que conozcan bien el tema, que no improvisen y que no pongan en riesgo la acción rápida en los proyectos que saquen al país de tener la segunda tasa de desempleo más alta de América Latina.

Uno de esos cargos es, naturalmente, el del nuevo Ministerio de Trabajo, que saldrá del actual Ministerio de Protección. Allí se diseñará la mayoría de las políticas activas para generar empleo. Nombres para ese cargo hay muchos. El gerente del Banco de la República de Medellín Hugo López, el investigador de la firma Econometría Álvaro Reyes, el economista Mauricio Santamaría o cualquiera de los economistas laborales más destacados del país, Stéfano Farné, Mauricio Olivera, Jairo Núñez, Carlos Medina o Raquel Bernal.

El ministro debe inventarse de nuevo su trabajo. “La gran labor del Ministerio el los últimos 10 años de su existencia fue la de negociar el salario mínimo”, le dijo a Dinero.com Hugo López. “Uno no puede crear un ministerio para negociar algo a final de cada año. Hay que fortalecerlo y establecerle metas claras y definidas”, añadió.

Otro cargo clave es el del Sena. Para el economista laboral Stéfano Farné, hoy es sin duda el más importante para ejecutar las políticas de empleabilidad. Allí se tendrá que definir si esa entidad mantiene su rumbo, o si lo modifica para acercar la oferta de técnicos a las demandas del mercado. También si refuerza su tarea como oficina de trabajo para reducir la duración promedio del desempleo ofreciendo más información a los trabajadores. Una persona con un conocimiento cercano del funcionamiento empresarial podría ser el indicado para este cargo, dicen los economistas consultados por Dinero.com.

Un superministro
Además de estos cargos, es importante entender que muchos de los elementos más importantes para la generación de empleo vienen de los ministerios de Hacienda, Salud, Comercio y Educación y de Planeación Nacional. Allí se establecen los estímulos a la producción, el salario mínimo, el manejo de las contribuciones que gravan la nómina, la operación de la Red de Solidaridad, la capacitación para el empleo y los Conpes, para mencionar los más relevantes.

Por eso se tiene que crear en la Presidencia de la República una Consejería que coordine toda la acción estatal. La experiencia de la Alta Consejería para la Reactivación muestra que cuando se hace un trabajo con metas claras y seguimiento permanente, se consiguen avances que muchas veces no se pueden hacer desde un solo ministerio.

Esta Consejería no puede ser como la Acción Social, advierte Mauricio Olivera. Señala que hoy por hoy ésta se convirtió en otro ministerio. “Debe ser una que coordine la política de empleo por encima de DNP y de los ministerios, pero no crear un ministerio más. Acción Social compite por la plata que les correspondería a los ministerios”, señala.

Pero sin duda, un funcionario que dirija desde la Presidencia es mejor que un comité compuesto por varios ministerios. Para Raquel Bernal, el grupo que hoy conforman el Bienestar Familiar y el Ministerio de Educación ejecutar el programa primera infancia, comprueba esa afirmación. “Mi percepción es que nadie se quiere dejar mandar de nadie y eso finalmente genera un problemas de coordinación”, afirma.

¿Nombres para este nuevo cargo? Quizás por la importancia del tema, el economista social Mauricio Santamaría podría ser perfecto, porque conoce los temas técnicos y el engranaje político que finalmente mueve las iniciativas.